Debut internacional del equipo en la Copa NEME (12 de diciembre de 2009 - Estadio Ernst Happel de Viena) - PARADOS: Andrés Lence, Sergio Míguez, Jorge L. Romero, Nicolás Zavadil, Nicolás Espiñeira e Ignacio Zavadil. AGACHADOS: Ignacio Zumbo, Pablo León, Diego Nartallo, Nicolás Rameri y Mauro Vázquez.

PRÓXIMO TORNEO

ESTADÍSTICAS

------------ LO QUE EL FINDE NOS DEJÓ -------------

El 0-4 frente a Oeste FC dejó dos perlitas para nuestro regocijo:

1) Cuando el 9 definió mano a mano en el segundo gol, Giampol, Neme y Serpentor se esmeraron: "Cissé es un arquero 2-D, es gigante pero cuando el otro pateó era finito y plano..."

2) Terminado el encuentro, tras el decepcionante papel del equipo, Nacho Zavadil le puso color a su pensamiento: "Lo que pasó es los otros, cuando le pegaban, hacían 'ploc' [gesto de impacto seco de la pelota contra su mano] y, cuando lo hacíamos nosotros, hacía 'pif' [gesto de que le erraban]". Sublime. La más cruda realidad.

3) ¿Querían más realidad? Luego de que 2 de los 4 goles del rival los marcase un 9 grandote, torpe y lento, Sampex estalló: "¡NO NOS PUEDE HACER 2 GOLES UN TIPO QUE PESA 120 KILOS!". Tenía razón. Era un armario al que le faltaban 22 cromosomas...Así y todo, nos dejó en ridículo. Prefiero que venga el niño que nos embocó una vez en el Cirse...

domingo, 27 de diciembre de 2009

Evoluciona el arquero sancristobaleano

Nicolás Espiñeira, más conocido como "Cissé", y arquero de San Cristóbal FC, se recupera favorablemente de la operación de corazón que sufriera el pasado martes. Increíblemente, el jugador fue quemando etapas de recuperación a una velocidad asombrosa y en el día de la fecha (Domingo 27/12/09) le será otorgado el alta del instituto Fleni de Belgrano.
En cuanto a los plazos de rehabilitación, el jugador no podrá hacer fuerza con sus brazos hasta pasado un mes, momento en el cual se sentirá totalmente apto para cualquier actividad. No obstante, los médicos recomiendan evitar los deportes y actividades de choque/impacto hasta cumplidos los 3 meses desde el día de la operación. Por ende, se especula que el retorno del arquero a las canchas se dará en los últimos de marzo o principios de abril (a las pistas, obviamente, la vuelta se producirá mucho antes).

sábado, 26 de diciembre de 2009

Novedades sobre el torneo

Por un lado, la novedad principal es que el reinicio del torneo se posterga para el mes de febrero debido a las vacaciones de verano. Por otro, decir que aún no se llegó a una determinación oficial respecto al partido que se nos suspendió frente a Los Rústicos (¿hasta cuando esperar?)

martes, 15 de diciembre de 2009

EL RINCONCITO DEL CHINO: "Tres al hilo: vayan trayendo el whisky..."

Muchas veces, la ausencia y la distancia te conectan con las cosas de una manera única. Entonces, cuando llega el domingo y recibo el clásico mensaje puteador que refiere a que estoy llegando tarde, como siempre, al encuentro de mis compañeros, me doy cuenta de que extrañé horrores estos domingos de fútbol con mis amigos. “¡Dale, salame!”, me escribió Fede cuando habían pasado mas de 20 minutos de la hora en la que prometí estar con mi Fiat 147, el viejo lobo de mar, el fumador empedernido, lento como su dueño pero noble y fiel, en el que nos apretujamos para llegar al CIRSE. Y se me dibujó una sonrisa cuando leí el mensajito y sentí que todo volvía a estar en su lugar, que el domingo volvía a ser domingo y que la tarde se iba a pintar de verde y blanco de principio a fin.

En el primer tramo del recorrido sentí que Fede me había extrañado. Y mucho. Porque no paró de hablarme, colgado del apoyacabezas de mi asiento, durante todo el viaje. Explicó que luego de una ardua búsqueda había conseguido el último disco de Pearl Jam, que se sentía orgulloso de que la banda que el había recomendado en Facebook unos meses atrás como un hallazgo único, hoy era la banda del año para la revista Rolling Stone. Habló del ascenso, de periodismo y hasta en un momento de regresión descontrolada se puso a cantar canciones de su animador favorito de la infancia, “Pepe” o “Paco” no se cuanto, o algo así. Sinceramente para ese entonces solo escuchaba el murmullo interminable del bueno de Sampex y llegaba a la conclusión de que Fede tiene una memoria inmensa, inagotable y admirable que muchas veces lo empuja a un abismo de palabras encadenadas como si estuviera al aire permanentemente en FM 100 y no pudiera dejar jamás un silencio.

