Lamentablemente, San Cristóbal ha caído en la fecha inicial del torneo contra Sportivo Rustique por 2 a 1. En términos generales, al equipo se lo vio mal física y técnicamente debido al largo receso entre torneos. Si bien el rival tampoco fue claro en sus intervenciones, logró hilvanar algunas jugadas de riesgo contra el arco defendido por Cissé. El partido fue chato, aburrido y muy trabado.
En el primer cuarto de hora del primer tiempo, los equipos parecían estudiarse sin lastimarse. La pelota iba y venía por el mediocampo sin tener un claro poseedor de la misma. La ineficacia en los pases, fruto de la imprecisión y del pressing ofrecido por los equipos en los primeros minutos, fue el factor común en ese lapso. Sportivo Rustique, a su vez, logró llegar en más ocasiones al arco rival pero con remates a distancia que no conllevaron mayor peligro a San Cristóbal. No obstante, promediando la parte inicial, un pase entrecortado a media altura para el nueve rival, lo dejó mano a mano con el arquero sancristobaleano, el cual sólo atinó a observar cómo el centrodelantero la paró de pecho y, con todo el arco a su merced y la pelota picando, lo fulminó. Nada que hacer. Uno a cero para el rival cuando no era más que San Cristóbal. Pasado el desnivel, el juego siguió por los mismos carriles: horribles. Las únicas llegadas claras de San Cristóbal en ese tiempo fueron un corner de la derecha ejecutado por Ignacio Zavadil y que Sergio Miguez no pudo impactar certeramente a la red, y un tiro libre de la derecha pateado por Luciano Banegas que culminó con un cabezazo del mismo Zavadil a las manos del portero.
El comienzo de la segunda etapa encontró el empate de San Cristóbal a los pocos minutos: jugada por derecha entre los ingresados Soria y Nartallo, éste último que levanta la cabeza y mete una asistencia deliciosa entre líneas para Sergio Miguez, quien, sin pararla, metió un remate cruzado que el arco rival no pudo contener. Llegaba el empate y con él se vislumbraba una actitud diferente en San Cristóbal: parecía que se iba a llevar por delante a su rival. Pero...promediando el segundo tiempo, llegó la lógica merma física que se esperaba ante tanto tiempo de inactividad. Así, el rival aprovechó el bajón del verdiblanco y se hizo de la posesión del balón, pero sin llegar claramente al arco contrario. En eso, se dió el blooper de la jornada: un volante rival metió un pelotazo llovido y sin sentido contra el arco, y la pelota, maliciosamente, buscaba colarse por las espaldas del arquero Cissé. Pelotas complicadas si las hay, el arquero supuso dominar tranquilamente la situación, pero la pelota, cuando buscó interceptarla de arriba, se le escabuyó de las manos con destino de gol. En eso, el arquero reacciona y mete un manotazo para sacar el balon, pero casi se le mete: luego de la palmada, la pelota dio en el palo y recorrió mansamente parte de la línea de gol hasta que finalmente el arquero la pudo capturar. A pesar de no haber entrado, el rival se descontroló en pedidos exagerados al línea porque juraban que había sido gol, pero la pelota, claramente desde la posición del asistente (y del arquero, claro), no había entrado. Jugada increíble que, por suerte, no terminó en gol rival. No obstante, a partir de allí, el arquero dejó de transmitir seguridad porque estaba visiblemente estupefacto tras el error. Siguiendo con las alternativas del partido, era un factor común que los delanteros rivales quedaran constantemente en posición adelantada, lo que motivaba también exageradas quejas que obligó al árbitro a amonestar a un par de rivales. Cuando el partido parecía morir en un empate, a falta de un poco menos de diez minutos, el centrodelantero rival recibió nuevamente un pase entre líneas y mano a mano, otra vez, con el portero definió con fiereza a un palo para desatar la locura rival. A San Cristóbal no le quedó más nafta para buscar la heroica salvo un centro preciso desde la derecha que nadie pudo conectar. No hubo tiempo para más. Debut y derrota.
Evidentemente, el equipo, con el correr de los partidos, va a volver a encontrar su nivel. En esta ocasión, faltó resto físico, amigarse con la pelota y confianza individual en los mano a manos. Además, se ausentaron (por lesión y otras cuestiones) cuatro jugadores que habitualmente son titulares. A pesar de todo eso (y quizás este es un punto positivo), el equipo mostró garra y entereza para aguantar el partido hasta donde podía y perder dignamente por 2-1 (recordar que contra este mismo equipo se perdió 2 a 0 en el torneo pasado). El próximo partido será otra historia.
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