Debut internacional del equipo en la Copa NEME (12 de diciembre de 2009 - Estadio Ernst Happel de Viena) - PARADOS: Andrés Lence, Sergio Míguez, Jorge L. Romero, Nicolás Zavadil, Nicolás Espiñeira e Ignacio Zavadil. AGACHADOS: Ignacio Zumbo, Pablo León, Diego Nartallo, Nicolás Rameri y Mauro Vázquez.

PRÓXIMO TORNEO

ESTADÍSTICAS

------------ LO QUE EL FINDE NOS DEJÓ -------------

El 0-4 frente a Oeste FC dejó dos perlitas para nuestro regocijo:

1) Cuando el 9 definió mano a mano en el segundo gol, Giampol, Neme y Serpentor se esmeraron: "Cissé es un arquero 2-D, es gigante pero cuando el otro pateó era finito y plano..."

2) Terminado el encuentro, tras el decepcionante papel del equipo, Nacho Zavadil le puso color a su pensamiento: "Lo que pasó es los otros, cuando le pegaban, hacían 'ploc' [gesto de impacto seco de la pelota contra su mano] y, cuando lo hacíamos nosotros, hacía 'pif' [gesto de que le erraban]". Sublime. La más cruda realidad.

3) ¿Querían más realidad? Luego de que 2 de los 4 goles del rival los marcase un 9 grandote, torpe y lento, Sampex estalló: "¡NO NOS PUEDE HACER 2 GOLES UN TIPO QUE PESA 120 KILOS!". Tenía razón. Era un armario al que le faltaban 22 cromosomas...Así y todo, nos dejó en ridículo. Prefiero que venga el niño que nos embocó una vez en el Cirse...

domingo, 29 de agosto de 2010

FECHA 2: San Cristóbal 3 - Vallejos Devoto 3


Las ráfagas de viento que atocigaron al campo de deportes de la UTN fueron, no obstante, las responsables los momentos de excitación de los partidos. La tónica era la misma en cada uno de los partidos que se disputaban en el predio: sin fin de errores defensivos ocasionados por el clima y, con ello, numerosos goles. El encuentro que disputó San Cristóbal (vs. Vallejos Devoto, por la segunda fecha del torneo) no fue la excepción, haciendo que los jugadores sufran el partido, pero que los espectadores, al contrario, disfrutarán de las ocasiones de gol y de los horrores en el control de pelota. De cara al duelo, el albiverde llegaba motivado por la victoria de la primera jornada, mientras que el rival llegaba con una derrota a cuestas, lo que hacía que, en los papeles, San Cristóbal tuviese "las de ganar".

Esa idea se redoblaba con los primeros instantes del partido, cuando, antes del primer minuto de juego, el equipo rival casi se hace ¡DOS GOLES EN CONTRA! (producto de jugadas diferentes). Primero, un defensor yerra la dirección de un pelotazo que intentaba sacar desde el fondo (en, como dijimos, la primera jugada del partido), haciendo que la pelota vaya con dirección a su propio arco. El balón pica, y por el impulso extra que le dió el viento, el arquero calculó mal el mismo y pasó de largo... De casualidad no fue gol: la pelota se posó en el techo del arco. Córner. De ese corner, un envío al corazón del área por Ignacio Zavadil, sumado al factor climático citado, generó que otra vez un defensor erre el despeje: en esa ocasión, la pelota impactó contra el travesaño. Al primer minuto, Vallejos Devoto había hecho de todo para abrir el marcador...¡a favor nuestro! Todos se miraban atónitos: jugadores propios, rivales, espectadores, árbitros. Algo muy poco usual en la historia del fútbol profesional y amateur. No sólo el rival quería abrir(nos) el marcador sino que San Cristóbal era una tromba en los comienzos: al segundo minuto, Martín Larralde se encuentra la pelota en la entrada del área y saca un fuerte remate que el arquero logra despejar para un costado. El marcador seguía virgen hasta que a los seis minutos, luego de una falta desde la derecha, Pablo Soria envió un fino y excelente centro a la cabeza de Sergio Míguez, quién impacto la bola depositándola en las mallas ante el intento esteril del arquero rival por sacar el remate. 1-0 y algarabia. San Cristóbal se sentía seguro vencedor y hasta soñaba con una gran cantidad de goles. El juego demostrado en esa primera parte así lo presagiaba. Al cuarto de hora, gran centro de Larralde para la entrada de Soria, quien, de primera, definió a un palo y la pelota se fue cerquita. Segundos después, Vallejos Devoto sale mal del fondo, y Larralde aprovecha la confusión para irse mano a mano con el arquero corriendo desde atrás de 3/4 de cancha. Tenía todo a su merced, el gol y la gloria dominguera, y, a pesar de que definió con un gran gesto técnico (luego de acomodarse debidamente, impactó la bola fuertemente, apenas de sobrepique, con la parte exterior del pie derecho), la pelota no se separó lo esperado de la posición del arquero, quién pudo desviar el remate al corner, salvando la hecatombe de su equipo. Dos minutos después, el gran Larralde pudo redimirse: tras una deliciosa asistencia de emboquillada de Ignacio Zumbo (superando a la línea defensiva al mejor estilo Iniesta), Martín definió cruzado ante la salida del arquero y estampó el 2-0. Era un dominio absoluto del albiverde y, lo más importante, era que podía reflejarlo en el resultado.

