Debut internacional del equipo en la Copa NEME (12 de diciembre de 2009 - Estadio Ernst Happel de Viena) - PARADOS: Andrés Lence, Sergio Míguez, Jorge L. Romero, Nicolás Zavadil, Nicolás Espiñeira e Ignacio Zavadil. AGACHADOS: Ignacio Zumbo, Pablo León, Diego Nartallo, Nicolás Rameri y Mauro Vázquez.

PRÓXIMO TORNEO

ESTADÍSTICAS

------------ LO QUE EL FINDE NOS DEJÓ -------------

El 0-4 frente a Oeste FC dejó dos perlitas para nuestro regocijo:

1) Cuando el 9 definió mano a mano en el segundo gol, Giampol, Neme y Serpentor se esmeraron: "Cissé es un arquero 2-D, es gigante pero cuando el otro pateó era finito y plano..."

2) Terminado el encuentro, tras el decepcionante papel del equipo, Nacho Zavadil le puso color a su pensamiento: "Lo que pasó es los otros, cuando le pegaban, hacían 'ploc' [gesto de impacto seco de la pelota contra su mano] y, cuando lo hacíamos nosotros, hacía 'pif' [gesto de que le erraban]". Sublime. La más cruda realidad.

3) ¿Querían más realidad? Luego de que 2 de los 4 goles del rival los marcase un 9 grandote, torpe y lento, Sampex estalló: "¡NO NOS PUEDE HACER 2 GOLES UN TIPO QUE PESA 120 KILOS!". Tenía razón. Era un armario al que le faltaban 22 cromosomas...Así y todo, nos dejó en ridículo. Prefiero que venga el niño que nos embocó una vez en el Cirse...

viernes, 21 de mayo de 2010

El Rincón del Chino: "Con el agua al cuello" (Fecha 6)

Los mails de la clasica cadena semanal habían sido bastante claros: el horno no estaba para bollos en el glorioso San Cristobal Fulbo Clu. Después de varios faltazos (algunos injustificados) al unísono y de un partido penoso en el que caimos 5 a o, la historia parecía enderezarse. Cuando llegue al Colegio Manuel Belgrano se podían ver varias caritas que confirmaban esta sensación: eran las 13.45 (el partido era a las 15.30) y ya estaban el auto de pabli, el de nico y varios de los titulares reunidos, como siempre, en torno al bolson blanco de camisetas. Buena señal, que a casi dos horas del partido ya haya un buen número de gente. Saludé a todos y los miré con una sonrisa: "parece que los mails surtieron efecto, eh", dije mirando al conjunto. "Si, estamos bien, incluso se bajó mi hermano cuando vio que llegabamos porque tiene que estudiar", me dijo Nacho Z y me vino a la cabeza la imagen de Nico Z, dos domingos atrás, sentado solito y solo en la puerta del colegio con el cuadernito en la mano estudiando como loco.

Cuando nos estabamos por ir, me llamó la atención el auto de Pablito. "Que paso pabli?", le dije al ver que su 147 tenia un choque de atrás. "Nada, un toquecito, la cagada fue lo de adentro", me respondió un poco amargado. "Como 'lo de adentro', ¿que le paso adentro si el choque fue atras?", le conteste sin entender un pepino. "Que... ¿no sabes?", tiro nacho de repente. "Le entraron al auto y le robaron todo", dijo mordiéndose los labios con bronca. Me metí en el coche y parecía que le habían puesto una bomba. Los paneles de las puertas arrancados y sin los parlantes, la consola central había sido quitada a los tirones, y la tabla del portón trasero brillaba por su ausencia. Miré hacia atras y vi mi 147, igualito al de el pero blanco, y se me anudaron las tripas por la angustia de pensar en que me puede pasar algo asi tranquilamente. Es mas, tuve ganas de salir corriendo a abrazarlo como si fuera un hijo... Lo bueno de estos Fiat es que sufran lo que sufran, le giras la llave y arrancan; entonces Pabli se subio a su fitito, yo al mio, y toda la comitiva se fue con sus humildes naves rumbo al lejano oeste.