Cuando volví de mis divagues de autopista, me di cuenta de que Sampex finalmente se había callado y de que Sergio, mi silencioso copiloto, me estiraba la mano con los 5 pesos que salía el estacionamiento. En los vestuarios me topé con Neme, el gladiador del cabarulo, que venía pasado de vueltas por una noche agitada (como de costumbre…). “Ayer fui a ver a Calamaro y después fui a lo de la minita”, me comentó feliz de la vida. “¿Cuál, esa con la que te estas haciendo el novio para darle masa?”, le conteste con maldad premeditada. “¡Pará, no seas hijo de puta, tampoco es tan así!” me respondió abriendo los brazos, pero con una leve sonrisa que lo delataba. “La cuestión es que la pusiste hasta altas horas y estas muerto…” le dije. “Naaa, me eche uno solo, uno rapidito, de vicioso nomás…” me contesto riéndose como una hiena. Lo miré y salí con la intención despejar la cabeza después de tanto “Neme”.

Cissé me recibió contando la guita del partido y con la noticia que esperaba: “Chino, arrancas en el banco”, tiró el guardameta enyesado. Y si, “dos partidos que no vas a jugar y pagas derecho de piso como la primera vez” pensé. Entonces me acomodé pegadito a la raya de cal y, como no había mucho por hacer durante esos 40 minutos, me dispuse a filmar el partido.
El primer centro nuestro que cayó al área rival fue gol. El segundo también. Cissé, borracho de felicidad por la incipiente goleada, festejó levantándose la casaca del Barça y mostrándome el cinturón de AC/DC que rezaba “Black Ice” en todo el contorno de su mínima cintura. Y yo, feliz y confiado en que todo volvía a la normalidad y ya no venían mas goles, me puse a mirar el horizonte como un quinceañero que busca a su amada entre las estrellas de la noche… hasta que el grito de gol me devolvió al sol del CIRSE. “¡Golazo Nachito!” tiró el DT del yeso ante una nueva magia del 5. Resulta que el rubio empalmó un bombazo a la carrera desde afuera del área y la puso en el ángulo, mientras yo me quedé con la cámara apuntando el pasto. “Me lo perdí… estaba boludeando y no lo filme… justo el mejor gol” le dije a Cissé que se empezó a cagar de risa: “jajaja, mirá la carita que tenés, jajaja”, se divertía el lungo ante mi cara de desazón.
Lo que quedó de juego en esa primera parte solo nos dejó el descuento de ellos y el “Momento San Cristóbal” de la tarde: de pronto, de la nada y entre un remolino interminable de piernas, se escuchó el inconfundible “tero, tero” que hizo que los players se miren todos entre sí. La pelota se había ido al corner y al ladito de la raya del lateral había un tero que a los gritos llamaba desesperado a su pichón. El árbitro lo quiso sacar a las patadas pero la pequeña ave dio un saltito y volando en círculo volvió al césped. “teroteroterotero” decía desesperado el bicho ante la mirada de todos los que estaban adentro y afuera del rectángulo verde. Entonces el referí, dotado de una agilidad que solo mostró en este movimiento que paso a detallar, pegó un pique corto, se agachó y de un manotazo capturó al pichón que, desorientado como estaba, o iba a terminar echo puré bajo el botín de algún desaforado que pasara por el sector (Giampol tenía varios números para eso…) o terminaba en la heladera de alguno (momento de publicidad: heladeras Neme) para ser deglutido por algún hambriento (como Jero, que, con su barba crecida y sus pelos arremolinados, parecía, como mínimo, un indigente). De mas está decir que el Terito, cuando vio que el botón del arbitro le afanaba al pichón, le voló alrededor y le tiró unos picotazos criminales que obligaron al juez a correr hasta la garita y abandonar a su suerte al pequeño animalito.

