Hechos extraños se sucedieron en la jornada del último domingo, en la que San Cristóbal quería seguir su racha ganadora con un triunfo frente a Los Rústicos, equipo que se encontraba por debajo del albiverde en la tabla de posiciones. Luego de un par de fin de semanas a pura lluvia, y con un domingo soleado después de un sabado amenazante con leves chaparrones, el aire que se respiraba en el equipo era de victoria. Eso, sumado al debut en una nueva sede (Colegio Dalmaso Centeno, sí, el de los milicos...) y que la cábala del equipo se había cumplido en demasía (muchos de los jugadores habian realizado sus tareas escatológicas previas al match), suponían un partido favorable a San Cristóbal. Pero, como dijimos, las incontingencias estuvieron a la órden del día.
En principio, la cancha, que parecía en mejor estado que las del CIRSE por el simple hecho que tenía pasto en todos los sectores de la misma, era un espejismo en el desierto: a pesar de que se veía verde y bien a la distancia, tenía una cantidad innumerable de pozos que hacían imposible el control y buen dominio del balón. Y esto, para el fútbol champagne que venía practicando San Cristóbal, era un obstáculo. Encima, ni bien comenzó el partido, el rival supo pararse bien en la cancha y dominó la iniciativa del juego. San Cristóbal se encontraba perdido en el campo y no hacía pie, sobre todo, porque el doble 5 presentado en esta ocasión (el clásico Ignacio Zumbo acompañado de Gabriel Esplugas, quien no esta tan acostumbrado a la posición) se desordenada, perdía su zona y permitía a los rivales colarse por el medio. A su vez, el medio ofensivo y los delanteros no podían retener la pelota ni jugarla con precisión, y el balón volvía rapidamente a posesión del rival, quien intentaba complicar. Si bien no era un partido con jugadas claras, Los Rústicos tenía el dominio psicológico del partido y San Cristóbal lo sufría.
Encima, en la primera jugada del peligro del rival (a los 5 minutos de juego), el arquero sancristobaleano, Nicolás "Cissé" Espiñeira, sufrió una fractura de carpo en el pulgar de la mano izquierda luego de sacar un remate cerrado de un delantero rival que se coló por la punta derecha del área y recibió un pase de lateral. La pelota impactó contra dicho dedo cuando el arquero achicaba y le provocó la lesión. No obstante el agudo dolor que sufría, el arquero desconocía de qué se trataba la lesión; y, especulando con que sea un traumatismo aguantable, decidió continuar en cancha con claras muecas de dolor. Pero la jugada siguiente ya algo le simbolizó: vino el corner desde el sector derecho, centro que cruzó sin peligro por todo el área y que era facilmente controlable por el arquero, el cual decidió dejarla pasar por el dolor. Quince minutos más duró en cancha sin tener mucho contacto con el balón hasta que se dió cuenta que efectivamente la lesión era más grave de lo que esperaba (ver "Enfermería"). En ese momento, a los 20 minutos del primer tiempo aproximadamente, decidió salir y dejarle su lugar a Rito Banegas, quien cumplió una correcta actuación, sin ser muy exigido.
El partido continuó con la misma tónica: dominio del rival sin llegar claramente al arco. Hasta que llegaron: pelotazo para el delantero izquierdo, quien picó sólo tras que la defensa quedase mal parada en el flanco derecho y sin relevos de los volantes del sector, quien se fue derecho al arco y, ante la poca resistencia de los centrales sancristobaleanos, quienes no se decidieron a cortar a tiempo, definió cruzado ante la salida de R. Banegas para ponerla contra el palo más lejano. Los Rústicos se ponían arriba en el marcador merecidamente, cuando iban 25 minutos aproximadamente de la primer parte. Recien a la media hora el rival aflojó un poco el ritmo y San Cristóbal empezó a encontrar espacios. Desde afuera, Espiñeira-Nicolás Zavadil habían reordenado distinto la mitad de cancha (pasando de cuatro en línea con doble cinco, a un rombo bien marcado con Zumbo de único 5, Esplugas de 8 y Luciano Banegas arrancando de atrás pero jugando de 10) y eso comenzaba a notarse: el equipo se paraba más adelante y, sin claridad, intentaba preocupar al rival. Llegaron así algunos tiros de larga distancia, y algunos arrebatos individuales de Nicolás Rameri que culminaron en contados corners, pero, claramente, la jugada de mayor riesgo, llegando al final de la primera etapa, fue un disparo desde afuera de Esplugas que, tras un pique, pegó en el palo derecho del arco protegido por el arquero rival. Así culminaba el primer tiempo: los jugadores sancristobaleanos se miraban y no podían entender cómo se podía jugar tan mal, por lo que se propusieron cambiar el chip para la parte final.