Recién a los 20 minutos, Vallejos Devoto contó con su primera chance: luego de que Gabriel Esplugas saliera tarde, una habilitación dejó sólo al 9 rival (el delantero más preocupante) quién, luego de algunos amagues frente a nuestro portero, Leandro Jakob, se comió increiblemente el descuento (ese iba a ser el primero de varios goles errados por él). Dos minutos despues, otro mano a mano del rival desperdiciado: ésta vez, el otro delantero definió apenas afuera. El gol rival parecía llegar y así fue un minuto después que, luego de un par de pases en el área, un volante rival fusiló a Jakob para lograr el descuento. Al minuto 31, otra chance del rival: el volante derecho entro por dicha zona del área y sacó un fuerte chutazo que se fue por encima del travesaño. San Cristóbal estaba dormido. Para despertarse, entro en acción Larralde por derecha, envió un centro maravilloso exigido a la corrido y Zavadil, entrando como una saeta por el segundo palo, cabeceo bombeado al primer palo del arquero (quien quedaba a contrapierna), pero la pelota se fue apenitas ancha.
El segundo tiempo invitaba a otro partido: el viento a favor iba a estar de parte del rival, por lo que, en el entretiempo, ya nos dábamos cuenta que la ventaja mínima de un gol había sido poco para lo que podía avecinarse. Y así fue. En su mayoría, el transcurso de la etapa final encontró al rival enviando pelotazos a nuestro área, buscando el error. En los primeros minutos, se agigantó la figura de Leo Jakob en el arco, sacando dos buenas pelotas tanto a los 7 como a los 10 minutos. A los 15, recién, llegó la primera ocasión de San Cristóbal: Soria le metió una excelente habilitación de tres dedos a Larralde, quien llegó exigido con el arco rival. Trabó con él y la pelota quedó boyando: cuando intentó definir al arco semi-vacío (ya que el portero volvía a su posición), un defensor obstaculizó el remate y ahogó el grito de gol. Conquista que llegaría cuatro minutos despues, casi llegando a la mitad del tiempo complementario, cuando, a partir de un pelotazo de Andrés Lence desde el saque del arco y posterior peinada de Soria, Larralde escuchó el grito de Zavadil, quien penetraba en la defensa rival, poniéndole una gran asistencia. El lánguido volante, ante la salida del portero (y fuera del área), definió de sombrerito con su pierna menos hábil para establecer un 3-1 que, por el desarrollo de la segunda parte, era mentiroso. A los 25, no obstante, el equipo rival acortaba nuevamente distancias: tras un centro desde la izquierda, Jakob dudó, la defensa no la pudo sacar, y un defensor rival que entraba por el segundo palo sólo tuvo que empujar el balón. Faltaba un cuarto de hora y los nervios parecían aflorar en el mismo momento que el cansancio se hacía notar (y mucho). En eso, Pablito se mandó un jugadón: primero recuperó la pelota en el flanco derecho de los tres cuartos de cancha, y, en una jugada poco vistosa, comenzó a superar rivales trabando continuamente la pelota. Así entró al área y definió como pudo (con la punta del botín) ante la salida del arquero, quien llegó a tocarla previamente a que la pelota bese el palo lejano y se vaya al corner. Una jugada que no se esperaba nadie y que podía haber sentenciado el partido. Pero... historia archiconocida es que "los goles que se pierden en una arco, se hacen en el otro...". Y lo peor es que esa frase siempre se aplica en minutos finales y decisivos. En este partido no fue la excepción: cuando el árbitro ya había marcado los 3 minutos finales, una nueva falta innecesaria en las puertas del área encendió la alarma. El envío fue rechazado a los tres cuartos del campo, donde la recibió uno de los últimos hombres rivales. Éste, manso y tranquilo (es decir, sin el atore que tuvieron que realizar los jugadores sancristobaleanos que salieron del área, los cuales sólo atinaron a mirar), metió un centro al segundo palo que parecía inofensivo. Pero (siempre hay "peros" en la historia sancristobaleana) un defensor quedó enganchado y un rival entró habilitadísimo por atras, ajusticiando a Jakob y poniendo el empate definitivo. La bronca brotaba de los poros de todos, quienes despotricaban para el defensor que había quedado habilitando, cuando lo cierto era que ese error individual había sido resultado de errores colectivos (como las constantes infracciones en las adyacencias del area y la pasividad a la hora de marcar al que metió el centro). Los sancristobaleanos se miraban desconsolados y no podían creer los puntos que se escapan. Pero el partido no había terminado: había posibilidad de tirar un manotazo de ahogado. Luego de una falta a favor en mitad de cancha, la dupla "Mancu" Rameri-Espiñeira, pidió a los gritos al equipo que se adentrara en el área rival ya que era la última jugada del partido. El envío de Zumbo fue dominado medianamente por Zavadil, quien logró puntear la pelota para Miguez, que se encontraba detrás del punto penal. El delantero, sufriendo el asedio de un defensor, no tenía tiempo para parar la pelota por lo que decidió cachetear la misma como podía: así fue como el remate terminó en las manos del arquero y, con ello, las ilusiones de San Cristóbal de concretar la heroica.

