Debut internacional del equipo en la Copa NEME (12 de diciembre de 2009 - Estadio Ernst Happel de Viena) - PARADOS: Andrés Lence, Sergio Míguez, Jorge L. Romero, Nicolás Zavadil, Nicolás Espiñeira e Ignacio Zavadil. AGACHADOS: Ignacio Zumbo, Pablo León, Diego Nartallo, Nicolás Rameri y Mauro Vázquez.

PRÓXIMO TORNEO

ESTADÍSTICAS

------------ LO QUE EL FINDE NOS DEJÓ -------------

El 0-4 frente a Oeste FC dejó dos perlitas para nuestro regocijo:

1) Cuando el 9 definió mano a mano en el segundo gol, Giampol, Neme y Serpentor se esmeraron: "Cissé es un arquero 2-D, es gigante pero cuando el otro pateó era finito y plano..."

2) Terminado el encuentro, tras el decepcionante papel del equipo, Nacho Zavadil le puso color a su pensamiento: "Lo que pasó es los otros, cuando le pegaban, hacían 'ploc' [gesto de impacto seco de la pelota contra su mano] y, cuando lo hacíamos nosotros, hacía 'pif' [gesto de que le erraban]". Sublime. La más cruda realidad.

3) ¿Querían más realidad? Luego de que 2 de los 4 goles del rival los marcase un 9 grandote, torpe y lento, Sampex estalló: "¡NO NOS PUEDE HACER 2 GOLES UN TIPO QUE PESA 120 KILOS!". Tenía razón. Era un armario al que le faltaban 22 cromosomas...Así y todo, nos dejó en ridículo. Prefiero que venga el niño que nos embocó una vez en el Cirse...