El segundo tiempo me encontró en mi antigua posición de lateral derecho. Me puse la vieja casaca del Celtic y Fede, al grito de “¿!Qué haces, boludo?!”, me hizo volver. “¿Qué pasa?”, le conteste sin entender. “Ponete la pechera, no podes jugar así”, me dijo, y caí en la cuenta de que había estado todo el primer tiempo viendo como mis compañeros jugaban con unas pecheras azules e inmundas (los rivales también vestían de blanco y verde) y ni me había dado cuenta, fiel a mi costumbre de navegar por las nebulosas mas colgadas que aparezcan en mi cabecita.
Comienza el complemento y la primera pelota que toqué fue una bienvenida al fútbol dominical. El joven delantero rival, ante mi quite limpio y a tiempo, me pego un topetazo que me reboso en tierra al minuto de juego. “Naaa, que me cobrás… Mirá lo que es este chabón, yo tengo 18 años nomás…” le espetó mi contrincante al juez principal, justificando su falta en su corta edad. Me hizo sentir viejo el muy hijo de puta. “Callate flaco”, le conteste mirándolo desafiante a los ojos y con algo de odio, porque en el fondo tenía razón, le llevo 11 años… Pero, a pesar de eso, me levante y me sentí completo, feliz de haber rodado otra vez en el pasto y la tierra, casi como bendecido tras casi dos meses de no tocar la globa. Ese foul solo fue la bienvenida al juego, la muestra de un partido que se fue poniendo cada vez más áspero. Ellos eran jóvenes e inexpertos, pero estaban decididos a rompernos las pelotas y tocaban bien en la mitad de la cancha. Nosotros teníamos campo y pelota para contragolpear a gusto. Nico Rameri corrió, metió y se durmió cuatro o cinco siestitas en el offside y Pablito, que había entrado en el complemento… bue, Pabli es otra historia… La primera que tuvo mano a mano con el portero rival la mandó a las nubes. La segunda también la perdió porque, ante la cómoda posición para el pase a Nico Rameri para definir, prefirió darle un cañonazo que explotó en el travesaño. Los nervios empezaban a subir. “¡Con marca José, con marca!” se desgañitaba Giampol y José no sabía para donde salir corriendo. “Nemeeeeeee” le gritaba el Robot a o rey do cabarulo cada vez que lo pasaban. Y yo me sentía pesado, falto de tiempo y distancia, y me hacían el 2-1, el 3-1, el 6-1, lo que querían, digamos. Nosotros cortábamos clavos con el upite porque ellos ya habían descontado con un cabezazo. Posteriormente, en un tiro libre que voy a patear en campo rival escucho que Cissé le dice a Fede “de abajo, tomala de abajo”. En eso me doy vuelta y lo veo a Fede tirado en el piso, con la camarita tomando la pelota y buscando el efecto Fútbol de Primera, ese que muestra como desaparece la pelota cuando la empalman de lleno. “Están detonados estos dos”, pienso resignado, y mando el centro que no termina en nada.
Se va el partido. Ellos atacan y asustan pero nada más. Nosotros no paramos de comernos goles entre Pabli, Lucho, Jero y Nico R, hasta que la agarró Pabli por derecha, una vez más, y empezó a subir un murmullo, como si hubiera una tribuna atrás de ese arco, cuando corrió solo por la banda y se dispuso a encarar por enésima vez al portero. “¡Hacelo la concha de tu madre!” escuché que le gritaron sin darme cuenta de quién era la voz. Por el medio corría Nico R, solito y solo para empujarla. “¡Pasaselaaa!” le gritaron de afuera, hechos una pila de nervios. Su destino era claro: o metía el gol o lo agarraban entre todos en el vestuario y lo hacían chiflar hasta que se quede sin voz, una chiflada de esas históricas, que lo dejara tirado en el piso agarrándose la entrepierna media hora después de comerse un millón de apretujones rencorosos… Y no se la pasó a Nico, no. Prefirió cerrar los ojos y darle de derecha, haciendo lo más difícil y arriesgado. La bola salió baja, al ras del piso, el portero voló a su derecha y la alcanzó a tocar con sus piernas, pero la bocha se elevó y fue directo a la red. Gol, 4 a 2, partido liquidado. Pabli giró con el puño apretado. No se lo veía feliz, si no que era alguien con la certeza de haberse quitado un peso de encima gigante como un Scania con semi-remolque. “¡Gooool!” gritó unos segundos después mirando al piso. Ellos, resignados, intentaron reaccionar pero solo pudieron pelearse con los siempre dispuestos sancristobaleanos. Jero discutió y quiso apurar a un marcador central flaquito y tan joven que bien podría ser su hijo. El referí los mandó a los dos afuera aunque sin tarjeta. Para el postre quedó una volada de Rito, sobre su izquierda, en una pelota que se iba afuera pero que resultó una tentación para el portero, que en su pelea por el puesto con la flaca Cissé, estaba esperando una atajada consagratoria. “Bien Ritó” le gritó Giampol como un loco y acentuando como siempre la o final (como si fuese Ritó, Maria Eugenia…), fiel a su costumbre de hacer todo extraño y fuera de toda lógica…

Y así llegó una victoria mas para el increíble San Cristóbal, que acumula 3 triunfos seguidos en cancha y uno que seguro ganará en los escritorios, haciendo honor al legendario hábito de sumar dentro y fuera del rectángulo, lo que se dice un equipo bien argento, ¡carajo!