En definitiva, fue un partido con muchas emociones pero que tuvo poco fútbol. San Cristóbal deseaba ganar para seguir con puntaje perfecto, mientras que el rival necesita la victoria como el agua para seguir viviendo. Lamentablemente, el resultado fue un empate, el cual no le sirve a ninguno de los dos. No importa: rescatemos que el equipo sigue invicto y buscará con todas sus fuerzas entrar en los playoffs de la zona campeonato. Ahora, a pensar en el próximo domingo.

miércoles, 25 de agosto de 2010

FECHA 1: Estadísticas

FECHA 1: San Cristóbal 1 - Merthiolate 0

Señoras y señores, luego de muchas idas y vueltas, la espera ha finalizado y San Cristóbal volvió oficialmente a las canchas: comenzó el nuevo torneo de "Torneos del Bajo" y el albiverde debutó con una merecida victoria por 1-0.

Después de haber conseguido, como mucho, un empate en los amistosos previos al inicio del torneo, el debut no se presagiaba alentador. El día gris que atestaba el campo de deportes de la Universidad Tecnológica Nacional en el Bajo Flores parecía reforzar ese supuesto. Además, el equipo llegaba con varias bajas por lesión y ausencia, y un par de jugadores nuevos (Matías Repetto, quien ya contó con minutos en cancha en partidos de preparación, y Pablo Pirola, estreno absoluto). No obstante, San Cristóbal rompió todos los pronósticos e hizo la "clásica": ganar el primer partido de un torneo (salvo en el último disputado, siempre había sucedido esto y siempre en condiciones adversas). El equipo demostró un buen nivel en todas sus líneas (facilitado por el bajo desempeño del rival) y consiguió una victoria exigua para lo que fue el desarrollo del partido.

El primer tiempo fue parejo. El rival atacaba por las bandas y con pelotazos a sus delanteros buscando el error de la última linea albiverde, pero no tenían más herramientas que esas. Sus delanteros no eran de temer y fueron deglutidos por los férreos defensores sancristobaleanos. No obstante, contaron con un par de chances que fueron bien resueltas por el improvisado arquero Leandro Jakob: en la primera, un mano a mano; y en la segunda, un tiro libre que sacó al córner luego de un desvío en la barrera. Por su parte, San Cristóbal trataba de hacerse dueño de la pelota en el mediocampo, pero los volantes estaban imprecisos y la pelota no le llegaba limpia a los delanteros. Dos jugadas claras para rescatar: un cabezazo de Luciano Banegas luego de un córner que se fue apenas desviado, y una penetración de Jerónimo Jakob por la izquierda del área, definiendo apurada y mansamente a las manos del portero rival.