domingo, 26 de septiembre de 2010

FECHA 5 (Interzonal): San Cristóbal 1 - Falta el Resto 0

Sin explicación. Así podríamos titular esta crónica. ¿Por qué? Por la paradoja que dejan las siguientes preguntas y sus respectivas respuestas: ¿San Cristóbal se llevó mucho premio con la victoria? Si. ¿San Cristóbal mereció la victoria? También. ¡¿Cómo?! Por una parte, el rival dominó el primer tiempo y contó (en todo el partido) con muchísimas ocasiones de gol claras desperdiciadas por ellos mismos; por otro lado, San Cristóbal dominó el segundo tiempo gracias a las modificaciones hechas en el entretiempo y también contó con muchísimas oportunidades hasta que encontró su premio en el cuarto de hora final. El 1-0 sobre Falta el Resto (correspondiente a la 5ta fecha, interzonal con el que ocupaba la cuarta posición de la zona A) catapulta al equipo del sur de la Ciudad en las puertas de la entrada a los playoffs. Con una victoria más (además de los 3 puntos que obtendrá en la última fecha por el abandono del equipo Floresta), asegurará su pase.
Fue un partido raro, ¡rarísimo!, que no impide afirmar lo que se percibe hace muchos encuentros: este San Cristóbal, con ciertas incorporaciones a partir de una reestructuración que se dio en el club antes del inicio de este torneo, es otro cantar. Sólido en defensa (aunque en esta fecha no dio la impresión), con un juego de pelota al pie en el mediocampo, inteligente. Ya deja de asemejarse a un equipo principiante para hacer valer sus condiciones y jugarle de "igual a igual" a quien quiera presentarse. Así, el albiverde sigue con su sueño de conseguir la primera estrella para su corta historia.
El partido comenzó en la nebulosa. Si bien el rival dominaba la pelota y se acercaba hasta tres cuartos de cancha, la pelota no era tratada con cariño por ninguno de los dos conjuntos. Falta el resto trataba de poner la pelota bajo la zuela y jugar, mientras que San Cristóbal la revoleaba sin asco para sacársela de encima. Los delanteros no la aguantaban y los defensores no podrían descansar. Hasta los 14 minutos, no pasó nada. En ese instante, un ataque por izquierda del rival parecía abrir el marcador: nuestro ocasional arquero, Diego "Bambi" Nartallo, salió a cortar bien un pelotazo, la pelota quedó boyando a un costado del área y un delantero rival mandó un centro al área chico con el arquero a mitad de camino. Cuando dos rivales entraban sólos para empujar la pelota, Federico Sampayo se cerró (desde su posición de lateral izquierda) y con un salto descomunal, le ganó a sus rivales dejando sudor y sangre en la acción. Pero la jugada no terminó ahí: la pelota le quedó a otro rival parado por delante del punto del penal quien solo debía esperar mansamente acomodarse para empujar la pelotas al arco, ahora si, totalmente desguarnecido. Increíblemente, el volante rival, con clara tensión, decidió definir de cabeza, entrándole mordido: la pelota se fue al lado del palo derecho, escuchándose el primer "uuuuuuuhhhhh" de la tarde.
Lo más lindo de ese primer tiempo para nuestro amado conjunto se dio a los 26 minutos cuando Nicolás Zavadil, con pelota dominada en mitad de cancha, de espaldas al arco rival, le metió un tunel hermoso (y "riquelmeano") a su marca, lo que mereció un gran aplauso de los asistentes. Pero eso era la única gota de champagne que parecía tener el equipo, aunque se intuía que esto fuese así en el principio: el DT, Nicolás Espiñeira, decidió meter de entrada un equipo duro, rústico, que sepa acomodarse en cancha y analizar al rival. No obstante, no esperaba que los delanteros estuviesen tan desconectados del resto del equipo y que los volantes y defensores no intentasen nunca jugar la pelota a ras del piso como pedía insistentemente el volante izquierdo, Ignacio Zavadil. A los 29 minutos, Falta el Resto, ante el cerrojo que proponía la defensa sancristobaleana, probó por primera vez de afuera del área y la pelota se fue a escasos centímetros por encima del travesaño. Cinco minutos más tarde, pudieron quebrar la línea defensiva y remataron desde dentro del área, pero el Bambi se encontró con la pelota, dando seguridad a sus compañeros. A los 36, otro ataque de ellos: esta vez, agarró mal parado a San Cristóbal y casi factura en una contra. Por suerte, la definición, también dentro del área, se fue por arriba. Dos minutos más tarde, otra clarísima para el rival: luego de un baruyo en el área, un rápido delantero rival mete un centro desde la derecha a baja altura y un delantero se zambulle tirándose de palomita en el primer palo. Por suerte, el cabezazo fue a la posición del Bambi, que bien cubría el primer palo. El rival merecía ampliamente abrir el marcador: merecía el segundo antes que el primero. San Cristóbal no reaccionaba, no encontraba la pelota y sus defensores casi que les suplicaban a los delanteros que retengan un poco la globa con el objetivo de tomar aire. Por suerte, la primera parte culminó en cero.
Por lo visto en la primera parte y analizar las virtudes y defectos del rival, era tiempo de meter mano en el propio equipo, el cual se encontraba ahogándose en una laguna. Así, se decidió armar un mediocampo más técnico y creativo, dejando atrás aquella medular combativa que había perdido el duelo con sus pares rivales. Matías Repetto, quien no había tenido un buen primer tiempo como doble cinco, se paró con unico volante central. Jerónimo Jakob, el otro doble cinco que tampoco tenía una buena tarde, le dejó su lugar al creativo (y a la postre, figura del partido) Adriano Amoroso. A su vez, Pablo Soria, quién le había pedido al equipo y a su DT no jugar más de volante para hacerlo de delantero, entraba en la posición pedida por el volante Pablo Pirola, quien tampoco pudo hacer mucho. Para que Soria vaya de delantero, se dieron un par de cambios posicionales: en principio, enrocaron posiciones por expreso pedido de ambos jugadores el Bambi (que pasó a la posición de volante derecho que ocupaba Pirola) y Sergio Míguez pasó a ocupar el arco. En definitiva, el DT Espiñeira quería despabilar a sus muchachos y darle un envión anímico. La jugada podía salir bien, como también podía generar un mayor desequilibrio en la medular y propiciar una derrota. Pero el que no arriesga, no gana. De esta forma, San Cristóbal presentaba para la segunda parte un equipo más ofensivo, con mayor movilidad, y preocupándose por el arco de enfrente más que por el arco propio.
Los primeros segundos ya mostraron el cambio de actitud: San Cristóbal se hacía dueño de la pelota y se mostraba agresivo en el buen sentido. A los 2 minutos, Nacho Zavadil probó de afuera del área y la pelota se fue apenas por encima. Dos minutos más tarde, su hermano Nicolás, se encontró (tras un saque del arco largo de Míguez) con la pelota picando mano a mano con un arquero que salía desperadamente: lamentablemente, el delantero se nubló al no esperar esa situación y se durmió, dejándose comer por un rival. San Cristóbal era incisivo y ataque por ambas bandas. Repetto se hacía dueño de la recuperación del balón (terminó haciendo un gran encuentro a pesar del flojo primer tiempo), Nacho Zavadil seguía con una buena tarde y los ingresados Amoroso y Soria le daban juego, frescura y circulación al equipo. Pero, a los 10 minutos del complemento, el rival, tras un corner, de vuelta estuvo al borde de abrir el marcado cuando un defensor cabeceó directo al posteo y la pelota coqueteó con el gol al permanecer en el área chica hasta ser despejada con angustia. Cinco minutos después, Federico Sampayo, quien ya encontraba para entonces una autopista por su sector, probó de afuera y la pelota pasó cerca del arguero. Luego de un primer tiempo peleado, luchado, donde la pelota era mal tratada y los espectadores preferían ir al cine con sus parejas, el segundo tiempo mostró todo lo contrario: juego, ocasiones de gol, ritmo vertiginoso, el mediocampo como zona de paso fugaz. Sinceramente, una parte complementaria inmejorable. Un minuto después de la de Fede, Nico Zavadil probó también de afuera y la pelota se fue a un metro del palo izquierdo. Dos minutos después, los rivales cabecearon al travesaño. El partido tenía un partido frenético y sorpresivamente seguía con los arcos vírgenes. A los 20, Nacho Zavadil pasó fenomenalmente entre dos rivales que lo marcaban sobre el punto central de la cancha y abrió la pelota a la izquierda para Soria. Éste, antes de que un defensor lo cruzará desesperadamente, ensayó un remate que se fue cerquita del primer palo del arquero. Un minuto después, y apenas ingresado, Nicolás Rameri recibió una gran asistencia y enfrentó mano a mano al arquero. Pero nuevamente un delantero nuestro se nubló, tardó en definir, y el arquero lo atoró, impidiéndole el grito de gol.
A los 25, una gran contra albiverde encontró a Fede Sampayo penetrando en el área por su andarivel y sacando un furioso remate que fue espectacularmente sacado por el portero rival. El gol estaba llegando, se encontraba tan sólo a una estación de distancia ya que dos minutos más tarde, por fin llegó la apertura del marcador. Buena pelota para el pique del volante derecho Rameri por derecha, quien aprovecho su velocidad y fue hasta el fondo. Amoroso, quien ingresaba al área e iba a buscar al primer palo, detuvo su marca para hacerse más visible al compañero que llevaba el balón. Rameri, lúcido, metió el pase atrás para Amoroso, quién, con una tranquilidad envidiable, paró el balón, estableció sus objetivos, y efectuó un disparo aparentemente manso pero con mucha comba (a baja altura) al segundo palo. La pelota parecía fácil para el portero, pero el mismo estaba tapado por dos compañeros. Cuando quiso reaccionar, era tarde: la pelota entraba en el ángulo inferior derecho, desatando el festejo loco en el banco de suplentes. El goleador, sin embargo, atinó a agachar la cabeza y volver al medio campo con la satisfacción del deber cumplido. GOLAZO. Obviamente, todos sus compañeros fueron rápidamente a felicitarlo y a agradecerle tremenda gesta.
Posteriormente, llegó otro cambio (como se puede apreciar en la foto, tras el festejo, reingresaba Jakob a la cancha en lugar de Nacho Zavadil quien había fundido motores) para acomodar el equipo en defensa y aplicar algo que por San Cristóbal es un ritual: el catenaccio. Sin embargo, el equipo no pasó zozobra hasta el minuto 35 cuando, tras un corner, el rival vuelve a comerse el gol cuando, después de varios rebotes en el área, un defensor definió apurado por sobre el travesaño cuando tenía todo el arco a su disposición. Previamente, San Cristóbal pudo haber estirado la ventaja con dos penales que fueron obviados por el árbitro, ambos por mano rival en el área. No obstante, en uno de ellos la jugada siguió y el ingresado Nicolás Sergi no pudo definir debajo del arco tras la asistencia de N. Zavadil, escapándosele la pelota por debajo de la suela. Una lástima. Cuando faltaban dos minutos, San Cristóbal hacia gala de su momento y seguía buscando: así fue como Rameri remate cruzado entrando al área por derecha y Soria, quien había prometido un gol en el sabado anterior al encuentro, entrando por el segundo palo, punteó la pelota y se predisponía a festejar, pero la caprichosa salió besando el vertical. El albiverde terminaba a puro lujo el partido, perdiéndose goles y sabiendo que ya lo tenía cocinado.
Una victoria que se cotizó en oro. Charlando posteriormente al encuentro con los protagonistas, todos coincidían en que es la primera vez que el equipo gana un partido de estas características y que, sobre todo, puede cerrar un partido tan luchado sin sufrir y meterse en un arco sobre el final. Eso definitivamente se logró por la preeminencia del buen pie sobre la lucha, decisión estratégica que salió bien. Por otro lado, es menester trabajar en la obediencia táctica y en las marcas: no se llevó a cabo nada de lo que se dispuso via mail en materia de pelotas paradas en contra. Así, cada corner rival era una puñalada y los rivales ganaban siempre de arriba. Factor a trabajar con urgencia si se quiere seguir protagonizando el torneo.
Para cerrar esta crónica, el capitán Gabriel Esplugas deja sus palabras sobre el triunfo sancristobaleano:

miércoles, 22 de septiembre de 2010

FECHA 4: San Cristóbal 0 - Cruz Roja 3

En choque de punteros, Cruz Roja supo aprovechar sus ocasiones y venció por un abultado marcador a San Cristóbal FC por 3-0. Si bien el resultado pareciera indicar una sobrada ventaja del rival en el trascurso del partido, esto no fue así: en un encuentro chato y polémico, la pelota vivió siendo maltrada en la mitad de cancha, y los equipos contaron con muy pocas ocasiones de gol. No obstante, Cruz Roja fue sumamente efectivo y de cinco ocasiones de gol, capitalizó tres; mientras que San Cristóbal estuvo vírgen en su poder ofensivo.

El primer tiempo comenzó, como indicó la tónica del partido, peleado en el medio campo y las situaciones no aparecían. Salvo un par de pelotas atajadas por nuestro ocasional arquero, Leandro Jakob, el equipo no pasaba zozobra. Pero, también hay que decirlo, el equipo no generaba ocasiones y se lo veía impreciso en todas sus líneas. El primer gol rival recién llegó pasando la mitad de dicha parte luego de mandar a la red una pelota que había quedado boyando en el área luego de un sin fín de rebotes. La primera parte no dió más que eso a los ojos de los espectadores.

El segundo tiempo fue distinto en emociones. Apenas comenzado, San Cristóbal parecía llevarse por delante a su rival y el gol estaba al caer. Pero (como siempre decimos con el compañero de blog, Andrés Lence, siempre aparece un "pero" en la vida de nuestro querido club) los goles que no se hacen en un arco se hacen en el otro: vino un centro que Jakob parecía descolgar sin problemas pero la bola se le escurrió de las manos y quedó servida para que un afortunado rival la empujase. Dos a cero y el partido se volvía cuesta arriba. Frente a esta situación, promediando el segundo tiempo, el (también) ocasional DT, Nicolás Rameri, hizo algunas modificaciones y paró el equipo con un dibujo 3-4-3, dándole libertad a los muchachos para ir al ataque. San Cristóbal tiene un reconocido historial de remontadas épicas y eso quería ir a buscar. Justamente, en un ataque en la que nuestro líbero (Gabriel Esplugas) estaba en tres cuartos de cancha, salió una contra letal del rival (faltando 10 minutos para la finalización del partido) que sentenció el marcador al terminar en el tercer gol. La calentura sancristobaleana había llegado a su techo. En eso, se arma la polémica de la jornada: Martín Campuzano (figura, goleador del partido con 2 tantos, y goleador general del torneo con 7 en 4 encuentros) empezó a hacer tiempo cuando debía salir del campo de juego reemplazado por un compañero, lo que generó que nuestro calentón máximo, Ignacio Zavadil, gritáse "¡Dale! ¡Mové el orto!". Acto seguido, la hecatombe, "una seguidilla de hechos bochornos" que involucró a propios y extraños. El nombrado goleador se pasó de vivo y tomó al pie de la letra el "consejito" zavadileano: empezó a bailar, ¡MOVIENDO LA COLA! Uf, ¡para qué! Los otros calentones del plantel (pero esos, además, ponen la cara y van a las manos si es necesario), el nombrado Esplugas y Luciano Banegas, se le fueron al humo en un santiamén, y fue éste último quién le propinó un sopapazo en la nuca al canchero rival. El referi, correctamente, expulsó a los dos jugadores. A partir de allí, se caldeó el partido, volaron algunas patadas de más y los que integraban el banco de suplentes, echaban leña al fuego. Así fue como se sucedió la nota cómica de la jornada: Jorge Leandro "Neme" Romero ya había salido del campo de juego y, con el torso desnudo, sacaba a relucir su arsenal puteador para con el banco rival. Ni lerdos ni perezosos (y tan "vivos" como su expulsado delantero), le devolvieron al "fornido" defensor un "¡Callate Gordo!" que silenció a todos en las adyacencias de la cancha e hizo que nuestro querido Neme se ponga una remera, se sentase y se callase. Así fue el partido de San Cristóbal, perdimos en todos los sectores del campo.

La derrota deja al rival primero y a San Cristóbal en 4ta colocación, lo que no es tan perjudicial. ¿Por qué? Primero y principal, porque estamos a solo 5 puntos de la cima (al rival le dieron por ganado un partido que había empatado ante un rival que abandonó el torneo; no obstante, a San Cristóbal también le darán esos 3 puntos pasada la fecha que tocaba jugar con el citado equipo). Segundo e importante, porque la próxima fecha (5ta) es la jornada especial en la que se disputarán los encuentros interzonales. Así las cosas, San Cristóbal, ahora cuarto, enfrentará al ocupante de la misma colocación en la Zona A (Falta el Resto) lo que, supuestamente, es mejor que enfrentar al primero o segundo de dicha zona.

Una derrota no debe ser caida. El equipo viene bien y esta motivado. Hay que mantener el ánimo y saber que vamos a ganar más partidos de los que vamos a perder. Ganando el próximo encuentro, nos volvemos a acomodar en los primeros puestos y casi que aseguramos el paso a play-offs. Por eso, aguante San Cristóbal y a ganar.

viernes, 17 de septiembre de 2010

EL RINCONCITO DEL CHINO: "De punta en blanco (y verde" (Fecha 3: San Cristóbal 1 - Impresentables 0)

Es increíble lo que te oxidan quince días sin jugar al fútbol. El domingo pasado, sudestada mediante, se suspendió la fecha. Y se cae de maduro que un sancristobaleano que se precie de tal no hace absolutamente nada en el lapso que va de partido a partido. Entonces, esas dos semanas fueron dedicadas a todo tipo de actividades menos a las relacionadas al deporte de la redonda con gajos. Duro y oxidado, así me sentía cuando me bajé del auto y quise hacer un pique hasta el vestuario. Con las gambas pesadas, y hasta un toque acalambradas. “Ah bueno, lo que me espera si estoy así antes de jugar”, pensé.