Saludos sancristobaleanos, hasta la semana que viene y hasta la victoria Beckham!

PD: Cisse puto!

domingo, 13 de diciembre de 2009

FECHA 7: San Cristóbal 4 - Crack FC 2

La senda de la victoria, la autopista del triunfo, el riel del éxito. A ese camino se subió San Cristóbal FC, equipo que hilvanó su tercer triunfo en fila (cuarto cuando se confirmen los puntos que le deben dar por el partido suspendido frente a Los Rústicos) y se coló en la disputa por los primeros puestos. De a poquito, el albiverde va sacando unos números con el fin de candidatearse a la lucha por el torneo. Los dos punteros parecen ser invencibles ya que vienen con un andar regular y goleando sus partidos, pero todavia no se enfrentó al equipo del sur de la ciudad de Buenos Aires. Precisamente, las próximas dos fechas van a marcar un antes y un después en el destino del presente torneo ya que el equipo se enfrentará con los dos punteros, lo que será la prueba fehaciente de a qué nivel se encuentra San Cristóbal, si podrá pelear por el campeonato o si tendrá que apuntar a un segundo/tercer puesto. Veremos.
En esta ocasión, San Cristóbal FC se enfrentaba a un equipo aparentemente accesible de antemano: Crack FC, ocupante de unos de los últimos lugares del escalafón. De antemano, se percibía la poca edad de los rivales, como así también un hecho generaba el disgusto de San Cristóbal en su totalidad: debido a que en las camisetas de ambos equipos predominaba el blanco, nuestro equipo debió deshechar su gloriosa camiseta para terminar usando unas pecheras azul. No obstante eso, la llama sagrada del verde y blanco no se apagó y obtuvo, con ratos de buen fútbol (en el primer tiempo) y momentos de sufrimiento (en el segundo tiempo), la victoria por un 4-2 mentiroso, ya que el equipo desperdició infinidad de contraataques en el segundo tiempo que hubiesen reflejado lo que correspondía: un resultado más holgado.