En el entretiempo se decidió realizar varias variantes para cambiar la pálida imagen que había dejado el equipo: Jerónimo Jakob, Nicolás Zavadil y Diego Nartallo entraban por José Madeira (pasando L. Banegas al fondo y Jakob tomando la posta de 10), Sergio Miguez e Ignacio Zavadil respectivamente. La intención era aportar mayor verticalidad y dinamismo al equipo de mitad para arriba y, sobre todo, generar una reacción en todo el grupo. Si bien no se denotaba una mejora en el juego, el equipo se paró claramente mejor y empezó a asfixiar al rival con la presión. Así, el verde y blanco se hacía del balón y buscaba jugar limpia a partir de los habilidosos Jakob y Nartallo. Pero, rápidamente el partido entro en una fase de "desnaturalización": tempranamente en ese segundo tiempo, Jakob fue a pelear una pelota dividida, buscando "trabar" como generalmente hace, pero, por el estado del campo de juego, sufrió una patinada con los dos pies que generó que le aplique una doble plancha al lateral derecho rival, quien gritó automáticamente de dolor, dejándolo totalmente maltrecho. Todos, absolutamente todos, esperaban que del bolsillo del referi asomara un color rojo, pero el juez, en su única equivocación del partido (aclaramos esto por lo que vendrá en el relato), le sacó la amarilla al chiquitito. A los rivales no les gustó nada la decisión, pero siguieron jugando tranquila y estoicamente. Minutos despues, tras una gran escapada de Rameri por derecha y posterior enfrentamiento con el arquero, éste fue al piso y taló al liviano delantero, tumbándolo. A pesar que el juez asistente ya levantaba su bandera indicándole al juez principal la falta-penal, éste acertó en dejar seguir la jugada en primera medida porque Rameri se había levantado y chutó al arco. Como la jugada no había prosperado a favor de la víctima de la falta, el árbitro, correctamente, retrotrajo la jugada y cobró el penal. Lucho Banegas se hizo cargo de la ejecución y el grito de gol inundó los corazones sancristobaleanos. Pero, como al momento de patear, Nico Zavadil ya se encontraba dándole una palmadita en la cola al arquero rival, el árbitro obligó a la repetición de la ejecución por claro adelantamiento de nuestro jugar. Acto seguido, Banegas disparó secamente y con mejor ubicación al mismo lugar (ángulo inferior izquierdo), dejando al arquero sin chances de evitar el empate. Uno a uno y las cosas tomaban otro caliz: el equipo se había reanimado e intuía llevarse por delante a su rival. Pero la desnaturalización llegó a su climax cuando, los rivales ya muy calientes por la no expulsión de Jakob y el penal cobrado en contra, empezaron a meter con todo. Asi fue como, en una misma jugada, pusieron dos patadas criminales a Jakob y a N. Zavadil que los dejó tendidos en el suelo. El árbitro, viendo el juego brusco y mal intencionado del rival, decidió expulsar justamente a uno de los infractores, lo que desató la furia, la ira del rival, y la hecatombre, "una seguidilla de hechos bochornosos que involucraron" a todo el equipo de Los Rusticos, la terna arbitral, el representante de la organización del torneo, y Neme, quien mostraba orgulloso unas marcas felinas en su esbelto cuerpo. Así pues, las quejas comenzaron a subir de tono y algunas manos volaron con objetivo al juez, por lo que decidió suspender el partido, generando la locura total del rival, que intentó agredir también a los organizadores del torneo.
Como supondrán, SportJoy debe expedirse al respecto y definir el resultado final del partido: se descuenta que San Cristóbal se llevará los tres puntos, pero hasta que no este confirmada, no podemos aseverar nada. Futbolísticamente, sí podemos decir que fue una mala actuación del equipo, y que la victoria sería un gran premio, ya que pondría al equipo en la pelea de arriba, cuando aún falta jugar con los dos punteros. Además, el rival de la próxima fecha es Crack FC, equipo que aún no ha conocido las mieles de la victoria, por lo que San Cristóbal debe aprovechar y enfilar hacia el tercer puesto.
En fin, cuando sepamos oficialmente el informe de la organización del torneo, publicaremos la tabla de posiciones con la 6° fecha enteramente disputada.
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