En el vestuario el ánimo era festivo. Los 4 puntos de 6 posibles mantenían al plantel de excelente humor y los comentarios eran desopilantes: “Che Neme, ¿así que te mudaste?”, indagó Fede Sampex. “Si, hace una semana que vivo solo”, respondió O rey do cabarulo. “¿Y qué tenes en vista para estrenarlo? ¿Vas a llamar alguna chica del ramo?”, insistió el lateral izquierdo. “No, ya lo estrené… y dos veces, je”, sacó la chapa Nemualdo, con cierto aire ganador. “Miralo al gordo este con esa cara de borracho que tiene ya se empernó a dos minitas en una semana”. Actitud 100% San Cristóbal…

Y seguían los comentarios con olor a huevos en el vestuario: “¡Podes creer que la mina empezó con que le dolía la cachufleta y cuando fue al baño se dio cuenta de que tenía un forro adentro! Claro, se fue a dormir y al otro día no se acordaba de que se había encamado con un flaco, imaginate lo borracha que estaba…” contaba un integrante del plantel al que no vamos a nombrar. Todos se cagaron de risa, menos Nacho que estaba ajeno a la charla y miraba fijamente una camiseta sin poder creer lo que veía. “¡Naaa! ¡¿Qué es esto?!” se indignó mientras estiraba una casaca mugrienta delante de sus ojos. “¡Ah, pero están hermosas eh…!” le dije al flaco mientras observaba las manchas de pasto y tierra que tenía la 11. “Es que se me complicó para lavarlas…” se hizo cargo Giampol sin levantar la vista mientras se ataba los botines. Las camisetas estaban todas realmente inmundas… Todas menos la de Giampol, que estaba blanca y radiante como un vestido de novia. “A la mía me la lavo mi vieja”, dijo como si fuera un nene al que le lavaron el guardapolvo. “Andate a la mierda Gabo”, le dijo Nacho mientras se terminaba de vestir.

Luego de una victoria y un empate que tranquilamente podría haber sido victoria, el enfrentamiento con “Impresentables” mostraba algo que quizá nunca se había producido en la corta vida del equipo: San Cristóbal era favorito. El entrañable rejunte albiverde, acostumbrado a goleadas en contra y a remarla siempre desde abajo, hoy se encuentra en una posición privilegiada, con un plantel más numeroso y mejor dotado futbolísticamente. Hay recambio de calidad en casi todas las líneas, menos en el arco. Siempre la valla tiene que ser ocupada por algún jugador de campo que le pone ganas y se calza los guantes porque los arqueros del plantel están imposibilitados por diversas razones. Entonces hubo que tirar el manotazo de ahogado y poner a Neme en el arco. El resto del equipo estaba bien: en el fondo la defensa de siempre pero con Lucho reemplazando a Mauro (lesionado), el medio igual que la ultima fecha, y arriba Larralde con Nico Z, que regreso de su trip por Europa.

El partido arrancó parejo, con ellos teniendo un poco más la pelota pero sin generar nada de peligro. Por mi lado entraban de dos o tres, siempre tocando o en velocidad y la verdad que no estaba en mi mejor versión. Esa sensación que tuve cuando llegué al predio, de estar oxidado y duro, se repitió durante todo el primer tiempo. Por suerte y para mi tranquilidad tuve a un Giampol preciso y veloz para cerrar mis espaldas cada vez que me desbordaban. El trámite del juego fue parejo y sin llegadas hasta el minuto 14 de esa primera mitad. Martín Larralde, delantero potente e incansable, perro de presa de cada pelota que le pasa cerca, presionó la salida del central rival, luchó y ganó, y se fue solito y solo mano a mano con el portero de “Impresentables”. El ”Bati” que incorporó San Cristóbal para esta temporada corrió unos metros hasta llegar al borde del área y esperó hasta tener al arquero bien lejos del arco y tocó sutilmente la globa al segundo palo para marcar un 1 a 0 muy festejado.

El tema fue que, con el resultado a favor, el equipo volvió a caer en lo de siempre: fricción, lucha, pelotazos, nervios y nada de fútbol. Por los costados Nacho z y Pablito Soria tomaban mate, miraban el vuelo de los pájaros y pensaban que iban a hacer este verano cuando les den vacaciones, pero de tocar una pelota ni hablar. Todo pasaba por el medio, Nachito Zumbo y Rodri metían pero no podían hacer pie, atrás raspábamos y le dábamos seguridad a Neme pero no podíamos manejar el trámite del juego. Así y todo, tuvimos una llegada que fue clave para el resto del partido: pelotazo largo para Larralde que, como toda la tarde, le ganó en el pique a su marcador y lo llevó a la rastra flameando como un banderín. Ya sin nadie que lo molestara, encaró al portero y el uno, en vez de esperarlo y atorarlo, salió corriendo desesperado y le pegó un topetazo brutal, clavándole los codos y una rodilla al bueno de Martincito. Falta al borde del área y roja al (verde) arquero por ser último hombre. Con uno más, ahora sí, el partido se metía en el bolsillo del albiverde.

En el entretiempo me confirmaron mi sensación: “¿No te jode salir, no Chino?”, dijo Cissé suavizando las palabras de su decisión. “¡No, si soy un desastre!”, le contesté, fastidioso, a nuestro lungo DT. Me acomodé en el pastito al lado de Pabli, que había salido antes del final de la primera etapa. El 8 estaba más caliente que un volcán. “¿Estás con bronca Pabli?”, indagué en la herida. “Si, por el cambio, por la amarilla (lo amonestaron por una patadita insignificante), porque jugué como el orto, por todo”, respondió. “¿Sabes lo que pienso últimamente?”, le dije con aire reflexivo, “¿Cuando será el día que pueda jugar un partido realmente bien, de esos que te dicen ‘Chino, que bien jugaste hoy eh, la verdad que la rompiste che’? Pero no, nunca se da”, completé con gesto amargo. Pabli no contestó nada, ni me miró, y se hundió en su campera y siguió viendo en silencio el segundo tiempo.

La segunda etapa fue toda verde y blanca. Impresentables sintió el esfuerzo de buscar el empate con uno menos y, con el ingreso de Diego Ocampo (otra de las incorporaciones para este semestre) que le aportó toque de primera y claridad al medio, sumado al gran nivel de Rodri Casuccio, la pelota fue siempre nuestra y las chances de gol para liquidar el encuentro no tardaron en caer. La más clara fue una pelota que recuperó Rodri contra la derecha y en un slalom genial dejó en el camino a dos rivales y puso un pase entre líneas realmente bochinesco para “El Tero” Zavadil, que le estaba marcando el pase. El Flaco dominó la globa y ante la salida del portero sacó un fierrazo tremendo que explotó en el travesaño. “Uuuh, la puta madre”, se lamentó Cissé, en la expresión máxima del DT amateur: camperita deportiva arremangada, planilla y birome en mano, puteando y dando indicaciones con el índice extendido y el reverso de la mano contra el costado de la boca. Todo un Caruso Lombardi…

Se iba el partido. Pabli volvió a entrar a comienzos del segundo tiempo por el lesionado Zumbo y tuvo el gol en sus pies, en un nuevo mano a mano, perdiéndolo. Piro, por su parte, escaló por derecha y, con Larralde babeando en el área ante la inminencia de un nuevo gol, el melenudo del equipo prefirió el remate al arco en vez del centro y la pelota murió en las manos del uno.
Cissé me mandó a la cancha los últimos 5 minutos, creo yo que para hacer un poco de tiempo, bien a lo Caruso Lombardi, a pesar de que el partido estaba liquidado desde hacía un buen rato. Ellos no llegaron nunca y Rodrigo seguía con su gran partido, en una función de 10 retrasado, a lo Brujita Verón, generando fútbol y chances de gol. Lamentablemente no se pudo ampliar el marcador, algo que hubiera sido justo, y así se fue el partido con la escueta victoria 1 a 0 para El Santo del sur de Buenos Aires. Con 7 puntos de 9 estamos en la cima del campeonato junto a otros dos equipos, uno de los cuales vamos a enfrentar el domingo próximo (y que le ganó al que iba puntero por 6 a 1). Se viene un partidazo imperdible por la punta del torneo. Las cabezas albiverdes ya están maquinando goles, grandes jugadas, y patadas brutales (cada uno sabe lo que le toca, jeje).