Los primeros minutos de partido, que generalmente muestra a los equipos cautelosos, en fase de estudio del rival, no fue la excepción: se prestaban la pelota, analizando movimientos ajenos, pero sin ser profundos. En ese inicio, podía percibirse que el rival carecía de técnica del medio para adelante para lastimar, y que la línea defensiva era muy endeble, pero San Cristóbal aún no estaba dispuesto a aprovechar. Es más: hasta el primer gol, aproximadamente a los 15 minutos de la primer etapa, no había sucedido absolutamente nada. Y, para colmo, el gol fue "sucio" en términos estéticos, tras aprovechar un rebote en el área. La jugada habia iniciado con una salida de un tiro libre en tres cuartos de cancha por la banda derecha. Luciano Banegas, en vez de tirar el centro, decidió jugar corto para Jerónimo Jakob (realmente, la pelota era para el que se desentendió del tiro libre, pero Lucho no estuvo preciso y fue para Jerito), quien metió un par de engaches, retrocedió un metro, y metió una linda pelota por la derecha para Lucho, quien, en el interín, se habia mandado y penetró la defensa rival. En ese momento, mandó un lindo centro para la entrada solitaria de Ignacio Zumbo, quien, tras el mal cálculo del arquero, cabeceó solito y solo debajo del arco...¡TRAVESAÑO! Nachito se comía un gol increible para su capacidad (después se redimiría), y la pelota se elevaba en el área. En eso, Matías Quiróz enyasaba (o se enyesaba también) una chilena poco ortodoxa que no llego a destino (a la pelota) y la jugada parecía diluirse, pero... más atrás llevaba nuestro 9 goleador, Sergio Miguez, para clavar un terrible y seco derechazo y sentenciar la apertura del marcador. Así, el fornido atacante aportaba su cuota de costumbre: el gol. A partir de ese gol, el partido se inclinó totalmente hacia el arco de Crack FC: San Cristóbal arrinconaba a su rival a gusto y placer. Pero, no obstante, el rival encontraba más espacios de contra: así, tuvo un par de chances claras, sobre todo, una en la que el delantero pasó a nuestro arquero, Rito Banegas (quién reemplaza al lesionado Nicolás "Cissé" Espiñeira), pero se abrió demasiado, volvió a enganchar para dentro, remató al primer palo, pero la pelota se fue a centímetros del poste. Luego de eso, San Cristóbal contó con un tiro libre en una posición semejante a la del primer gol. En esa ocasión, Jero se hizo cargo de la ejecución y envió un hermoso centro al primer palo: Nachito afinó su puntería "cabecística" y peinó impecablemente la pelota, la encontró la red por segunda vez en el partido. Era el 2-0 y el partido se iba simplificando con el correr de los minutos. Encima, instantes despues al segundo, llegó el tercero: insaciable, Nachito nuevamente fue el protagonista al marcar un golazo que parecía sentenciar el partido. En una jugada sin riesgo aparente, Nicolás Rameri cedió para el volante, quien, en tres cuartos de cancha frente al arco, y con la pelota picando, metió un tiro fuerte y bombeado que se le coló al arquero en el ángulo superior izquierdo. ¡GO-LA-ZO! (como nos tiene acostumbrados, últitamente, el metedor mediocampista -agradeceme esto porque el equipo sabe que ganas más chiquitas en el facebook gracias a mis halagos... podrías "prestarme" algo). Los jugadores de Crack FC se miraban, se insultaban, y no podían entender como en un santiamén, el resultado ya estaba tres goles abajo. A partir de entonces, San Cristóbal aflojó el acelerador y se relajo visiblemente, y el rival contó con un par de chances claras, destacándose un tiro libre frente al arco cuyo chute, al medio, fue sacado por Rito al corner casi por casualidad debido a que se le hizo de noche justo cuando la pelota le llegaba al cuerpo: Jorge "Neme" Romero se le cruzó delante para sacar el remate y lo eclipsó (en todos los sentidos del concepto). Neme le erró el rechazo y la pelota le pegó al arquero, se elevó y cayó en el techo del arco. En la siguiente que tuvo el rival, llegó el descuento: zapatazo al medio del arco que no encontró resistencia del arquero sancristobaleano, quien, no obstante, cumplió una buena tarea, con algunas intervenciones de valor en la segunda parte, pero eso será tema del siguiente párrafo...
Apenas convertido el descuento, el árbitro dió por finalizado esa primera etapa y, comos siempre, eran momentos de reclamos entre los jugadores sancristobaleanos: apuntados, principalmente, a Rameri, quien, si bien ponía sus incansables ganas, estaba impreciso y, sobre todo, individualista. No obstante, se trataba de tranquilizar a los muchachos ya que el equipo había dominado claramente al rival y el gol contrario había sido una jugada aislada.