En la segunda parte, la historia fue otra. Los buenos cambios realizados desde el banco por Nicolás "Mancu" Rameri (Pirola por Ignacio Zavadil y Repetto por Jero) parecieron repercutir en el buen desempeño que mostró el equipo a partir de alli, basado en buen fútbol, control de pelota y constantes desbordes por el sector derecho. En esto, mucho tuvo que ver el debutante Pirola, quien jugó un partidazo por su andarivel. Los rivales prácticamente no podían acceder al arco defendido por Jakob y cuando llegaban, la defensa se mostraba firme. Esto daba confianza a los laterales para mandarse al ataque: tanto es así, que en una escalada, Jorge Leandro "Neme" Romero envió un centro precioso para Pablo Soria, quien cabeceó espectacularmente, pero la bocha fue sacada del ángulo por el arquero. Nuevamente, rápido desde el banco, Rameri hizo reingresar a los jugadores que habían salido (en este nuevo torneo se permite una vez el reingreso de los que habían salido mientras no sobrepase el límite máximo de 5 sustituciones por encuentro) y eso significó la frutilla del postre, ya que los descansados Jero y Nacho dieron aire fresco al entrar por Pablito y Federico Sampayo. Ese aire nuevo y fresco le permitió a Jero ser el protagonista del partido: faltando diez minutos, Martín Larralde desborda por derecha y envía un centro pasado que parecía desvanecerse pero Jero, a puro coraje, se hace de la posesión del balón, se saca un hombre de encima y, sólo frente al arco, define para decretar el 1-0 final. Algarabia para el albiverde que era conciente que el partido no se podía escapar. A partir de entonces, mantuvo su orden en todas las líneas y el rival no puso en peligro el arco defendido por Leo Jakob (quien, previamente al gol sancristobaleano, se había lucido con un nuevo mano a mano atajado).

Como normalmente se dice en el mundillo del fútbol, el primer partido se gana sin importar cómo se juegue. Y así fue. Adicionalmente, los jugadores se fueron conformes con el nivel mostrado, ilusionados con lo que vendrá y sumamente contentos por las nuevas adquisiciones de San Cristóbal FC. Si bien es temprano para especulaciones, el equipo sabe que con los nuevos, sumado a las ausencias, el equipo peleará por la zona campeonato y, quién dice, lograr el primer torneo para el palmarés del club.

Por la segunda fecha, San Cristóbal FC enfrentará a Vallejos Devoto, equipo que perdió contra Cruz Roja por 1-0. De ganar, estaremos construyendo un lindo camino a los play-offs de la zona campeonato.

Felicitaciones a todos y bienvenidos a los nuevos.
Por Nicolás Espiñeira (con la colaboración de Andrés Lence y Nicolás Rameri)

miércoles, 4 de agosto de 2010

El Rinconcito del Chino: "EnTEROS" (AMISTOSO: San Cristóbal 0 - Cruz Roja 1)

La ausencia suele ser así. Recién cuando algo falta uno se da cuenta de cuánto importaba en su vida. Y el fútbol, en mi caso, cuando falta es como si la vida perdiese un poco de gusto. Como esas comidas que huelen bien y se las nota sabrosas, pero que no tienen sal y no se las disfruta del todo. Para mí, la vida sin fútbol es eso, como una comida sin sal… Cuando no hay fulbito los domingos falta ese gustito que solo lo genera correr detrás de una pelota. Quizás por esa carencia, que ya llevaba casi dos meses, era que me sentía tan mal. Engripado, congestionado, con dolor de cabeza, así estuve toda la semana previa al partido frente a Cruz Roja. Y así llegué al domingo. Me desperté y en la cabeza tenía una puntada que me subía desde las cervicales hasta la nuca, mientras la respiración estaba atascada por una gran bola viscosa de porquerías que ocupaba toda mi nariz. Con ese panorama para nada alentador, un frío que congelaba hasta las ideas y el bolsón blanco de camisetas, arranqué hacia el colegio Manuel Belgrano. Cuando llegué no encontré a nadie, por lo que seguí camino hacia el garage para buscar mi auto. De pronto, casi de la nada, aparecieron Lucho y Rito. “¿Van al partido?” les pregunté, todavía medio dormido. “Y si Chino…” dijo Luchito, con un bolso inmenso colgando de su hombro derecho y con ropa deportiva. “Dale, subí...” me dijo con una sonrisa mientras nos metíamos en su Ford Orion. “Esto es buenísimo para mí, es como una terapia… ¿Sabes cómo despejo la cabeza en este ratito con ustedes?”, dijo Lucho. Resulta que el fornido volante central está por ser padre en cualquier momento, se acaba de comprar un departamento y entre trámites, mudanza y el cuidado de su señora y futura niña, tiene una ensalada rusa en la cabeza. De alguna u otra manera, el fulbito del domingo es una terapia inigualable para todos: amigos, deporte, aire libre, y una hora y media donde salís a la cancha y jugas como si realmente fueras un profesional. Pocas cosas se comparan con jugar un torneo de fútbol con los amigos de tu barrio.