Nos vemos la semana próxima y…
AGUANTE SAN CRISTOBAL CARAJO!!!
Lo mejor está por venir…

PD1: CISSÉ PUTO!!!

martes, 14 de septiembre de 2010

FECHA 3: San Cristóbal 1 - Impresentables 0



San Cristóbal sigue dando que hablar en los Torneos del Bajo: siendo uno de los "benjamines" del certámen, obtuvo su segunda victoria y sigue invicto. En esta ocasión, el derrotado fue el joven conjunto de "Impresentables" que no pudo hacer nada frente a la solidez defensiva del albiverde. Con esta victoria, el conjunto del sur de la Ciudad va, de a poquito, alistándose como uno de los serios candidatos a ganar la zona en primer término y luego ver a qué se puede aspirar.

El partido comenzo muy trabado en la mitad de cancha, pero Impresentables quería hacerse dueño de la posesión y lastimar por el medio. La defensa de San Cristóbal esperaba bien parada, mientras su mediocampo trataba de organizarse (le llevó unos 10 minutos de aclimatación al partido). El rival no generaba acciones de peligro y el albiverde se encontraba con la primera situación medianamente de peligro: centro de Luciano Banegas tras un tiro libre, e Ignacio Zumbo que cabecea bombeado por encima del travesaño. El partido se desarrollaba sobre carriles muy apáticos: la pelota iba de un lado al otro, sin dominador claro y las oportunidades de gol estaban ausentes. Hasta que en el minuto 14, Martín Larralde robó una pelota a la última línea rival y se fue sólo contra el arco. Cuando el arquero le salía a achicar, definió con suma maestría con el lateral externo de su pie derecho al palo izquierdo del arquero, que nada pudo hacer para desviar la pelota, la cual se iba abriendo por el efecto gracias al eximio remate del delantero. Gol. GOLAZO. San Cristóbal se ponía arriba en el marcador pero nadie pensaba en relajarse: se avecinaba un duro encuentro. A los 20, Nicolás Zavadil (luego de su vuelta de Europa, donde fue a realizar una pretemporada especial por orden de nuestro PF que lo vio un poquito gordito...) se hizo del balón en la puerta del área, y tras sacarse un par de marcadores de encima, sacó un certero remate que fue desactivado sin problemas por el arquero rival. Portero que sería protagonista dos minutos más tarde cuando, luego de un planchazo a Larralde a la altura del pecho, y siendo último hombre, fue bien expulsado por el árbitro del partido, al cual no le quedaba otra alternativa. Así, San Cristóbal se encontraba con una situación inédita en su corto historial: que le expulsarán al arquero rival a poco de comenzado el partido. Como hubiesen podido esperar todos los que conocen la psiquis sancristobaleana, el equipo se relajó y sufrió de más para terminar obteniendo la victoria. No obstante, apenas expulsado el arquero, el blanco y verde casi estira la ventaja luego de que, a la salida del tiro libre generado por el portero, Zumbo enviase el disparo al lado del palo izquierdo del nuevo arquero (como no tenían suplentes, fue al arco el que parecía ser el jugador más habilidoso de ellos -problema de "Impresentables" si fue una decisión correcta, pero no pareció-). A los 41 minutos del primer tiempo (uno de adición), el rival encontró su primera y unica jugada de riesgo: tiro libre en la puerta del área que fue desviada a la izquierda por el ocasional arquero Jorge "Neme" Romero. Pero la jugada no terminaba: la pelota quedaba corta luego de la atajada del portero, y en el barullo que se armá, Federico Sampayo aparenta cometerle penal a un delantero rival, pero, por suerte, el árbitro lo ignoró. San Cristóbal se iba al entretiempo con los quetejedi en la garganta: para todos había sido un penal más grande que una casa, pero para el árbitro y para el potencial infractor, no.

Segundo tiempo en marcha. Al minuto, Rodrigo Casuccio (la figura del encuentro) hace una apilada en mitad de cancha y le mete un pase entre lineas a Ignacio Zavadil, quien la paró entrando al área y sacó un furioso derechazo que pegó en el travesaño. El rebote fue devuelto al medio del área y, luego de un despeje, tomado por el mismísimo Casuccio que remató desde la medialuna y la pelota se fue rozando el palo derecho del arquero. En los siguientes dos minutos, se dieron dos jugadas polémicas por presuntos penales para San Cristóbal, pero el árbitro (el cual oficio de arbitro asistente en el primer tiempo y pasó a ser el referí principal por la lesión de su compañero) decidió no darlos. Ambos también parecieron ser muy claros desde afuera. A los 7 y a los 9, el rival contó con las dos únicas chances que iba a contar en el segundo tiempo: una se fue al lado del palo, y la otra muy por arriba. Luego, el partido se desnaturalizó: el rival buscaba el empate sin clarificar y San Cristóbal disponía de contraataques masivos. Tres contra dos; cuatro contra dos; cinco contra dos. La delantera albiverde no aprovechaba un sólo ataque a pesar de que sobraron las jugadas por la línea y el centro atrás (a partir de un par de buenas escalas de Pablo Pirola). No obstante, no todas fueron pálidas en ataque en ese segundo tiempo. Hay que rescatar el gran trabajo realizado por el citado Casuccio y también en el promisorio debut de Diego Ocampo, quien, con un físico que no aparentaba mucho, empezó a pisar la pelota y apilar rivales como loco. Buena presentación. Enhorabuena. De esas furiosas contras, podemos resaltar dos: una en la que Pablo Soria asistsió a N. Zavadil y éste definió mansamente a las manos del portero, y otra en la que el mismo Soria, mano a mano y con todo el tiempo del mundo, definió al cuerpo del arquero. San Cristóbal no cerraba el partido y la sombra del empate se avecinaba. Desde afuera, los salientes Nachito Zumbo (por lesión), N. Zavadil y el DT Nicolás Espiñeira, estaban a punto de infartarse, pero, por la poca claridad rival y la solidez defensiva mostrada por la inusual dupla central Esplugas-Banegas, el partido terminó 1-0

