Debut internacional del equipo en la Copa NEME (12 de diciembre de 2009 - Estadio Ernst Happel de Viena) - PARADOS: Andrés Lence, Sergio Míguez, Jorge L. Romero, Nicolás Zavadil, Nicolás Espiñeira e Ignacio Zavadil. AGACHADOS: Ignacio Zumbo, Pablo León, Diego Nartallo, Nicolás Rameri y Mauro Vázquez.

PRÓXIMO TORNEO

ESTADÍSTICAS

------------ LO QUE EL FINDE NOS DEJÓ -------------

El 0-4 frente a Oeste FC dejó dos perlitas para nuestro regocijo:

1) Cuando el 9 definió mano a mano en el segundo gol, Giampol, Neme y Serpentor se esmeraron: "Cissé es un arquero 2-D, es gigante pero cuando el otro pateó era finito y plano..."

2) Terminado el encuentro, tras el decepcionante papel del equipo, Nacho Zavadil le puso color a su pensamiento: "Lo que pasó es los otros, cuando le pegaban, hacían 'ploc' [gesto de impacto seco de la pelota contra su mano] y, cuando lo hacíamos nosotros, hacía 'pif' [gesto de que le erraban]". Sublime. La más cruda realidad.

3) ¿Querían más realidad? Luego de que 2 de los 4 goles del rival los marcase un 9 grandote, torpe y lento, Sampex estalló: "¡NO NOS PUEDE HACER 2 GOLES UN TIPO QUE PESA 120 KILOS!". Tenía razón. Era un armario al que le faltaban 22 cromosomas...Así y todo, nos dejó en ridículo. Prefiero que venga el niño que nos embocó una vez en el Cirse...