Y pocas cosas, también, se comparan con jugar a 20 minutos de tu casa. El gran cambio de San Cristobal, que le devolvió la alegría al equipo, fue el cambio de torneo. De los insoportables 70 km ida y vuelta que hacíamos estoicamente hasta el predio de Benavidez, ahora el glorioso albiverde se trasladaba hacia el Bajo Flores y en escasos minutos estaba dentro del campo deportivo de los Torneos del Bajo para jugar su tercer amistoso con la vista puesta en el campeonato que arranca el 15 de agosto. (¡Aleluya hermanos!)

La cancha parecía un desierto. Completamente pelada, con un barrial que parecía un pantano en uno de sus costados (fruto de la lluvia infernal de toda la semana) y con signos de un abandono notorio. El partido parecía que se iba a jugar en la puna. Los players del Santo empezaron a trotar de a poco, a tirar centros y demás payasadas que damos en llamar “entrada en calor”. Yo los miraba sin sacarme la campera y con una batucada en la nuca. Realmente no me sentía del todo bien. Pero de pronto todo cambio cuando un hecho inesperado me sacó de mi sopor: un tero, plantado al borde del área grande, le hacía frente al equipo completo del S.C.F.C abriendo las alas y dando un chillido agudo y profundo. Al principio no entendíamos bien que pasaba; lo que si sabíamos era que el animal no se iba a mover de ahí. Algunos intentaron arrimarse para correrlo pero no había caso, el tipo tenía algo muy importante que defender. “Dale, déjense de joder con ese bicho, loco”, dijo Neme, insensible como muchas veces en su vida, y le tiró un pelotazo certero al terito, que se vio obligado a salir volando para no ser arrollado por el balón. Ahí nos dimos cuenta: el bichito estaba tan agresivo porque estaba empollando tres huevitos en plena cancha. Si al principio intentamos correr al animal para no lastimarlo, ahora era imperioso correr los huevos o iban a terminar aplastados bajo los tapones del primero que pasara por ahí (y Giampol tenía todos los números). Lucho fue raudo a ubicarlos fuera de los límites del campo de juego y ahí se termino de enfadar el ave. Cuando voló hacia el lugar donde estaba gestando su descendencia y no encontró más que pasto reseco y tierra, empezó a sobrevolarnos y el primer apuntado fue Cissé. “Uuuuuhhhh” se escuchó entre risas cuando el animal planeó sobre el marote del lungo portero y le tiró un picotazo que si lo agarra le arranca los (pocos) pelos que le decoran la cabeza. Luego intentó agredirnos un par de veces más pero no tuvo éxito y se fue a la mitad de la cancha, donde de pronto aparecieron dos teros más. Parecía que se venía un ataque en conjunto cuando los tres empezaron a chillar a la vez, como dándose una arenga final. Pero en ese momento, como dando por finalizado el espectáculo de las aves, el referí hizo sonar el silbato llamando a los capitanes y hubo que mentalizarse en el juego.

Ni bien movimos, Pabli se la dio a Jerito (¿o Terito? Ya no sé…), y este me la pasó a mí. Tome la bocha por la derecha y gambetee a uno, a dos y luego tire un pase a cualquier lado. Fue una jugada intrascendente, pero me hizo sentir bien. Me sentí seguro y como por arte de magia no me dolió mas la cabeza y se me despejo la nariz. Tomé aire con toda la fuerza de mi tórax y empecé a correr como si fuera la última vez.

El trámite estaba parejo. Ellos tenían un nivel similar al nuestro, eran ásperos, sobretodo en el fondo, y la llevaban bien con el 11. Nosotros estábamos bien plantados atrás, teníamos al tanque Larralde para aguantar todo lo que le tiráramos, y a Jero y Nacho Z para jugar. Debe haber sido la influencia de los teros y sus patas largas y finas, o quizás porque hizo pie como nadie entre tanto barro, pero el flaco Zavadil jugó un partido bárbaro. Desde la primera bocha se lo vio bien: arrancó por la banda y gambeteo a dos y tiró un gran pase que Pabli no pudo definir. Y durante todo el partido anduvo bien, sobretodo en el segundo tiempo, con mucha dinámica, pases precisos, y buena gambeta.