San Cristóbal lleva consiguió así trepar hasta los 7 puntos en tres encuentros. Resta saber el resultado de Nagera FC para conocer la momentánea ubicación en la tabla: en caso de que el rival haya perdido o empatado, el albiverde habrá subido a la cima. Esperemos mantenerlo en el próximo encuentro cuando enfrentemos al conocido Cruz Roja FC (equipo que nos venció 1-0 en el último amistoso preparatorio, el día de los teros...). Será un cotejo duro pero ganable. Si seguimos con esta solidez y el buen momento de Larralde en la delantera, todo es posible.

viernes, 3 de septiembre de 2010

EL RINCONCITO DEL CHINO: "Doble Crónica" (Fechas 1 y 2)

Como muchos de ustedes sabrán, estimados seguidores de este humilde espacio, la semana pasada no hubo crónica de la primera fecha del torneo Clausura que nuestro laborioso equipo disputa en el Bajo Flores. Es por ello que les voy a hacer una crónica doble con lo más jugoso (bah, en realidad voy a poner lo que me acuerde) del match ante Merthiolate (fecha 1) y también del que jugamos contra Vallejos Devoto (fecha 2).

Todo comienza así:
Fecha 1: San Cristóbal 1 Merthiolate 0

Dicen aquellos viejos filósofos de café, esos que acumulan máximas incomprobables, que el fútbol es un estado de ánimo. Lo afirman con seguridad, torciendo la boca y con la impunidad de quien durante toda su vida no hizo mayor esfuerzo físico que el que demanda llevar el jarrito a la boca. Nunca fui muy amante de esas afirmaciones. Pero capaz tengan razón. “Hoy ganamos”, me dijo con seguridad Giampol, mientras nos cambiábamos. “¿Y cómo podes estar tan seguro?”, le conteste frunciendo el ceño y recordando que en los amistosos previos al campeonato habíamos perdido dos y empatado otros dos, con presentaciones bastante chotonas. “¡¡¡Pero si papá!!!”, me afirmó abriendo los ojos enormes. “Mirá, hoy viene Martin, el amigo de Fede”, dijo en referencia al tanque Larralde; “está Jero, que ya sabemos lo que rinde…¡¡estoy yo!!”, dijo ya riéndose. “Y bueno, también están Neme y vos, pero que va a ser, ningún equipo es perfecto, y con eso ya nos tiene que alcanzar para ganar”, completo con cierta maldad pero convencido de sus palabras. Y me dejó pensando en que lo que decía no estaba tan alejado de la realidad si hacíamos un repaso rápido del equipo. Pero mi pensamiento se interrumpió de golpe porque Gabo entró en acción otra vez: “¡Por fin, papá, ya estaba cagado de frío!” le dijo JP a Nacho Zava, ni bien lo vio llegar al vestuario. El robot de San Cristóbal estaba en cuero y apenas vestido con una calza, los botines, las canilleras y las medias. Resulta que Nacho tenía las casacas y llegó más tarde porque fue con Nico R a buscar a Leo Jakob (hermano mayor de Jerito y arquero de emergencia). “¡Bueno eh! La conchita de tu mamita (NdeR: Nacho cuando se enoja putea en diminutivo y en femenino. Ejemplo: “Conchita, putita, forrita pelotudita”), ¡¿encima que tenemos que pasar a buscar a la gente te quejas?! ¡¿ Querés que te vista también, eh?!”, dijo el Flaco con el bolso en una mano y una Gatorade en la otra. Gabo no le dio bola a la catarata de puteadas que recibió y se tiro de cabeza al bolso a manotear, fiel a su costumbre, cualquier camiseta sin importarle en lo más mínimo que número le tocaba. Nacho, que había llegado vestido de jugador de fútbol, seguía tomando Gatorade en un rincón. “Che Flaco, eso se toma después de jugar, no antes”, le dije con malicia. Nachito me miró preocupado. “No sabes Chino, estoy hecho mierda del estómago, tengo miedo de hacer un pique y hacerme encima, no sé cómo voy a hacer para jugar… Encima, tengo un tirón en una gamba también”, me dijo y siguió tomando su bebida como si se la hubiera recetado el médico. “Y bueno, mientras no se haga caca encima, que juegue como pueda”, pensé, y salí rumbo a la cancha.

Me acomodé como siempre de lateral derecho con Giampol y Mauro de centrales y Neme por la izquierda. De ocho estaba Pabli. La novedad era Nachito de delantero, ante la ausencia del tanque Miguez y de Nico Z. El partido empezó parejo. Ellos tenían dos buenos delanteros y volantes prolijos aunque atrás daban algunas ventajas. El tema era que Nachito no estaba acostumbrado a ser delantero y termino jugando de pseudo enganche, y encima Pabli se quedó sin aire en los primeros dos piques. Yo andaba casi en lo mismo. “Levanta los brazos y respira Chino, asi cambias el aire”, me decía Giampol al ver que me ahogaba a cada rato. “¡Vamos que están cansados che, dale!”, arengaba un delantero de ellos al que le decían “Bola”. Error, “Bolita”, San Cristobal nunca está cansado. Si hay algo que lo distingue a este equipo es lo que corre y mete para compensar su falta de fútbol. Así se fue la primera etapa, con ellos atacando pero sin llegar al arco y nosotros bien firmes y solidarios atrás, con una gran tarea de los 4 del fondo pero sin lograr profundidad de mitad en adelante.

A pesar de la pobreza de ese primer tiempo, vale la pena remarcar dos hechos de esa etapa. El primero es la amonestación, primera en Torneos del Bajo para este humilde servidor, que se dio luego de un pelotazo largo que agarro girando a la defensa, y que nos dejó trenzados en una corrida cuerpo a cuerpo con el “Bola”, en pugna por la pelota, que boyaba alegremente entre nosotros dos y Leo Jakob. Al ver que no llegaba a capturar la bocha, el “Bola” se dejó caer pesadamente y con él me fui yo también al piso. “Amarilla, señor”, me dijo el referí. Y me indigné como pocas veces. “¡Pero si se tira porque no llegaba!”, le grité con la vena hinchada. Pero el referí cobró la falta y cerró el tema con un “lo agarró de la camiseta, señor”. “¡Pero ni lo toqueeeee!”, grité cada vez más caliente. Larralde vino a mi rescate: “Listo Chino, ya cobró, no le hables mas porque te va a echar”, me dijo El Tanque, y me puse en la barrera para ver si un buen pelotazo me bajaba la bronca.