El viaje fue bastante placentero. Me tocó viajar con Nachito y su amigo Rodrigo, flamante incorporación del albiverde. Nachito es un pibe bastante callado y generalmente cuando el viene conmigo los viajes suelen ser silenciosos. San Cristobal tiene esa particularidad: te puede tocar viajar con Fede Sampayo y con Ricardito y ya sabes que tenes charla asegurada. En realidad los vas a escuchar a ellos... ninguno va a parar de hablar en todo el camino y te vas a bajar del auto con la cabeza a punto de explotar y con los oidos con un chillido agudo y punzante como el del subte C cuando dobla en Diagonal Norte. El otro extremo es la dupla Nachito Zumbo - Jero Jakob. El silencio, saludable compañero, purificara tu cuerpo y llegaras en estado Zen al partido ya que no se dirán mas de 10 o 15 palabras en un viaje de una hora: Jero seguro caiga palmado a los 5 minutos de viaje y Nachito hara introspeccion y dejara volar su mente por los cuadros que le muestre el paisaje de la ventanilla.
Pero esta vez el trayecto no fue tan extremista. Rodrigo, a pesar de que no lo conocía, resulto ser un flaco piola y conversador. Nos preguntó datos del equipo, le conté la triste jornada del domingo pasado, confirmó su presencia de ahora en mas como integrante estable del plantel y hasta se despachó con la anecdota de la noche anterior, en la que un pibe morrudo y petiso se despacho a las piñas a 3 flacos en una fiesta porque no toleró que estén disfrados como el Ku Klux Klan. "Vos sabes como soy, y estas cosas no las tolero... prefiero quedarme afuera porque si entro me voy a volver a pelear" - le dijo el petiso a la chica que organizo la fiesta, y también mandó un "ponete cualquier cosa, disfrazate de Mickey, pero no del Ku Klux Klan, hijo de puta", les dijo cuando estaba por empezar la gresca. Nos entramos a cagar de risa con lo bizarro de la situación y ahí nomas entramos a contar historias de peleas. Tan colgados estabamos que cuando le dimos bola al camino nos habíamos pasado de la salida y para retomar tuvimos que hacer como 10 minutos por la ruta que va paralela a la Panamericana...

En el predio la cosa no fue tan color de rosa. La idea de que estabamos cómodos con la cantidad de gente se fue diluyendo cuando nos dimos cuenta de que eramos 11 justos mas "Daddy Yankee" por si había alguna emergencia. Y Pabli que vino para no dejarnos a gamba pero que seguía con dolores en su pierna derecha. Nico Sergi, otro que se había ausentado misteriosamente el domingo pasado seguía sin aparecer. "¡¡Puede ser que sea tan dificil para algunos contestar un mensaje!!", decía Nico R sacudiendo furioso su celular ultra moderno. "¿Que pasa Nico?", le pregunté sin entender que lo alteraba. "¡Nada, nada!", me ladró cuando me vio. "Estoy averiguando que pasa con Sergi y nadie me da bola o me contestan boludeces!". Lo miré y sonreí. "¿Todavía pensas que va a venir?... Nico, esta por empezar el partido, olvidate". El veloz wing derecho sacó la vista del celular, miró a San Cristobal formado en la cancha con su rival enfrente y largó el teléfono, se quitó el gorrito de hilo que le calentaba el marote y corrió como un nene hacia el círculo central.

El rival no parecía, visto de afuera, gran cosa. Eran tipos grandes del medio hacia atras, bastante panzones, y jovencitos en su mayoría del medio hacia adelante. Gran error el mío. Los de atras eran fuertes, ordenados, y no se complicaban nunca. De la mitad en adelante tocaban bien, los delanteros eran ligeros y movedizos (no tenían posiciones fijas) y utilizaban un arma a la perfección: el pelotazo cruzado del 3. El lateral izquierdo de ellos era un petisito pelado, al mejor estilo clemente Rodriguez, que corría como loco y tenía una pegada de galera y bastón. Cada bochazo largo era un dolor de bolas porque la bocha siempre sobraba a los centrales (en este caso JP y quien escribe) y le caía perfecta a los delanteros que picaban a espaldas de la marca. Lo bueno era que por el otro lado no se proyectaba nadie y fede no tenía problemas para clausurar su sector. Pero nos faltaba peso arriba y no haciamos pie de mitad de cancha en adelante. Pabli no podía con su pierna, Nacho Z estaba cansado (por su intensa vida social y laboral) y el doble cinco raspaba pero no podia generar chances de gol. Se extrañaba la dupla tanque de ataque Nico Z - Sergio, que nos llenó los ojos y las gargantas de gol el semestre pasado. A pesar de los contratiempos, San Cristobal luchaba a brazo partido un encuentro en el que ellos llegaban cada vez mas y la cancha parecia que se iba inclinando hacia nuestra valla. "¡Salgan del fondo, carajo!", gritaba Sergio desesperado. "¡Paren al 3 que se lo pasa tirando bochazos cruzados, loco, no se dan cuenta!", les dije a Neme y a Pabli como un enajenado. Y al final, de tanto ir, ellos llegaron al primero. "Se veía venir", le dije a Giampol. El Robot ni me miró y siguió masticando bronca.