El primer tiempo fue bastante aburrido. Solo un tiro cruzado de Pabli sacudió un poco la modorra del partido. Ellos casi no llegaron. Así las cosas, nos fuimos al complemento en cero y a la espera de los cambios de la reencontrada dupla técnica Mancu - Steven Seagal. Yo, contrariamente a lo que estaba previsto, no salí. Mauro le dejó su lugar a Sese, Neme a Cheche y Bambi a Rito, pasando Cheche a la delantera y Pablo retrasándose de 8.

La segunda etapa seguía pareja, pero ellos se empezaron a animar un poco más. Llegaron con más gente y estuvieron un par de veces cerca de abrir el marcador. Nosotros tocábamos bien la pelota, sobretodo por la izquierda, con las subidas de Fede Sampex, y con el gran partido de Nacho Z, que ubicado en la zona donde se reunieron los teros, se sentía como en su casa y hacía jugar a todo el mediocampo. Pero, como siempre pasa, la paridad se rompe por lo más fino, y siempre la parte más fina del hilo está del lado nuestro, carajo. A la salida de un tiro libre a favor nuestro, ellos la recuperan y lazan un contraataque veloz. Quedamos tres contra cuatro, mal parados, completamente en línea y a contra pierna. El enganche de ellos tiró un pelotazo excelente y el 11, que esperaba agazapado a mis espaldas, pico solo y encaró a un Rito que nada pudo hacer ante el tiro cruzado que decretó el 1 a 0. “Ya desde que empezó la jugada se notaba que terminaba en gol”, me confesó Cissé mas tarde. Injusto por el trámite equilibrado del juego, el gol en contra fue demasiado castigo para un equipo que había corrido y metido muchísimo. Para el final quedaron dos mano a mano que no pudo definir nuestra delantera y una gran salvada de Sampayo en la línea, cuando en otra contra ellos patearon de lejos y la bocha voló por encima de la humanidad de Rito e iba irremediablemente al gol.

Buen partido del equipo a pesar de la derrota, se corrió muchísimo, hubo mucha actitud y faltaron jugadores importantísimos como Nico Z, Sergio “Tanque” Miguez y Nachito Zumbo. De cara al inicio del torneo, la expectativa va subiendo, San Cristóbal esta vivito y coleando, con su equipo listo para la competencia. Lo mejor está por venir, amigos…
Para cerrar, voy a citar al gran Bambino: Enderezá la nave y zarpemos neneee!!!
¡Hasta la victoria siempre carajo!

PD: El “Momento San Cristóbal” de todos los domingos a cargo, cuando no, de Nacho Zavadil: “¡A ver si dejan de hacer tantas pantomimas para sacar un lateral carajo!”, tiró el 11 cuando, luego de tomar una larga carrera, Fede Sampex sacó un lateral que cayó a la altura de la cabeza de Nacho en vez de al pie.

PD 2: Cissé Putoooo!!!!

Por: -.- (Chino Lence, el 4)

lunes, 2 de agosto de 2010

AMISTOSO - Domingo 01/08

San Cristóbal FC jugó el anteúltimo partido de preparación antes del inicio del nuevo torneo: perdió 1-0 frente a Cruz Roja, equipo que marcha tercero en el torneo que esta finalizando. El partido se jugó en un campo de juego en malas condiciones (por todo lo que había llovido en los días previos) y el partido fue peleado y aburrido para el público que observaba, congelado, desde afuera de los límites.
El gol rival llegó en el segundo tiempo luego de que un tiro libre a favor de San Cristóbal fuese mal ejecutado y permitiese el contrataque de Cruz Roja.
La figura del equipo fue Ignacio Zavadil, quien tuvo un incansable ida y vuelta, y estuvo preciso a la hora de poner pases en profundidad para los delanteros.

ALINEACIÓN:
1- Diego Nartallo
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17- Andrés Lence
19- Gabriel Esplugas
16- Mauro Vázquez
14- Federico Sampayo
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18- Jorge Romero
5- Jerónimo Jakob (C)
20- Luciano Banegas
11- Ignacio Zavadil
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21- Pablo Soria
10- Martín Larralde

Luego ingresaron: José Madeira, Rito Banegas, Manuel Serratto y Ezequiel Miremont.