El otro hecho remarcable fue que me cobraron un off side por primera vez en mi vida. ¡Si, señoras y señores! Este limitadísimo lateral derecho fue en busca de un tiro libre al área rival y luego de una serie de rebotes en el área la pelota le cayó mansita a los pies. Fue un instante fugaz hasta que el árbitro pitó al ver al línea con la banderita levantada. Pero en esos pocos segundos el corazón se me aceleró y un cosquilleo me inundó el cuerpo ante la clara posibilidad de empalmar esa pelota de derecha y clavarla contra el palo. Lo pienso y me vuelvo loco: ¡Quiero hacer un gol, carajo!

La segunda etapa fue toda nuestra. Con Piro (gran refuerzo para la segunda mitad del año) de 8 y Pabli de delantero derecho, el equipo ganó en fútbol, desborde y agresividad. Atrás seguíamos firmes y ellos ya no atacaban mucho porque nuestro mediocampo estaba aceitado y además ellos empezaron a sentir el cansancio. Matias Repetto, otro refuerzo que llegó desde Aerolíneas Argentinas (y ya son 5 los “aeropibes”: Piro, Repetto, Miguez y los dos Zavadiles) le puso cambio de frente y pases largos y finos al juego. Estaba todo dado para que el equipo haga el gol. Jero, que estaba descansando en el banco luego de jugar el primer tiempo de arranque, volvió a entrar (utilizando la modalidad de este torneo, que te permite salir y volver a entrar). Y fue ese “retoño de jubilado” como lo definió magistralmente Nico “Mancu” Rameri, quién lucho una pelota en el área luego de un centro pasado de Larralde, para quedar frente al arquero y ajusticiarlo sin piedad. El uno a cero, justo y merecido, llego cuando faltaba poco para terminar. Con la firmeza del fondo y el esfuerzo de todos, se logró la victoria, trabajada y sufrida. Prueba de esto fue la frase que me tiro JP, acostumbrado a batallas durísimas, en el descuento: “¡No termina mas Chino, es el partido más largo que jugué en los últimos años!”. Pero terminó, fue victoria y arranque ideal para nuestro querido rejunte, con 3 puntos y valla invicta. Claro que todo cambiaría en la fecha siguiente…

PD 1: Cisse Putooo (que te haces el DT vos, dueño de la verdad!!!!)
PD 2: Ya que 5 jugadores son empleados de Aerolíneas Argentinas, podrían gestionar para tener a la empresa como auspiciante de la camiseta, no? Al menos para salvar los gastos administrativos de la institución (inscripción, partidos y nafta de los móviles!!)

HASTA LA VICTORIA ONETTO!!!
Por: -.- cHIno Lence.


Fecha 2: San Cristobal 3 vs Vallejos Devoto 3

En todos los inicios de campeonato la sensación es la misma: ganamos la primera fecha y creemos que estamos para grandes cosas. Claro que después la realidad se hace presente y nos pasa por encima con una catarata de empates, derrotas y partidos espantosamente mal jugados que nos devuelven a la realidad. Pero mientras tanto, la ilusión se enciende. Por eso, después de haber conseguido una trabajada y complicada victoria por 1 a 0 el domingo pasado, nos juntamos en el vestuario del predio de la UTN con el ánimo por las nubes. Todos hablaban en voz alta, se reían y daban rienda suelta a la algarabía. Todos menos Piro. Nuestro nuevo refuerzo estaba paradito inmóvil contra una pared del vestuario vestido como un cantante de rock Stone: zapatillas Topper de lona blanca, rulos largos hasta los hombros, remera y anteojos negros y una botellita de agua en la mano. Lo miré fijo y lo noté colgadísimo. “¿Que pasa Piro que estas tan calladito y tomando agua?”, le pregunté confundido. “Nada, tengo una resaca tremenda”. No pude contener la risa. “Jajaja, ¿otra vez? ¡El domingo pasado me contaste que hiciste un pique y casi lanzas en pleno partido!”. Piro contesto casi sin mover un músculo de la cara. “Bueno, entonces esta vez creo que lanzo en serio. Anoche eramos como 15 para comer un asado y tomamos vino hasta las 9 de la mañana. En un momento se levanto mi vieja y nos vio a todos sentados sin hablar delante de la estufa y se cago de risa: ‘¿Y ustedes son los que van a ir a jugar al fútbol mañana? ¡Ja, que van a ir a jugar ustedes, borrachos!’, nos dijo y se fue a dormir otra vez”. Después de escucharlo tuve una mezcla de resignación y alegría. “Y bueno, el otro día borracho y todo jugaste bárbaro, así que ahora que estas mas en pedo todavía, vas a jugar mucho mejor”. Pirola no contestó, siguió caminando en silencio y tomó otro trago largo de agua.

La cancha, como siempre, parecía un desierto. Pura tierra, sin un milímetro cuadrado de pasto, raspones garantizados al ir al piso. A un costado, mientras hacíamos la entrada en calor, estaban los muchachos rivales. No los reconocí hasta que no se ubicaron en su mitad del campo de juego: eran los mismos que nos habían ganado un amistoso por goleada una tarde en la que se lesiono Giampol y tuvimos múltiples faltazos inesperados. Más ganas de ganar me dieron al acordarme esa tarde fatídica. Comenzó el partido y había algo que estaba clarito como el agua: había un viento impresionante. En esa primera etapa lo teníamos a favor y se notó. La primera llegada, a los pocos segundos de comenzado el partido, fue un remate largo que un defensor de ellos quiso rechazar y no hizo más que enviar la pelota contra su propio arco y no fue gol de milagro. Luego, fue Nacho quien pateo ese mismo corner y la pelota se fue cerrando hasta que un defensor, esforzándose por recharzarla, la hizo estrellar contra el travesaño. Ahí nomas empezaron a putear los del mediocampo de Vallejos a sus propios defensores. Estaban nerviosos desde el vamos, había que aprovecharlo. El trámite seguía en nuestro poder. San Cristóbal era un tren en esos minutos iniciales porque atrás estábamos ordenados y el medio ganaba siempre. En otra jugada, un pase largo a Martín Larralde lo dejó mano a mano con el portero. El tanque, raro en él, apuró la definición y su remate fue bien desviado por el uno de ellos. Pero la presión fue insostenible: centro desde la derecha de Pablito Soria y Sergio Miguez, el otro tanque que reapareció luego de su viaje por Barcelona, quizá inspirado por su visita al Camp Nou, saltó entre mil cabezas y con un frentazo bombeado puso la pelota en el ángulo superior izquierdo del guardametas de ellos. Uno a cero merecidísimo. Hasta ahí, el partido había sido como muchos otros en la historia del albiverde, donde en un período de tiempo domina el partido y mete un gol, pero luego es dominado y pierde el control del juego por completo. Pero lo que hacía pensar que quizá el team había logrado una madurez inusitada, fue que se siguió buscando el arco rival y el dominio siguió a favor nuestro. Pablito se perdió un gol casi hecho, Larralde también tuvo uno y hasta este humilde defensor recupero una pelota cerca del mediocampo, giró y le tiró un pase por encima de la línea defensiva a Larralde para dejarlo con serias chances de convertir. Así las cosas, había que hacer otro gol. Y ese gol llegó cuando, luego de un yerro casi infantil de un defensor de Vallejos, Martín corrió hacia su destino de goleador indomable y le puso la firma a un dos a cero asombroso. Hasta ahí duró el sueño del partido perfecto. Hasta ese segundo gol hermoso. De ahí en más empezaron los problemas que no terminarían hasta que el referí pitara el final del partido.