En el entretiempo, si bien ningún jugador merecía salir, había que hacer un par de cambios para respetar la política de que jueguen todos. En ese sentido, Andrés "Chino" Lence (de gran partido) ingresó por Federico Sampayo (corriéndose Neme de 3 y pasando el Chino de 4) y Pablo Soria reemplazó a Miguez. El objetivo de este segundo cambio se basaba en el hecho de que convenía tener un delantero veloz ante la pasividad de la última línea rival, la cuál "pedía" que se la penetrase verticalmente con la velocidad de los delanteros. El plan fue idóneo y el delantero ingresante cumplió un interesante papel: intenso en sus escaladas, pero muy impreciso a la hora de definir las chances que se le presentaron. El segundo tiempo fue otro cantar, en especial, porque San Cristóbal así lo quiso: cedió la posesión del balón, se desorganizó y la mitad de cancha desapareció. El albiverde, desde el primer minuto, al pararse unos metros más atrás, contó con contraataques de todos los colores, pero siempre en superioridad númerica. Como ya dimos a entender, estas ocasiones no fueron aprovechadas y el equipo no podía estirar la ventaja. Encima, cada contra era una invitación a la fruta prohibida, y en pos de eso, Lucho y Jero picaban incansablemente al fondo para conseguir algún centro de Rameri o Soria que nunca llegó. Y luego, presumiblemente, no les quedaba nafta en el tanque para volver: esto fue una constante de la parte final. La pelota era del rival, SC se defendía, salía de contra con mucha gente, no aprovechaba las situaciones y, en la jugada siguiente, sufría porque al rival le quedaban agujeros por todos lados. Ésta tónica se repitió una y otra vez. De esta manera, el gol coqueteaba en ambos arcos y el partido se volvia ameno y de pura emoción para los pocos espectadores.
En los primeros minutos, Jero mostraba la intención de querer quemar las naves: como había pedido el cambio para los 10/15 minutos de la etapa, sabía que podía fundir tranquilo. Así, agarraba la pelota y quería lastimar. La cuestión es que, luego, un ya amonestado Quiróz, entró en un juego verbal con los árbitros y el juez principal se apiadó de él y no lo expulsó, pero le pidió al DT que lo cambiase. Así, Leonardo Jakob ingresaba a los 15 minutos por Quiróz y no por Jero, quien jugó el resto del partido, fundido, tal como había calculado. Con el ingreso de Leo, éste se posicionaba de volante derecho y Lucho pasaba a la otra banda.
Luego de tanta introducción, pasemos a la acción: la primer contra de gran riesgo fue la que culminó con el tiro de Soria al travesaño. El equipo salió rapido tras un corner rival, Nachito cedió a Rameri en cuarto de cancha, éste se sacó un hombre de encima y, tras un intento fallido, jugó con Jero pasando mitad de cancha. El habilidoso pequeño, ante la salida del último defensor, habilitó a Pablito, quien se fue sólo contra el arquero y, con la pelota picando (un penal en movimiento), quiso volarle la cabeza. Calzó bien la pelota, pero la "histerica" impactó contra el travesaño y, si bien la pelota quedó en posesión de Lucho contra un costado, la jugada se diluyó. Decíamos: esto era una constante en la segunda parte, pero la pelota no entrada. Ellos también contaban con ciertas ocasiones, generados, más precisamente, de centros. Pero, en un momento, saliendo de éste guión, un volante remató de fuera del área y Rito voló para la foto y sacó una gran pelota que buscaba ángulo superior izquierdo. Los jugadores de San Cristóbal se regocijaban de placer al ver volar al veterano arquero y le quebraban un dedo de la otra mano a Cissé, para asegurar su ausencia. Lamentablemente, la inyección anímica de la atajada de Rito se desvaneció en la jugada siguiente: a la salida del corner, vino un centro al segundo palo, los jugadores sancristobaleanos perdieron marcas, e ingresaron dos rivales sólos por detrás. Uno de ellos, cabeceó limpiamente a la red...parecía que se venía la noche. Sin merecimientos propios, el rival se ponía 2-3 y aumentaba las inseguridades de San Cristóbal, el cual estaba perdido en la cancha, con puteadas entre sus jugadores y con una impotencia avasallante. Encima, el rival siguió minando el área de centros poco claros y comenzó a tirarse también a la pileta para "garronear" algún penal, pero el árbitro no hizo caso a ninguno de los tres posibles (hubo un par que pudieron haber sido cobrados ya que, visualmente, parecían infracción). Por suerte, esto además lograba desmotivar al rival y bajarle la intensidad de sus escaladas en ofensiva. Luego, tras un corner, colgaron a Jero en la medialuna del área y San Cristóbal contaba con una clara chance para poner el cuarto: Lucho se hizo cargo de la ejecución, y tras la indicación desde el banco de suplentes, remató fuerte al palo del arquero, quien, en una gran intervención, sacó la pelota al corner. Posteriormente, y ¡POR FIN!, San Cristóbal aprovechó una contra: con todo el equipo rival jugado en ofensiva en la búsqueda del empate, salió un pelotazo de Zumbo para Soria, quien picó habilitado desde atrás de mitad de cancha y se fue derecho a enfrentar al arquero. Cuando éste salía, y cuando la jugada pedía pase al medio para un solitario Rameri que se relamía, remató mordidamente hacia las piernas del arquero, quien no pudo tapar. Era el 4-2 y partido definido. Ya no había tiempo para más, salvo para un pequeño tole-tole. El gol sancristobaleano provocó la ira de algunos jugadores rivales, Jero se metió, dijo algo de más, y el árbitro decidió expulsarlo junto a un rival. Instantes después, daba por finalizado el partido.