Como dije en mas de una ocasión, San Cristobal vive de milagros e improvisaciones. Cuando el partido había caido en una meseta, porque ellos ya no iban tanto y nosotros no podíamos con nuestras limitaciones, de golpe y porrazo una pelota sucia le queda a Nico R y este le da un hermoso pase entre lineas a jerito que lo dejó solo frente al arquero. Sabido es que Jero en un mano a mano no falla. Lo vi de lejos llevar la pelota con esas piernas flacas enfundadas en ¡4 pares de medias! y empezar a bailotear, a revolear las patitas de aca para allá sin tocar nunca la pelota hasta que el arquero, confundido y enroscado, termino tirado en el piso, volcado a su izquierda, y Jerito, ya con el arco a su disposición, definió con un toque suave hacia la derecha del 1 rival para el festejadisimo 1 a 1 que nos llevó mas tranquilos al entretiempo. Algo de la vieja magia del albiverde se posaba nuevamente en el verdecesped....

En el entretiempo no hubo mucho por modificar. Como hacía mucho no sucedia, tuvimos un descanso en calma, tomando agua y cambiando opiniones como gente normal y no a los gritos como una manga de desaforados, algo que vení pasando en la mayoría de los entretiempos anteriores. Con esa misma calma volvimos a la cancha y, al comenzar el segundo tiempo, nos dimos cuenta de que ellos habían hecho una modificación que nos venía barbaro a los cuatro de atrás: el segundo delantero de ellos, un jugador petisito y muy rápido, le había dado lugar a un gordo rubio y con una impresionante cara de sapo. El tipo mucho no podía hacer, era lento y no contaba con demasiada habilidad, pero estaba atento para el pase entre líneas. Entonces la cosa se equilibró. El 3 de ellos ya no tiraba tantos pelotazos, a los dos de arriba los teníamos controlados y, como nosotros no podíamos generar demasiado juego, el partido se puso feo y trabado. Ahí fue cuando tuve esa horrenda sensación que me empezó a poner muy nervioso: en los encuentros tan cerrados cualquier falla, por mas pequeña que sea, te deja sin nada. Y el que me terminaba de desquiciar era el 9. El tipo se paraba entre los dos centrales y daba un paso para adelante y para atrás, entrando y saliendo del off-side. Un par de veces picó en posición dudosa y el línea levantó la bandera con miedo al error y ante los desesperados gritos de nuestra línea de fondo. En otra jugada se comió el reto del árbitro porque cobró un off side inexistente y que ellos, por suerte, dejaron de jugar aunque el referi no lo había cobrado.

Pero el corazón no me fallo, lamentablemnte. Ese sentimiento de que el error fatal caía en cualquier momento, se hizo realidad promediando la segunda etapa. Corner para ellos, vamos todos a la montonera cerca del primer palo y alguno peina la pelota, que cae del otro lado del area, cerca del vertice izquierdo de Sergio. Ahí la toma un jugador de ellos libre de marca. Giampol sale corriendo desesperado a tapar el centro pero el tipo, sin dudar, manda el centro sin parar la pelota, que sale al segundo palo. Ahí estaba el 9 de ellos, que entró a la carrera y pegó un salto tremendo entre Neme y Pablito y clavo la bocha en el ángulo. La sensación se hizo realidad... la puta que lo parió...