martes, 2 de noviembre de 2010

CUARTOS DE FINAL: San Cristóbal 1 - Inter 3


Se terminó la ilusión de todos los domingos. Si bien San Cristóbal estaba mostrando actuaciones paupérrimas en los últimos encuentros, la motivación de pasar a segunda fase generaba nuevos aires en el grupo y la confianza para vencer al principal candidato a quedarse con el torneo era muy alta. Pero no bastó. No alcanzó ni la confianza ni el esfuerzo de todos los jugadores y el rival se llevó un partido merecido pero que recién pudo encontrar a pocos minutos del final. Hasta ahí, con valentía, San Cristóbal lo había aguantado y especulaba con el milagro.
A pesar de que el rival se denominaba Inter y jugaba con las camisetas de dicho equipo italiano, el que se asemejó más en su juego a los neroazurri fue el equipo del sur de la ciudad: tal como se había "hablado" en la semana (vía mail), la intención grupal era salir con un sólido bloque defensivo de 5 hombres, fórmula inédita para el equipo pero que hacía acordar al catenaccio criterioso y de buenos resultados en los comienzos de nuestra institución. A eso se le sumó un medio campo de 4 hombres en el cual, los dos volantes por afuera, los hermanos Zavadil, tendrían que desdoblarse para abastecer al único punta, Martín Larralde. Delantero que sabía cómo venía la mano y no le importa no tocar la pelota en todo el partido. Éste iba a ser un encuentro feo, trabado y áspero para todos, y así (bien) mentalizados salían los gladiadores sancristobaleanos gracias a la fuerza y coraje del grupo que supo ordenarse de entrada a pesar de la ausencia en el inicio del vital encuentro por parte del DT, Nicolás Espiñeira, quien tuvo un acto de indisciplina/irresponsabilidad (se quedó dormido y llegó con el partido comenzado). El rival, por su parte, venía confiado por el juego desplegado en la primera ronda. La mayoría de sus jugadores eran de buen porte, atléticos, y entre ellos, aparecía un gordito de edad elevada que, sin embargo, parecía ser el que lideraba la batuta. El árbitro pitó y el juego comenzo. Las especulaciones quedaban atrás.
Al minuto de juego, San Cristóbal sufría una baja importantísima: su caudillo, líder de la defensa y termómetro del equipo Gabriel Esplugas salía con una fuerte contractura en uno de sus gemelos (estudios indicarán si es un desgarro) tras impactar al balón. Esa linea de 5 en el fondo perdía a su guía y comandante desde el vamos. Así, Mauro Vázquez se hizo cargo de la responsabilidad de tomar el bastión y Jorge "Neme" Romero pasó a ocupar su posición. Matías Repetto, reemplazante de Esplugas, ocupó, por su parte, el lateral derecho. Esa fue la reestructuración temprana del equipo. San Cristóbal empezaba con el pie izquierdo. Y la cuestión siguió mal: a los pocos minutos, Nicolás Zavadil hizo una buena jugada dentro del área (haciendo pasar a uno de caño) y cuando se disponía a fusilar mano a mano al arquero, otro defensor lo cruzó de atrás cometiéndole un clarísimo penal. Todos en el banco de San Cristóbal saltaron embravecidos cuando vieron que el árbitro hacía el clásico "siga siga". Con el correr de los minutos, Inter se hacía dueño de la pelota y la hacía circular de forma elegante hasta los 3/4 de cancha. Allí, ante el sólido bloque defensivo del albiverde, desperdiciaban casi todas sus jugadas con centros a la olla que sacan los defensores. Vázquez y Lence fueron unas fieras por arriba, y Romero controlaba de cerca a su marca, no dejándole recibir (aprendiendo de errores pasados). El partido , futbolísticamente, era un bodrio total, pero, emocionalmente, era vibrante. Se jugaba como una final. El candidato frente a la Cenicienta. Pero esta Cenicienta no tenía nada de inocente: mordía, cortaba y salía rápidamente con un pelotazo para el llanero solitario de Larralde. La táctica era clara: "alguna le va a quedar". Ellos lo marcaban mal en el fondo: despreocupados por la poca presencia ofensiva de San Cristóbal, dejaban un sólo hombre con nuestro 9. Eso incrementaba las chances de verse realizado nuestro sueño. Jugadas de gol para resaltar, pocas. En una, un rival entró por el costado izquierdo del área y exigido ante la salida del portero Leandro Jakob, punteó el balón, pero el arquero achicó muy bien y se quedó con la pelota. En otra, también por el mismo sector, un delantero rival tocó la pelota por arriba de Jakob y la pelota fue sacada en el medio del área por la defensa. Un primer tiempo frio en los arcos pero muy caliente en el mediocampo.
Terminada la primera parte, los jugadores sancristobaleanos se alentaban unos a otros por el buen rendimiento (defensivo) que estaban teniendo. Se había podido estudiar al rival y ya se sabía por dónde podía llegar a entrárseles. A pesar de que el empate perjudicaba (es decir, sólo nos servía la victoria para pasar a la siguiente ronda por ventaja deportiva del rival), se consensuó seguir con la misma disposición táctica y esperar esa jugada clara de gol. A pesar de que el 11 que terminó dicha parte había hecho un buen encuentro, Nicolás Zavadil, luego de una falta sufrida, rengueaba por fuertes dolores en un tobillo que lo tiene a maltraer en los últimos tiempos. Eso (sumado al hecho de que habían varios sustitutos a la espera de una oportunidad) hizo que saliera para dejarle su lugar a Nicolás Rameri, un jugador que sirve para éste estilo de tácticas. Al ser rapido, molesto y que presiona velozmente la salida de la defensa rival, podía ser útil para conseguir una contra efectiva.
Al minuto del segundo tiempo, San Cristóbal se hizo de un tiro libre cerca del área. Ignacio Zumbo se hizo cargo de la ejecución y mandó la pelota algunos metros por encima del travesaño. El partido seguía con la misma tónica: ellos hegemonizaban la pelota pero no podían penetrar. San Cristóbal se abroquelaba bien y especulaba. Hasta que el rival encontró el primer gol a los 12 minutos: Ignacio Zavadil se la deja corta a Jerónimo Jakob en una salida desde el fondo, Inter la roba, se manda hasta el fondo por andarivel derecho y manda un centro rasante que encontró al centrodelantero entrando por el primer palo. El 9 remató luego de dejar atrás a su marcador y estampó el festejado 1-0. El rival respiraba: el partido se les había hecho muchísimo más difícil de los esperado. Pero parecía que se venían por más. Dos minutos después, una linda jugada de ellos terminó con un remate al segundo palo que se fue por milímetros. Pero, a los 20, llegó el empate sancristobaleano. El rival también salió mal desde el fondo, regalando la pelota en mitad de cancha. En eso, I. Zavadil tomó la globa y buscó el área con su tranco largo. Dejó atrás una marca y cuando ingresaba al cuadrado preciado, dejó atrás al último defensor que lo esperaba agazapado con un quiebre de cintura. Ya frente al arco, definió al segundo palo. GOLAZO. Si el gol del rival había sido gritado, éste ni les cuento. Era sorpresa. Era el indicio de que el batacazo era posible. El DT se volvía loco y entraba el campo gritando el gol como nunca. Posteriormente, se notaba que anímicamente el equipo estaba mejor. Se hacía de la pelota y el partido dejaba de transcurrir en el cuarto de cancha sancristobaleano. Si bien no se llegaba, era un partido parejo. Faltando diez minutos, luego de que San Cristóbal ya había hecho algunos cambios más ofensivos por la obligatoriedad de buscar el resultado, llegó una dura falta cerca del área cometida por Romero. Si bien el tiro libre no parecía peligroso, un rival (pelado, con unos kilos de más) acarició el balón por encima de la barrera, sorprendiendo a Leo Jakob y clavando el 2-1. Esto casi que sepultaba las chances de San Cristóbal: debía hacer 2 goles en 10 minutos. Obviamente, a partir de ese momento el equipo se mandó casi por entero al ataque descuidándose de lo que pasara atrás. Así, a los 71, Leo Jakob tapó una buena contra rival, pero ya nada pudo hacer cuando un nuevo centro desde la derecha a los 74 minutos, encontró el cabezazo del 9 para estampar la bocha en el segundo palo y marcar el 3-1 final. No hubo tiempo para nada salvo algunos centros de San Cristóbal que buscaban la heroica.
Se estuvo cerca del batacazo pero el sueño se esfumó. Nunca perder da gusto, pero hacerlo de esta manera, levanta el orgullo de todos. Ahora, a esperar el próximo torneo manteniendo el ritmo a través de amistosos que pueda armar la organización. Sigamos por este camino sancristobaleanos.