El partido dejó mucha tela para cortar por fuera de la victoria previsible del equipo frente a un débil rival. En primera instancia, se hizo lo que se tenía que hacer: ganar. El empate o la derrota hubiesen signifcado un duro palo para el equipo por perder puntos contra un equipo inferior. Por otro lado, a pesar del buen nivel del primer tiempo, el equipo sigue siendo muy poco inteligente con la ventaja a favor. Si bien la esencia sancristobaleana es el "catenaccio" propio de Trappatoni, hay que empezar a saber manejar los tiempos del partido con el resultado a favor, y jugar así con la desesperación del rival mostrándole que no tienen chances de descontar. Pero, contrariamente a esto, se le da la posesión del balón y se lo invita a atacar, lo que, resultado positivo o no, le da un plus de seguridad y confianza al rival de que el gol estará por llegar. Por último, hay que ser más inteligentes a la hora de correr: no mandarse en todas para arriba si se sabe que luego no se podría volver. Obvio que muchos contraataques invitan a ello, pero hay que comenzar a saber leer las jugadas para administrar el físico, ya que una contra perdida y con la pelota en juego, significa consecuentemente una jugada clara para el rival. Y, con el partido ganando, esto es un pecado. No obstante, hay que festejar que el equipo sigue ganando y que, pese a las falencias mostradas, siempre esta mejorando como grupo y equipo.