Con el 1-2 la cosa se terminó de complicar. Todos intentaban, gambeteaban, corrían, pero no había llegadas. San Cristóbal sufría uno de sus días mas erráticos. "Ah bueno, estamos en el horno", dijo JP cuando le dió un pase a Jerito y el mas hábil de todos los jugadores de nuestra gloriosa divisa quiso parar la pelota y esta le pasó por debajo de la suela... Así y todo, nos ingeniamos para engendrar un segundo milagro, que no se dio. De la nada, Nico R tiró un pase milimétrico al borde del área que dejó a Nacho Z solo ante el arquero. El lungo volante por izquierda apuró el remate cruzado ante la salida del portero pero éste, veloz y decidido, se le tiró de cabeza como si su vida dependiera de esa bola y amortiguó el tiró y nos ahogó el grito del empate.
Luego de eso no hubo tiempo para mucho mas. Lo que quedó de partido solo sirvió para que se de un hecho histórico en mi intrascendente carrera de fútbolista amateur: ¡Otra amarilla! Sí, con la del domingo pasado sumo dos tarjetas consecutivas, hecho inédito para mí. Resulta que, como conté antes, el 9 no paraba de jugar con el off-side y con mis nervios. Un par de veces picó adelantado y el linea cobró luego de gritarle como un loco. Y en la última jugada del partido le grité tanto al juez de línea para que cobre que me terminé de calentar y le empecé a recriminar al árbitro que "no puede ser que haya que gritarle dos horas para que cobre, está clarito adelantado juez, es un desastre"... y unas cuantas cosas mas. Hasta que el referi, un tipo gordo y que me recordaba increiblemente al "Bichi" Borghi, me dijo que si yo quería jugar con el reglamento, el también lo iba a hacer, y me sacó amarilla. Tuve ganas de seguir gritando pero el tipo guardó la tarjeta, se dió vuelta, apuntó al círculo central y terminó el partido.
Otra derrota, distinta a la del domingo pasado obviamente, pero derrota al fin. San Cristobal se hunde entre las ausencias y el flojo rendimiento en cancha. Al barco le entra agua por todos lados y todavía no chocamos contra el iceberg...

Hasta la Victoria Adams!!!

PD: Ah, y perdimos contra un rival que se llama "Walter"... ¡Walter!... estamos al horno, definitivamente
PD: CISSE RE PUTO!!!!
(para los que lo pidieron la semana pasada)

viernes, 7 de mayo de 2010

EL RINCONCITO DEL CHINO: "Sin consuelo" (Fecha 5)

El del domingo fue uno de esos partidos en los que te dan ganas de arrancarte la camiseta y dejarla tirada en el medio de la cancha hecha harapos, para que nada evidencie que ese día te pusiste la camiseta de tu barrio, de tu infancia, de tu casa. Fue uno de esos partidos en los que te dan ganas de arrancarte la piel y dejar la vergüenza en carne viva.
Porque duele ver a esos amigos de siempre, a los que siempre están, los que se llenan de ilusión domingo tras domingo, deambular por la cancha atrás de la pelota como si fueran conejitos inocentes detrás de una zanahoria que nunca van a alcanzar. Es un cachetazo a la esperanza recordar esa imagen de quien escribe este texto corriendo a una velocidad impresentable, sin aire, sin marca, sin fútbol… sin nada. Porque sorprende ver a jugadores tranquilos y pacíficos como Fede Sampex a las puteadas con los rivales, en una muestra interminable de impotencia y amargura. Y es un puñal la desidia de algunos, las ausencias injustificadas que se van incrementando con el correr de los partidos y los malabares interminables para tratar de no llegar a lo que se llegó: un equipo improvisado de mitad de cancha en adelante; un conjunto que no tuvo ni una llegada al arco rival; un rejunte de voluntades que en el medio no tuvo ni pudo recuperar nunca la pelota, y que atrás se defendió espantosamente mal y que si no fuera por Sergio (que sigue lesionado pero igual le pone el cuerpo a las dificultades y ataja como un león, penal incluido) seguramente la derrota hubiera sido aún mas dolorosa. Y así se escribió la historia del domingo, con un 0-5 demoledor, y un segundo tiempo impresentable.