martes, 12 de octubre de 2010

FECHA 7: San Cristóbal 2 - Club Nágera 3


San Cristóbal sigue dando que hablar, sigue sorprendiendo...pero para mal. El equipo tocó fondo. No por el resultado, sino por un sin fín de circunstancias que llevaron a ello. En orden cronológico: los desplantes e irresponsabilidades de aquellos que, habiendo confirmado, no aparecen el día del partido sin aviso previo; el hecho de tener que improvisar siempre un equipo diferente; otros que llegan tarde al partido; la improvisación con un arquero que sin calentamiento previo y sin actividad desde hace varios meses debió ingresar porque la no llegada del titular; la desidia y poca inteligencia de la línea de volantes cuando el partido se jugó por 20 minutos con dos hombres de más. Si: como el rival también sufría de cuestiones organizativas como nosotros, tuvo que empezar el partido con dos jugadores menos (con el correr del partido, rearmaron el 11) e, increiblemente, en ese lapso de tiempo fue cuando Nágera fue muy superior a San Cristóbal. El albiverde, poco inteligente tácticamente, y sumamente plausible a la desesperación con los gritos histéricos de muchos de sus jugadores, no sabe jugar con la ventaja de jugadores. Partidos previos ya lo hacían presagiar (ocasiones que, con un hombre de más por expulsión de algún rival, no lograba sacar ventaja en el marcador) y el segundo tiempo de este partido, cuando ya estaba 11 contra 11, lo confirmaba ya que, en ese momento, San Cristóbal dominó las acciones y demostró un mejor juego. Como dijo uno de los delanteros del equipo, Nicolás Zavadil, al salir reemplazado: "Éstos son los partidos que te desmotivan y con los que querés largar todo...". Razón no le falta. Pueden no salir las cosas, pero la irresponsabilidad, la falta de compañerismo, la poca solidaridad y la carencia de actitud dejan grietas en el grupo. Cada uno sabrá lo que le toca, esperando que se hagan cargo y lo reviertan.
Como dijimos, el partido empezó con la ventaja deportiva de tener dos hombres de más, por lo que San Cristóbal entró visiblemente confiado en que iba a sacar una diferencia importante para luego mantenerla cuando se emparejase la cantidad de jugadores. Pero esa confianza, en vez de ser traducida en tranquilidad, toque corto, aprovechar los espacios y hacer correr al rival, fue sumamente nocivo: nervios, querer jugar a 220, regular piernas porque se suponía que el rival no atacaría y que la defensa tendría unos primeros minutos tranquilos. Todo al revés. ¿Cuál fue el efecto de todo eso? Que el rival llegase con suma claridad en 6 ocasiones en los primeros 17 minutos de partido, mientras San Cristóbal pudo arrimarse con tal sólo dos míseros ataques. Incomprensible. Apenas comenzado el encuentro, el volante/wing derecho de Nagera escaló por derecha, pasó a Jorge "Neme" Romero y penetró en el área, sacando un remate foribundo a la posición del regresado arquero Nicolás "Cissé" Espiñeira, quien despejó el remate para un costado pero sin sacarla al córner, dejando la pelota jugable, lo de que dió pie a una segunda jugada. El mismo delantero volvió a tomar el balón contra la línea, se acomodó y sacó un centro atrás rasante, con mucho peligro, que el arquero no pudo desviar pero que, por suerte, encontró el despeje de uno de los defensores centrales. Un aviso de lo que podía generar la desconcentración. Aviso que se pasó por alto, se menospreció, y así se pagó: beneficiando al rival con ventajas inconcebibles. En la tercera opción de gol, el rival no perdonó: inmediatamente a ese momento de zozobra, vino un pelotazo cruzado hacía la punta izquierda. En esa ocasión, al que pasaron como un poste fue al lateral del otro sector, Pablo Pirola, ingresando al área por dicho andarivel. Antes que Andrés "Chino" Lence llegase a cruzar, el volante/delantero sacó un terrible remate al ángulo del primer palo del portero, que, confiado, se vio sorprendido por el remate. A los 3 minutos, San Cristóbal ya estaba perdiendo y demostrando nada de vergüenza. Pero esto recién empezaba. Posteriormente, vino otro potente remate del rival (ese es otro punto: la calidad de pegada de los rivales contra la calidad de "tiritos" nuestros) desde áfuera del área que buscaba ángulo superior derecho, pero esos tiros son más fáciles para la longitud del arquero que se encontraba en el arco, aunque la falta de práctica deportiva y que la pelota vivoreaba de sobremanera, hizo que éste no pudiese retener arriba y que la pelota se le escapara al corner, el cual no contrajo peligro aunque usted no lo crea. Luego vino la primera de San Cristóbal: tras un corner desde la derecha, Ignacio Zumbo anticipó en el primer palo y con un toquecito suave parecía que la pelota se le metería de emboquillada al arquero rival por el segundo palo, pero la pelota se fue apenas por encima del travesaño. San Cristóbal parecía acomodarse en la cancha y predisponerse a cambiar la historia. Pero rápidamente llego otra contra rival que culminó con un remate de afuera del área, seco y a la izquierda abajo del arquero que respondió. Acto seguido, llegó una clarísima para San Cristóbal: centro medido desde la derecha y Martín Larralde, entrando en el segundo palo, exigido, que llega con lo justo y la puntea por milimetros fuera del palo derecho defendido por el arquero rival. Zafaba Nágera. San Cristóbal "arrimaba el bochín" y estaba coqueteando con el empate. En eso, llega un corner desde la izquierda a favor. Otra vez, la confianza de los hombres de más generó un mal armado de la defensa en jugada en ataque. El córner es devuelto y tomado por el punto rápido de ellos fuera de su propia área, el cual tenía a Neme a mitad de camino y se la tira larga, ganándole por varios metros. A medida que fue escalando, y despues de varios rebotes, la jugada termina con un foul innecesario contra la línea en tres cuartos de cancha. De ese centro, y otro compendio de desatenciones (tanto en la barrera, como en los que marcaban al prácticamente solitario cabeceador rival que fue a buscar al área, como el arquero que puteaba en el transcurrir del envío las citadas desatenciones) culminó con el segundo gol del rival: dicho atacante metió una mediavuelta de derecha en el centro del área, el arquero manoteó bien la pelota pero la misma, en el mismo instante, le pega en el hombro e ingresa. 0-2 y la calentura esperada y evidente salía en forma de puteadas de la boca de todos. "Que la defensa", "que el arquero" (se escuchaba a los hermanos Zavadil), pero NADIE se hacía cargo de sus errores. Esa desesperación que contagiaban los ampulosos hermanos desde dentro, contagiaban al jugador que oficiaba de DT desde fuera, Nicolás Rameri, quien, en vez de mantener la calma y abstraerse de los nervios internos, decidía hacer dos cambios: ingresaban los hermanos Jakob (quienes habían llegado tarde, con el partido ya jugándose) por el arquero y el defensa central José Madeira (también regresado después de mucho tiempo). Leandro obviamente iba al arco y a Jerónimo lo paraba en la zaga central, algo también inentendible (sumado al hecho de que la defensa central no era, ni por asomo, la responsable de que el rival llegase con tanta facilidad al arco), pero, como dijimos, el nerviosismo de adentro contagió el afuera y nubló cualquier análisis que se pudiese hacer, queriendo solventar los efectos en vez de tratar de modificar lo que causaba esos efectos (negativos). La entrada de Jerito, si bien permitía tener una salida más limpia desde el fondo, aportó mayor desorganización defensiva porque el chiquito, volante ofensivo devenido en defensa, se iba entendiblemente para arriba (mientras los volantes seguían sin ayudar mucho en la marca). Ofensivamente, San Cristóbal encontró más la pelota y llegaba con cierta facilidad por los costados, pero todas las jugadas terminaban con centros fallidos. A los 27 aproximádamente, Ignacio Zavadil ingreso al área por izquierda contra la línea de fondo y sacó un centro/remate al segundo palo que encontró el despeje fallido de un defensor que no hizo más que meter la pelota en su arco. Era el descuento que esperanzaba al equipo (en eso, el rival ya había sumado un jugador y estaba con 10). En esos momentos, el albiverde atacaba y atacaba, con poca claridad pero con mucha enjundia. A los 31, se dio una hermosa jugada por izquierda. Neme tocó por la línea con Nacho, quien la paró y jugó al medio por el piso para el volante central Matías Repetto. Éste, de una, se la devolvió a Nacho quien se fue hacia el fondo y sacó el centro al primer palo. Larralde se anticipó a su defensor y tocó la pelota, la cual se colaba en el ángulo derecho del arquero, pero éste, con grandes reflejos, sacó la pelota al córner. El empate se hacía desear. Pero los últimos minutos volvieron a ser vergonzosos: primero, en el minuto 35, cuando en una jugada parecida a la que se gestó el primer gol rival (esto es, un pelotazo cruzado a las espaldas del lateral derecho sancristobaleano), un rival se fue mano a mano con Leo Jakob, lo pasó y cuando tenía el arco a su merced (aunque con un Jero Jakob que cerraba velozmente), definió exigido afuera. Respiraba San Cristóbal hasta que encontró el tercer gol rival: otras facilidades defensivas permitieron que el equipo rival entre tocando al área y un delantero quedase con la pelota picando delante del punto penal frente al arquero. Fusilamiento y gol. Nada que hacer para Leo Jakob. Asi se terminaba ese paupérrimo primer tiempo.