El primer indicio de que esos veinte minutos a todo vapor habían sido casi un espejismo fue cuando tuve que salir a tapar un avance del 10 de ellos con pelota dominada (el domingo jugué de central porque Mauro se lesiono el tobillo) sabiendo que a mi izquierda estaba el 11 absolutamente solo. El pase, preciso y al pie, le cayó al 11 que por suerte definió pésimo y se perdió el descuento. Luego pasó lo mismo pero a espaldas de Giampol y otra vez la tiraron afuera. Demasiada suerte habíamos tenido cuando entre el 9 y el 10 caminaron el área de izquierda a derecha y, luego de una serie de rebotes pusieron el 1-2.

Nos fuimos al descanso preocupados. La segunda mitad del primer tiempo se había jugado mal, el medio perdió las marcas, la defensa estuvo muy en línea y nos ganaron las espaldas con facilidad. Todos hablaban, Neme discutía con Giampol una jugada en la que quedó sin aire y fuera de la jugada por un topetazo. “¡Te tenés que tirar al piso, pelotudo, porque no te cobran nada sino!”, le recriminaba el Robot al bueno de Leandro Jorge que todavía boqueaba como pez fuera del agua. Cisse fue claro en ese entretiempo: “Ojo ahora que tienen el viento en contra”. Razón no le faltaba…

La segunda etapa no tuvo nada que ver con la primera. Ellos se vinieron con todo y tiraban pelotazos hasta desde el buffet. Y nosotros no sabíamos como contrarrestar los piques a las espaldas de una defensa adelantada y en línea. El once, un chiquitito de pelo parado, era un sufrimiento porque vivía detrás de mí esperando para picar todo el tiempo. Por el otro lado, el 9, (un rubio que en el amistoso de hace un mes casi se agarra a piñas con Lucho y terminaron los dos expulsados) se filtraba entre Neme y Giampol y también quedaba solo. Creo que ese muchacho perdió no menos de 3 mano a mano con Leo Jakob. Sinceramente, se hacía difícil aguantar la presión y el viento en contra. El equipo corría y mordía pero a esa altura ya no se jugaba nada bien. A pesar de todo, el “casi milagro” se dio promediando la segunda etapa. Saque de arco que ejecuta este laborioso redactor, Soria que la peina y Larralde, con gran velocidad mental, saca un pase precioso y de primera para el pique de Nacho Z, que define picando la bocha ante la salida del arquero. Yo seguí la pelota con la vista y al verla besar lentamente la red largué un alarido infernal. El gol representaba el desahogo, la tranquilidad y la cercanía de una victoria algo injusta pero fundamental.
Faltaba poco, algo más de 10 minutos y yo no quería más historia: “¡Muchachos, no jugamos mas, la sacamos todos para arriba eh!”, grité aferrado a un catenaccio desagradablemente inescrupuloso. Por derecha ya estaba Piro para meterle dinámica y quizá algún que otro “pato” al lateral izquierdo de ellos. Afuera el “Mancu” Rameri se arrancaba el yeso de los nervios y a Cisse se le perdía la voz por lo mismo. Adentro, mientras tanto, seguían lloviendocentros como un bombardeo. Y nos seguíamos salvando. Cada vez que ellos llegaban al área la sacábamos como podíamos, se daban jugadas sucias, con mil y un rebotes y corners a repetición. Hasta que en un tiro libre desde la derecha de nuestra defensa, vino un centro pasado al segundo palo, una montonera tremenda y nadie consigue rechazar la pelota que sigue su viaje hasta que la encontró el 11, ese chiquitito resbaladizo que la empujó abajo del arco para el 2 -3. El sentimiento de que nunca se puede terminar un partido sin sufrir es una constante en San Cristóbal. Creo que con el plantel que hay hoy en día, si alguna vez podemos cerrar los partidos cuando estamos en ventaja, probablemente ganemos un torneo. Pero no, siempre hay un pero.

Golpeados, salimos a tirar las últimas manos del combate, dispuestos a matar o morir. Pablito Soria hizo una jugada heroica por derecha, gano una y mil veces trabando con varios rivales, y su remate, ante la salida del portero, pego en el palo y salió. El partido se iba, ellos llegaban pero sin tanta claridad, nosotros tratábamos de matar los minutos como sea. En eso veo que el referí da ¡3 minutos más!. “¡Hijo de puta!”, pensé, no había pasado nada que amerite tanto descuento. Las piernas ya pesaban, el partido había sido duro y encima, cuando faltaba poco y nada, vino otro centro contra el área; otra vez una montonera para rechazarla, y ahí la agarraron ellos otra vez. Otro centro largo que nos supera a todos y cuando levanto la cabeza veo a Fede Sampex que estaba con dos marcas pegadito al segundo palo. “No, por favor, no” pensé cuando vi que el línea no levantaba la bandera. El delantero de ellos solo tuvo que empujarla. Gol. El griterío fue infernal y la montonera que armaron para festejarlo daba más bronca. Neme y JP lo puteaban al bueno de Fede en mil y un idiomas por quedar enganchado y habilitando a los rivales en el gol, actitud que no se había visto nunca en el equipo. “¡Paren loco, callense que no fue culpa de Fede, nos puteamos cuando termine el partido!”, grité para calmar al robot y a “O Rey do Cabarulo” que le decían de todo a Sampex como si hubiera cometido un crimen.

Sacamos del medio y el partido, uno de los más raros e indescriptibles de la historia del equipo en 2 años y medio, nos dio otra sorpresa. A falta de un minuto para el final, un tiro libre cayó en el área de Vallejos Devoto y, luego una serie de rebotes, Sergio se encuentra con lo que hubiera sido el gol más gritado en la corta vida del SCFC. Como pudo, alcanzó a puntear la bocha ante la marca de un rival y el grito de gol fue anulado por el arquero de ellos.

No hubo tiempo para más: como diría El Diego, se nos escapó la tortuga. A pesar de no haber jugado bien tuvimos chances, goles y el resultado siempre a favor como para bajar la persiana y festejar dos victorias seguidas. Pero esto es San Cristobal y lo fácil solo existe en la imaginación de cada uno, cuando en la semana pensamos goles fantásticos y jugadas maravillosas que eleven al glorioso albiverde a la cima del fútbol amateur. A seguir soñando con lo que vendrá e intentar hacerlo realidad.
Lo mejor está por venir…

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE

PD: Cisse putisimo!!!!

Por -.- (Lence, el 2)