Ya en la madrugada del domingo la jornada se presentía nefasta cuando, revisando los mails, me encontré con que éramos 10 contándolo a Daddy Yankee. “No puede ser”, me dijo Neme por MSN. Pero fue nomás. Al otro día, yendo para el predio, me topé con el auto de Nico R en el anteúltimo peaje de la Panamericana. Nacho Z, sacando la cabeza por la ventanilla, me dio la confirmación definitiva del panorama negro: “Boludo, éramos 10 y lo tuvimos que ir a buscar a José de apuro; es mas, estaba durmiendo y lo sacamos de la cama… Pobre, tiene un partido de Padel a las 4 y le prometimos que llega…”, me dijo mordiéndose el labio inferior y negando con la cabeza. “Somos impresentables”, le conteste, lapidario, y arranqué. En Benavidez el clima tampoco era el ideal. “Nico Sergi no viene, me acaba de avisar, y Nacho Zumbo tampoco”, dijo Nico Z poniéndose las medias y con la vista clavada en el piso. No había volantes centrales, por lo que hubo que improvisar a Nico y Nacho Z, delantero centro y volante por izquierda respectivamente, para marcar y correr cuando son jugadores para crear juego; y Neme, defensor por excelencia, a jugar de ocho. Arriba tampoco había mucho: Nico R, delantero por afuera, y Daddy Yankee, el joven hermano de Neme, para intentar algo en el área. Y la defensa se terminó de armar con la improvisación de Guido por el lateral izquierdo, que hacía un año que no jugaba un partido de once.

Así las cosas el partido empezó con ellos tocando la pelota rápido y bien, con el 5 como eje del equipo y con delanteros hábiles y veloces. A pesar de todo, el primer tiempo fue medianamente aceptable. Nos habían llegado un par de veces sin demasiado peligro hasta que llegó el primer mal trago: luego de un ataque nuestro, la bocha le queda a un rival que avanza con pelota dominada por mi sector. Yo me voy con mi marca pero el delantero se me escapa y pica a mis espaldas. Entonces decido ir por el que lleva la bocha. Pero en cuanto ve que salgo, el muchacho pone un pase tremendo para que el delantero que había picado atrás mío quede solo y defina con un remate cruzado y pegadito al palo. Tan solo con una buena contra ya estaban 1 a 0. A partir de ahí se acabó el partido para San Cristóbal. Nunca pudimos tener la pelota e intentar tocar, serenarnos y buscar el gol como en otros partidos. Ni siquiera estaba la esperanza del gol de todos los domingos de Nico Zm porque estaba jugando a 50 metros del arco. Y la impotencia se adueñó del equipo. Yo, un jugador que jamás pega una patada (una sola amonestación hasta el domingo), me hundí en un derrotero de golpes que inauguré con un buen patadón con pierna izquierda al número 5. “2, ya tiene una eh…” me aviso el referí luego de cobrar la falta. Luego atendí desde el piso al 10, un pibe hábil pero tiernito. “Pará flaco, no me pegues, no ves que ya solté la pelota”, me dijo con un lamento. Y la completé con un blooper impresentable. Atacábamos nosotros y uno de ellos la rechaza. Veo venir la pelota; era un rechazo fácil al área contraria para que siga el ataque… pero tuve la santa idea de intentar pararla: levanto la patita, la bocha pega en mi pie derecho y sale un metro y medio al costado. Cuando levanto la vista, diviso a un delantero de ellos a 200 km/h hacia la pelota, que me iba a ganar de ida y vuelta. Si no lo frenaba, se iba tranquilo hacia Sergio, por lo que tuve que recurrir a una hermosa volada al estilo Krupoviesa y asegurarme de que el golpe sea de la rodilla para arriba, así no había chances de que siga en pie. El pibe voló por los aires, la pelota siguió su camino en soledad, y el árbitro vino directo con la amarilla en la mano. El terror continuó minutos después. Una pelota que pelea JP en el área y de pronto, sin necesidad, el robot tira un manotazo a la vista del árbitro, de los 22 jugadores y del predio entero… PENALAZO. Lo miré a Sergio y la sensación fue la misma que el domingo anterior: “Lo ataja”. El pibe de Niupi se paró delante de la bocha sintiendo el peso de la mirada seria y fija de nuestro portero. El remate salió fuerte y hacia la derecha de nuestro 1, que con una estirada genial amortiguó el remate. Fue una pizca de alivio, una aspirina para un enfermo terminal.