El entretiempo mostraba que entraba Rameri por Nacho Zavadil y que el rival incorporaba otro jugador para estar, por fín, con 11. Las perspectivas no eran las mejores: si con 9 o 10 habían complicado a San Cristóbal, se suponía que la historia sería peor. Así pareció en el inicio del segundo tiempo cuando a los 47, un remate desde afuera al segundo tiempo rompió la modorra del partido al reventar el palo derecho de Leo Jakob, quien volaba y no podía llegar. El rebote, le queda a otro delantero rival, quien, solito y solo, se come un gol increíble. La primera de San Cristóbal en esa etapa fue recién a los 57 cuando, luego de un tiro de esquina desde la derecha ejecutado por Pablo Soria, encontró a Neme ingresando por detrás en el primer palo. El defensor (vírgen en goles, no así en otras "cosas"...) parecía ver la luz: tocó la pelota al segundo palo. El envío, que buscaba gol (aunque parecía terminar facilmente en la posición del arquero) fue desviado en el medio por Rameri, anticipándose al portero, mandando el remate por encima del travesaño. El veloz delantero presagiaba estar peleado con el arco, cuestión que se confirmaría un minuto después cuando Larralde se escapó de su marca por derecha, envió el centro atrás para Rameri y, éste, sólo frente al arquero, tomó la peor decisión: una masita a colocar a la derecha del portero, que leyó bien la jugada y atoró el gol cantado del delantero. A los 62, los rivales probaron de nuevo desde fuera del área y la pelota se fue apenas por fuera del palo derecho. Tres minutos después, el nuevo descuento sancristobaleano: Nacho Zavadil (quien había vuelto a ingresar por su hermano Nicolás, quien se retiró dolorido) le entró mordido desde el vértice izquierda del área y la pelota parecía morirse por línea de fondo luego de cruzar todo el área. Pero, en eso, como una tromba, apareció por atrás Soria, quien ejecutó un remate seco con la parte externa del pie, poniendo la pelota en el segundo palo del arquero y gritando un gol muy esperado para su cosecha personal. San Cristóbal dominaba juego y mente, y ahora sí, por fín, parecía que el empate llegaría (empate que, dicho sea de paso, hubiese significado el aseguro de que San Cristóbal pasaba a los playoffs en la tercera colocación, con mínimas chances de pelear por el segundo). Pero a los 71 parecía cerrarse la historia: penal para el rival luego de una tonta mano de Jero Jakob. "Parecía" porque apareció Leo Jakob en todo su esplendor, atajando el remate hacia su derecha. No obstante, la pelota quedo boyando en el área y el rival se volvió a comer un gol increible cuando remató y la pelota dió contra el travesaño. Zafaba San Cristóbal y Leo Jakob prorrogaba el uso del pulmotor. A los 76, una linda pared de Repetto con Larralde, encontró el remate del primero desde la puerta del área por encima del travesaño. Misma resolución se dió en el segundo minuto de descuento: tras un tiro libre a favor, Repetto remató desde fuera por encima del arco. Era era la última pelota del partido y San Cristóbal volvía a perder.
Ahora sólo queda esperar que en el partido clave de la 8va fecha (recordar que San Cristóbal no jugará por no presentación del rival), A un Toque (2do en el torneo) venza a Nágera y permita, con ello, que nuestro San Cristóbal culmine en la 3era colocación, evitando al aparente invencible puntero de la otra zona (lo que también conllevaría otra alegría ya que jugaríamos contra Falta el Resto, equipo que se venció en la 5ta fecha por el partido interzonal). Los próximos dos fin de semanas serán de partidos amistosos en los cuales San Cristóbal podrá poner a punto a algunos de los jugadores que no venían viendo acción y recuperar soldados que se encuentran entre algodones. Si el tiempo lo permite, en tres semanas estaríamos jugando por cuartos de final (contra Falta el Resto o Inter), con ventaja deportiva para el rival (es decir, el único resultado que servirá será la victoria), por lo que se pide encarecidamente que los bastiones del equipo ayuden al equipo en general en la búsqueda del primer torneo para la historia del club. Poder, se puede, pero siempre y cuando establezcamos un 11 casi de memoria que se comprometa con la causa. Esperemos que eso suceda. A pesar de estas malas semanas, hay confianza y material para recuperar el tiempo perdido.

