Se terminó la ilusión de todos los domingos. Si bien San Cristóbal estaba mostrando actuaciones paupérrimas en los últimos encuentros, la motivación de pasar a segunda fase generaba nuevos aires en el grupo y la confianza para vencer al principal candidato a quedarse con el torneo era muy alta. Pero no bastó. No alcanzó ni la confianza ni el esfuerzo de todos los jugadores y el rival se llevó un partido merecido pero que recién pudo encontrar a pocos minutos del final. Hasta ahí, con valentía, San Cristóbal lo había aguantado y especulaba con el milagro.
A pesar de que el rival se denominaba Inter y jugaba con las camisetas de dicho equipo italiano, el que se asemejó más en su juego a los neroazurri fue el equipo del sur de la ciudad: tal como se había "hablado" en la semana (vía mail), la intención grupal era salir con un sólido bloque defensivo de 5 hombres, fórmula inédita para el equipo pero que hacía acordar al catenaccio criterioso y de buenos resultados en los comienzos de nuestra institución. A eso se le sumó un medio campo de 4 hombres en el cual, los dos volantes por afuera, los hermanos Zavadil, tendrían que desdoblarse para abastecer al único punta, Martín Larralde. Delantero que sabía cómo venía la mano y no le importa no tocar la pelota en todo el partido. Éste iba a ser un encuentro feo, trabado y áspero para todos, y así (bien) mentalizados salían los gladiadores sancristobaleanos gracias a la fuerza y coraje del grupo que supo ordenarse de entrada a pesar de la ausencia en el inicio del vital encuentro por parte del DT, Nicolás Espiñeira, quien tuvo un acto de indisciplina/irresponsabilidad (se quedó dormido y llegó con el partido comenzado). El rival, por su parte, venía confiado por el juego desplegado en la primera ronda. La mayoría de sus jugadores eran de buen porte, atléticos, y entre ellos, aparecía un gordito de edad elevada que, sin embargo, parecía ser el que lideraba la batuta. El árbitro pitó y el juego comenzo. Las especulaciones quedaban atrás.
Al minuto de juego, San Cristóbal sufría una baja importantísima: su caudillo, líder de la defensa y termómetro del equipo Gabriel Esplugas salía con una fuerte contractura en uno de sus gemelos (estudios indicarán si es un desgarro) tras impactar al balón. Esa linea de 5 en el fondo perdía a su guía y comandante desde el vamos. Así, Mauro Vázquez se hizo cargo de la responsabilidad de tomar el bastión y Jorge "Neme" Romero pasó a ocupar su posición. Matías Repetto, reemplazante de Esplugas, ocupó, por su parte, el lateral derecho. Esa fue la reestructuración temprana del equipo. San Cristóbal empezaba con el pie izquierdo. Y la cuestión siguió mal: a los pocos minutos, Nicolás Zavadil hizo una buena jugada dentro del área (haciendo pasar a uno de caño) y cuando se disponía a fusilar mano a mano al arquero, otro defensor lo cruzó de atrás cometiéndole un clarísimo penal. Todos en el banco de San Cristóbal saltaron embravecidos cuando vieron que el árbitro hacía el clásico "siga siga". Con el correr de los minutos, Inter se hacía dueño de la pelota y la hacía circular de forma elegante hasta los 3/4 de cancha. Allí, ante el sólido bloque defensivo del albiverde, desperdiciaban casi todas sus jugadas con centros a la olla que sacan los defensores. Vázquez y Lence fueron unas fieras por arriba, y Romero controlaba de cerca a su marca, no dejándole recibir (aprendiendo de errores pasados). El partido , futbolísticamente, era un bodrio total, pero, emocionalmente, era vibrante. Se jugaba como una final. El candidato frente a la Cenicienta. Pero esta Cenicienta no tenía nada de inocente: mordía, cortaba y salía rápidamente con un pelotazo para el llanero solitario de Larralde. La táctica era clara: "alguna le va a quedar". Ellos lo marcaban mal en el fondo: despreocupados por la poca presencia ofensiva de San Cristóbal, dejaban un sólo hombre con nuestro 9. Eso incrementaba las chances de verse realizado nuestro sueño. Jugadas de gol para resaltar, pocas. En una, un rival entró por el costado izquierdo del área y exigido ante la salida del portero Leandro Jakob, punteó el balón, pero el arquero achicó muy bien y se quedó con la pelota. En otra, también por el mismo sector, un delantero rival tocó la pelota por arriba de Jakob y la pelota fue sacada en el medio del área por la defensa. Un primer tiempo frio en los arcos pero muy caliente en el mediocampo.