El entretiempo fue, como el domingo pasado, nuevamente una locura de gritos y reproches. Nadie sabía bien como contrarrestar los avances de ellos. “Chino, ordenalo a Neme”, me decía Giampol, sin notar que bastantes problemas tenía yo para intentar frenar un ataque sin pegar una patada. Nico Z trataba de rearmar el equipo de media cancha en adelante y las voces de todos lo tapaban y ni él se escuchaba. Fede intentaba explicar lo inexplicable dibujando locas tácticas en la tierra con una ramita, y Nico R puteaba a los que habían faltado sorpresivamente. Finalmente nuestro capitán fue como 9, Nico R bajó unos metros en una posición indefinida entre 8 bis y extremo derecho, y la cosa se terminó de ir a la mierda.

Empezó el segundo tiempo y yo sentía que tenía la mirada del árbitro encima. Algo raro pasaba dentro mío porque no podía evitar pegar. Al primer cruce que fui, le pegué de atrás al 9 una vez que éste había largado la pelota. El pibe sintió el golpe en los talones y voló por el aire buscando mi segunda amarilla. “Dooooss…” me dijo el referí como diciendo “deja de pegar o te echo”. Y yo le di la excusa más absurda de mi vida. “Pero juez: no le quise pegar, me resbalé, mire si le voy a dar una patada así sin pelota…”. Ahí fue cuando me tuve que calmar para no irme expulsado. El árbitro era bondadoso pero tampoco era boludo.
Ellos no paraban de tocar. Entre el 10, el 9 y el 5, la hacían girar rápido y bien y metían cambios de frente que nos agarraban siempre a contrapierna. Por la izquierda sufrían Gudo y Sampayo con la velocidad de los jóvenes rivales. Por derecha yo padecía como un condenado. Ahogado desde el primer tiempo, las piernas me pesaban como si fueran de mármol. No podía arrancar y me lo pasaba viendo la espalda de los rivales. La impotencia y la amargura crecían hasta límites insospechados y ya no podía recurrir a golpear porque iba a terminar en las duchas antes de tiempo. Entonces llegó el desastre. Un segundo gol que no recuerdo ni como fue y dos goles mas que fueron un calco: desborde por la izquierda nuestra, centro y un tipo que entra solo por el medio del área para romper el arco. Debo admitir que en ninguno de los dos goles estaba ahí para ayudar: las piernas no me respondieron. Con el resultado aseguradísimo, ellos tocaban y tocaban, alguno hacía algún firulete de más y la cosa se empezó a poner espesa. Nico R le pegó una patada al 2 de ellos sin que nadie se dé cuenta y a la siguiente pelota que fueron a disputar, el defensor le pegó un planchazo a nuestro delantero y se desató el bardo: Nico fue directamente a empujarlo, empezaron las puteadas y los manotazos al aire. Por suerte ellos eran pibes de no mas de 20 años, y muy tranquilos, por lo que empezaron a separar y se pudo frenar la pelea antes de que empiecen las piñas. No daba para pelearse, pero de solo imaginar que le peguen una piña a un compañero nuestro, no quedan dudas de que se armaba una batalla campal.
Nico no esperó a que el árbitro le sacara la roja y directamente se quitó la camiseta y se fue a sentar afuera de la cancha mientras lo seguía puteando al 2. Finalmente el partido pudo seguir un rato más pero ya no tenía mucho sentido. Nosotros no teníamos ánimo ni fuerzas para pelear y ellos encima hicieron un gol más. A los pocos minutos se acercó el referí y le preguntó a nuestro capitán si quería que lo terminara antes. Lo que escuchó el colegiado fue un “si” rotundo. Nos fuimos de la cancha con una actitud tan penosa como la que dejamos en el césped: Nico R que le gritaba “cagón” al 2 y Fede Sampayo, pibe tranquilo si los hay, puteando y encarando a uno de ellos porque nos dijo “a nosotros también nos faltó medio equipo eh”. Ahí se armó un pequeño tumulto que también fue dispersado rápidamente y nos fuimos a tratar de pensar. Las primeras frases fueron lapidarias: “Éste es el último, San Cristóbal, así no se puede jugar mas”, fue la reflexión de Nico Z; “Hay que juntar gente nueva, con ganas de jugar y compromiso”, tiró Sergio…; “Yo hasta el torneo que viene no vengo mas”, dijo Nico R, caliente por el partido y por su pelea con el 2. Y las opiniones y discusiones siguieron hasta que media hora después nos fuimos a comer unos patys y nos enfriamos un poco.