jueves, 7 de octubre de 2010

FECHA 6: San Cristóbal 0 - A un Toque 3


Era un partido clave por los puestos de arriba: tanto San Cristóbal como A un Toque compartían puesto en la tabla con 10 puntos y querían ganar para asegurarse el paso a la próxima ronda. El partido se vislumbraba trabado y feo, como una final. Y así fue. Pero el verde y blanco, como siempre, tuvo que improvisar un mediocampo nuevo y eso lo pagó. Si bien hizo un primer tiempo parejo, en el que merecía algo más que el empate, se hundió en el segundo tiempo y, cuando fue en busca del empate, dejó los huecos para que el rival hiciera el segundo y el tercero. Fue un partido cerrado cuyo marcador no indica lo que pasó en la cancha, pero algo es seguro: San Cristóbal no mereció ganar.
El primer tiempo empezaba trabajo, con la pelota yendo y viniendo a través de pelotazos sin que nada importante sucediese. Parecía que la tónica del partido sería el que hiciese el gol, ganaba. Parecía, porque a los 6 minutos el rival se puso en ventaja de la nada y cambió las presunciones: un defensor de ellos encontró la pelota picando en tres cuartos de cancha y le metió un fierrazo que se le clavó en el ángulo izquierdo a un anonadado Leandro Jakob que no podía creer tremendo disparo. De otro partido. Un baldazo de agua fria para San Cristóbal que nunca había recibido tremendo gol y menos desde "el vestuario". Había que remontar, pero había mucho tiempo por delante, así que había que ser ordenado. Hasta el primer cuarto de hora, el partido fue del rival, el cual contó con una chance más: a los 13, Jakob saca un cabezazo que se le colaba por la espalda pero deja la pelota boyando en la linea. Tras coquetear con el gol, la pelota pudo ser recapturada por el portero. Luego de esos quince minutos iniciales, San Cristóbal se hizo dueño del partido y contó de varias chances para empatar. A los 18, una incursión de Federico Sampayo en ofensiva, culminó con un remate del lateral izquierdo un metro por encima del travesaño. Tres minutos después, Ignacio Zavadil también probo de afuera, pero la pelota fue al medio a la posición del arquero rival. A los 23, una contra rival muy desordenada, fue sacada casi en la línea por Gabriel Esplugas. En ese momento, entró Pablo Soria a la cancha y le dió frescura y movilidad al ataque. En la primera que tuvo, dos minutos después, la pelota le quedó picando tras un corner en la medialuna del área y, sin chances de darle con su pierna hábil, sacó un zurdazo de emboquillada que se fue apenitas por encima del travesaño. A los 27, casi el milagro. ¿El gol? No. ¿La incursión de Neme en ataque? Tampoco. No sólo se mandó al ataque, sino que probó mordido de afuera y la pelota le quedó en el punto penal a Nicolás Zavadil, quien empujó habilitado al gol...Pero el juez de línea levantó la bandera y en el momento no hubo muchas quejas. Luego, defensores rivales reconocerían que el delantero se encontraba en posición legítima. En el minuto 34, luego de un córner, Soria metió una media vuelta fallida en el área cuando entraba Ignacio Zumbo sólo de frente. El gol sancristobaleano se hacía desear pero estaba al caer. Al menos, eso parecía. En esa primera parte, sólo quedó tiempo para un cabezazo debil de Nacho Zavadil a las manos del arquero.