jueves, 10 de diciembre de 2009

FECHA 6: San Cristóbal 1 - Los Rústicos 1 (Partido Suspendido)



Hechos extraños se sucedieron en la jornada del último domingo, en la que San Cristóbal quería seguir su racha ganadora con un triunfo frente a Los Rústicos, equipo que se encontraba por debajo del albiverde en la tabla de posiciones. Luego de un par de fin de semanas a pura lluvia, y con un domingo soleado después de un sabado amenazante con leves chaparrones, el aire que se respiraba en el equipo era de victoria. Eso, sumado al debut en una nueva sede (Colegio Dalmaso Centeno, sí, el de los milicos...) y que la cábala del equipo se había cumplido en demasía (muchos de los jugadores habian realizado sus tareas escatológicas previas al match), suponían un partido favorable a San Cristóbal. Pero, como dijimos, las incontingencias estuvieron a la órden del día.
En principio, la cancha, que parecía en mejor estado que las del CIRSE por el simple hecho que tenía pasto en todos los sectores de la misma, era un espejismo en el desierto: a pesar de que se veía verde y bien a la distancia, tenía una cantidad innumerable de pozos que hacían imposible el control y buen dominio del balón. Y esto, para el fútbol champagne que venía practicando San Cristóbal, era un obstáculo. Encima, ni bien comenzó el partido, el rival supo pararse bien en la cancha y dominó la iniciativa del juego. San Cristóbal se encontraba perdido en el campo y no hacía pie, sobre todo, porque el doble 5 presentado en esta ocasión (el clásico Ignacio Zumbo acompañado de Gabriel Esplugas, quien no esta tan acostumbrado a la posición) se desordenada, perdía su zona y permitía a los rivales colarse por el medio. A su vez, el medio ofensivo y los delanteros no podían retener la pelota ni jugarla con precisión, y el balón volvía rapidamente a posesión del rival, quien intentaba complicar. Si bien no era un partido con jugadas claras, Los Rústicos tenía el dominio psicológico del partido y San Cristóbal lo sufría.
Encima, en la primera jugada del peligro del rival (a los 5 minutos de juego), el arquero sancristobaleano, Nicolás "Cissé" Espiñeira, sufrió una fractura de carpo en el pulgar de la mano izquierda luego de sacar un remate cerrado de un delantero rival que se coló por la punta derecha del área y recibió un pase de lateral. La pelota impactó contra dicho dedo cuando el arquero achicaba y le provocó la lesión. No obstante el agudo dolor que sufría, el arquero desconocía de qué se trataba la lesión; y, especulando con que sea un traumatismo aguantable, decidió continuar en cancha con claras muecas de dolor. Pero la jugada siguiente ya algo le simbolizó: vino el corner desde el sector derecho, centro que cruzó sin peligro por todo el área y que era facilmente controlable por el arquero, el cual decidió dejarla pasar por el dolor. Quince minutos más duró en cancha sin tener mucho contacto con el balón hasta que se dió cuenta que efectivamente la lesión era más grave de lo que esperaba (ver "Enfermería"). En ese momento, a los 20 minutos del primer tiempo aproximadamente, decidió salir y dejarle su lugar a Rito Banegas, quien cumplió una correcta actuación, sin ser muy exigido.
El partido continuó con la misma tónica: dominio del rival sin llegar claramente al arco. Hasta que llegaron: pelotazo para el delantero izquierdo, quien picó sólo tras que la defensa quedase mal parada en el flanco derecho y sin relevos de los volantes del sector, quien se fue derecho al arco y, ante la poca resistencia de los centrales sancristobaleanos, quienes no se decidieron a cortar a tiempo, definió cruzado ante la salida de R. Banegas para ponerla contra el palo más lejano. Los Rústicos se ponían arriba en el marcador merecidamente, cuando iban 25 minutos aproximadamente de la primer parte. Recien a la media hora el rival aflojó un poco el ritmo y San Cristóbal empezó a encontrar espacios. Desde afuera, Espiñeira-Nicolás Zavadil habían reordenado distinto la mitad de cancha (pasando de cuatro en línea con doble cinco, a un rombo bien marcado con Zumbo de único 5, Esplugas de 8 y Luciano Banegas arrancando de atrás pero jugando de 10) y eso comenzaba a notarse: el equipo se paraba más adelante y, sin claridad, intentaba preocupar al rival. Llegaron así algunos tiros de larga distancia, y algunos arrebatos individuales de Nicolás Rameri que culminaron en contados corners, pero, claramente, la jugada de mayor riesgo, llegando al final de la primera etapa, fue un disparo desde afuera de Esplugas que, tras un pique, pegó en el palo derecho del arco protegido por el arquero rival. Así culminaba el primer tiempo: los jugadores sancristobaleanos se miraban y no podían entender cómo se podía jugar tan mal, por lo que se propusieron cambiar el chip para la parte final.
En el entretiempo se decidió realizar varias variantes para cambiar la pálida imagen que había dejado el equipo: Jerónimo Jakob, Nicolás Zavadil y Diego Nartallo entraban por José Madeira (pasando L. Banegas al fondo y Jakob tomando la posta de 10), Sergio Miguez e Ignacio Zavadil respectivamente. La intención era aportar mayor verticalidad y dinamismo al equipo de mitad para arriba y, sobre todo, generar una reacción en todo el grupo. Si bien no se denotaba una mejora en el juego, el equipo se paró claramente mejor y empezó a asfixiar al rival con la presión. Así, el verde y blanco se hacía del balón y buscaba jugar limpia a partir de los habilidosos Jakob y Nartallo. Pero, rápidamente el partido entro en una fase de "desnaturalización": tempranamente en ese segundo tiempo, Jakob fue a pelear una pelota dividida, buscando "trabar" como generalmente hace, pero, por el estado del campo de juego, sufrió una patinada con los dos pies que generó que le aplique una doble plancha al lateral derecho rival, quien gritó automáticamente de dolor, dejándolo totalmente maltrecho. Todos, absolutamente todos, esperaban que del bolsillo del referi asomara un color rojo, pero el juez, en su única equivocación del partido (aclaramos esto por lo que vendrá en el relato), le sacó la amarilla al chiquitito. A los rivales no les gustó nada la decisión, pero siguieron jugando tranquila y estoicamente. Minutos despues, tras una gran escapada de Rameri por derecha y posterior enfrentamiento con el arquero, éste fue al piso y taló al liviano delantero, tumbándolo. A pesar que el juez asistente ya levantaba su bandera indicándole al juez principal la falta-penal, éste acertó en dejar seguir la jugada en primera medida porque Rameri se había levantado y chutó al arco. Como la jugada no había prosperado a favor de la víctima de la falta, el árbitro, correctamente, retrotrajo la jugada y cobró el penal. Lucho Banegas se hizo cargo de la ejecución y el grito de gol inundó los corazones sancristobaleanos. Pero, como al momento de patear, Nico Zavadil ya se encontraba dándole una palmadita en la cola al arquero rival, el árbitro obligó a la repetición de la ejecución por claro adelantamiento de nuestro jugar. Acto seguido, Banegas disparó secamente y con mejor ubicación al mismo lugar (ángulo inferior izquierdo), dejando al arquero sin chances de evitar el empate. Uno a uno y las cosas tomaban otro caliz: el equipo se había reanimado e intuía llevarse por delante a su rival. Pero la desnaturalización llegó a su climax cuando, los rivales ya muy calientes por la no expulsión de Jakob y el penal cobrado en contra, empezaron a meter con todo. Asi fue como, en una misma jugada, pusieron dos patadas criminales a Jakob y a N. Zavadil que los dejó tendidos en el suelo. El árbitro, viendo el juego brusco y mal intencionado del rival, decidió expulsar justamente a uno de los infractores, lo que desató la furia, la ira del rival, y la hecatombre, "una seguidilla de hechos bochornosos que involucraron" a todo el equipo de Los Rusticos, la terna arbitral, el representante de la organización del torneo, y Neme, quien mostraba orgulloso unas marcas felinas en su esbelto cuerpo. Así pues, las quejas comenzaron a subir de tono y algunas manos volaron con objetivo al juez, por lo que decidió suspender el partido, generando la locura total del rival, que intentó agredir también a los organizadores del torneo.
Como supondrán, SportJoy debe expedirse al respecto y definir el resultado final del partido: se descuenta que San Cristóbal se llevará los tres puntos, pero hasta que no este confirmada, no podemos aseverar nada. Futbolísticamente, sí podemos decir que fue una mala actuación del equipo, y que la victoria sería un gran premio, ya que pondría al equipo en la pelea de arriba, cuando aún falta jugar con los dos punteros. Además, el rival de la próxima fecha es Crack FC, equipo que aún no ha conocido las mieles de la victoria, por lo que San Cristóbal debe aprovechar y enfilar hacia el tercer puesto.
En fin, cuando sepamos oficialmente el informe de la organización del torneo, publicaremos la tabla de posiciones con la 6° fecha enteramente disputada.