Así está San Cristóbal, herido pero de pie; intentando buscar un rumbo para que el proyecto no quede mas hecho mierda que la economía de Grecia. Jugadores con compromiso y ganas se buscan. La casaca albiverde que supimos concebir aún espera la gloria que le prometimos. El que le tema al desafío ya sabe lo que tiene que hacer.

VAMOS SAN CRISTOBAL CARAJO!

martes, 4 de mayo de 2010

FECHA 5: San Cristóbal 0 - NIUPI FC 5



Decadente. Triste. Vergonzosa. Repudiable. ¿El resultado? ¿La actuación del equipo? No: la actitud de ciertos jugadores de San Cristóbal FC que, sobre la hora de llegada al predio del torneo, comunicaron (incluso algunos no lo hicieron) que se ausentarían del partido por causas mayores (irresponsabilidades entre las que se encontraban salidas en la noche anterior). Así, los que efectivamente acudieron, por un lado, pudieron juntar 11 jugadores de casualidad (uno de los cuales, Lucas "Daddy Yankee" Romero, hermano de "Neme", tiene jóvenes 16 años); y, por otro, se llenaron de bronca e impotencia negativa. De esta forma, la irresponsabilidad citada no sólo tuvo influencias negativas directas sobre el armado del equipo y el consecuentente desarrollo del encuentro (y su resultado final), sino también generó condicionantes negativos indirectos para aquellos compañeros que tuvieron la hidalguía para presentarse al (desparejo) duelo.

Post-partido, estos hechos desencadenaron la bronca generalizada de aquellos que siempre acuden a los partidos y/o de los que en situaciones normales lo harían, quienes (todos) solicitaron cambios estructurales en el manejo del equipo. En principio, se eliminarán de la lista de la plantilla aquellos jugadores que no garantizacen su participación/compromiso con el equipo. Consiguientemente, se abrirá el cupo para aquellos que quieran formar parte de la escuadra (se requiere la aceptación general de los integrantes actuales). De más esta decir que quien quiera permanecer en el equipo, como quien quiera sumarse al mismo, deberá respetar y comprometerse con la máxima principal de San Cristóbal FC: "Pertenecer al equipo implica un compromiso de responsabilidad y solidaridad para con los compañeros. La aceptación a integrar el conjunto conlleva aceptar la disponibilidad a participar todos los domingos de las participaciones de SCFC, SIEMPRE y cuando no existan causas justificadas y comprensibles. Así las cosas, no se aceptarán ausencias por resaca, o por asistencia al partido de su equipo de cabecera, o permanencia con su novia, entre otras cosas". Relacionado a esto, y también por si algún integrante efectivo del plantel quiera cambiar su número de camiseta, en el anexo del blog donde figura el plantel actual, verán reflejados los dorsales disponibles. Quedando estos primeros puntos claros, también la plantilla ha solicitado actualizar y refrescar los medios de comunicación intra-equipo, lo que se intentará cumplir de acuerdo al acceso tecnológico colectivo.

Por último, y en cuanto al partido jugado que ha desatado esta polémica crisis del equipo, San Cristóbal FC fue goleado 5-0 por un NIUPI FC sin Oliver Athom ni Benji Price. Los jugadores que se presentaron, con bronca y todo, demostraron vergüenza deportiva y mucha enjundia para vencer las adversidades, pero nada pudieron hacer frente a uno de los grandes candidatos al título. Mucha ventaja para el rival. Si bien el primer tiempo se lo aguantó como pudo (éste terminó 0-1 y contó con un nuevo penal atajado por Sergio Miguez, en su segundo partido en el arco), la parte final marcó la debacle total: el rival llegó por todos lados e hizo lo que quiso. Encima, promediando el segundo tiempo, y lleno de impotencia, Nicolás Rameri se trenzaba en peleas y discusiones inútiles con cualquier rival, lo que derivó en su expulsión y en la de un rival. Posteriormente, llegarían dos goles más que iban a decorar el indecoroso marcador final.

San Cristóbal necesita un cambio de timón. Muchos estamos dispuestos, ¿vos lo estas?