Terminada la primera parte, los jugadores sancristobaleanos se alentaban unos a otros por el buen rendimiento (defensivo) que estaban teniendo. Se había podido estudiar al rival y ya se sabía por dónde podía llegar a entrárseles. A pesar de que el empate perjudicaba (es decir, sólo nos servía la victoria para pasar a la siguiente ronda por ventaja deportiva del rival), se consensuó seguir con la misma disposición táctica y esperar esa jugada clara de gol. A pesar de que el 11 que terminó dicha parte había hecho un buen encuentro, Nicolás Zavadil, luego de una falta sufrida, rengueaba por fuertes dolores en un tobillo que lo tiene a maltraer en los últimos tiempos. Eso (sumado al hecho de que habían varios sustitutos a la espera de una oportunidad) hizo que saliera para dejarle su lugar a Nicolás Rameri, un jugador que sirve para éste estilo de tácticas. Al ser rapido, molesto y que presiona velozmente la salida de la defensa rival, podía ser útil para conseguir una contra efectiva.
Al minuto del segundo tiempo, San Cristóbal se hizo de un tiro libre cerca del área. Ignacio Zumbo se hizo cargo de la ejecución y mandó la pelota algunos metros por encima del travesaño. El partido seguía con la misma tónica: ellos hegemonizaban la pelota pero no podían penetrar. San Cristóbal se abroquelaba bien y especulaba. Hasta que el rival encontró el primer gol a los 12 minutos: Ignacio Zavadil se la deja corta a Jerónimo Jakob en una salida desde el fondo, Inter la roba, se manda hasta el fondo por andarivel derecho y manda un centro rasante que encontró al centrodelantero entrando por el primer palo. El 9 remató luego de dejar atrás a su marcador y estampó el festejado 1-0. El rival respiraba: el partido se les había hecho muchísimo más difícil de los esperado. Pero parecía que se venían por más. Dos minutos después, una linda jugada de ellos terminó con un remate al segundo palo que se fue por milímetros. Pero, a los 20, llegó el empate sancristobaleano. El rival también salió mal desde el fondo, regalando la pelota en mitad de cancha. En eso, I. Zavadil tomó la globa y buscó el área con su tranco largo. Dejó atrás una marca y cuando ingresaba al cuadrado preciado, dejó atrás al último defensor que lo esperaba agazapado con un quiebre de cintura. Ya frente al arco, definió al segundo palo. GOLAZO. Si el gol del rival había sido gritado, éste ni les cuento. Era sorpresa. Era el indicio de que el batacazo era posible. El DT se volvía loco y entraba el campo gritando el gol como nunca. Posteriormente, se notaba que anímicamente el equipo estaba mejor. Se hacía de la pelota y el partido dejaba de transcurrir en el cuarto de cancha sancristobaleano. Si bien no se llegaba, era un partido parejo. Faltando diez minutos, luego de que San Cristóbal ya había hecho algunos cambios más ofensivos por la obligatoriedad de buscar el resultado, llegó una dura falta cerca del área cometida por Romero. Si bien el tiro libre no parecía peligroso, un rival (pelado, con unos kilos de más) acarició el balón por encima de la barrera, sorprendiendo a Leo Jakob y clavando el 2-1. Esto casi que sepultaba las chances de San Cristóbal: debía hacer 2 goles en 10 minutos. Obviamente, a partir de ese momento el equipo se mandó casi por entero al ataque descuidándose de lo que pasara atrás. Así, a los 71, Leo Jakob tapó una buena contra rival, pero ya nada pudo hacer cuando un nuevo centro desde la derecha a los 74 minutos, encontró el cabezazo del 9 para estampar la bocha en el segundo palo y marcar el 3-1 final. No hubo tiempo para nada salvo algunos centros de San Cristóbal que buscaban la heroica.
Se estuvo cerca del batacazo pero el sueño se esfumó. Nunca perder da gusto, pero hacerlo de esta manera, levanta el orgullo de todos. Ahora, a esperar el próximo torneo manteniendo el ritmo a través de amistosos que pueda armar la organización. Sigamos por este camino sancristobaleanos.