En el entretiempo se quiso ajustar las tuercas y ordenar un poco el mediocampo que, aunque terminó dominando el cotejo, no se agrupaba de forma debida. Además, la delantera estaba muy estática y era necesario aportar un poco de velocidad con la entrada de Nicolás Rameri. Pero nada de lo pensado funcionó. El equipo fue, lisa y llanamente, una sombra: lento, desconcentrado, con mucha distancia entre líneas y sin peso ofensivo. Ese tiempo fue de los peores desempeños que se recuerden del equipo. En fin, pasamos a detallarlo.
A los 2 minutos Gabriel Esplugas tuvo un error que podría considerarse como una clara señal de lo que sería el segundo tiempo: trató de despejar un pelotazo intrascendente con la cabeza, pero el envío se elevó en su posición y el defensor tuvo que volver a intentar cabecear. En eso, algo mareado ya por la vista clavada en la pelota, cabecea de vuelta pero esta vez para atrás, cediendo la pelota a un delantero rival que pudo irse contra el arquero y definió mal. Recién a los 11 minutos, tuvimos nuestra primera chance de la etapa con un remate pifiado de Rameri desde fuera del área que alborotó a los suplentes del banco (ver sección "Lo que el finde nos dejó"). A los 16, afilados para los remates de media distancia, los rivales volvieron a intentar con un sablazo desde la casa. Jakob, molestado por el sol, se complicó, rozó el balón y éste fue a pegar justo contra el ángulo superior derecho. Nadie se lo esperaba y casí caía el segundo del rival. A los 27, cuando San Cristóbal había cambiado recientemente su dibujo haciéndolo más ofensivo (con tres puntas) y se estaba acomodando, llegó una contra rival que encontró a la defensa mal parada. Vino el centro desde la izquierda y el delantero que ingresaba definió claramente al segundo palo para cerrar el partido: 2-0 y San Cristóbal estaba en la lona. A partir de entonces, el equipo se descontroló totalmente, y fue en busca de la heroica que nunca llegó. Así, los espacios dejados en defensa eran un manjar para cualquier futbolero. Dos minutos después del segundo, en una contra parecida, tiraron un centro rasante desde la derecha y el 9 rival, solito debajo del arco, tiró la pelota por arriba. Increíble. Tan increíble como el reproche del lateral derecho de su propio equipo: "¡Tenía que ser el borracho...!". A los 30, San Cristóbal casi encuentra el descuento de la nada: centro desde la izquierda, el arquero de ellos sale a embolsar de forma insegura, dejando la pelota perdida en el área, pero ningún delantero albiverde pudo aprovechar y el portero se rehizo. A los 36, el 3-0: otro centro rasante desde la derecha y, ahora sí, un rival que empuja correctamente el balón debajo de la portería. San Cristóbal no quería más consigo mismo: miraba el reloj para que todo culmine. Por suerte, faltaban solo 4 minutos para terminar con esa pesadilla. Hubo tiempo solo para un par de remates de fuera del área por bando y nada más.
Luego de un primer tiempo que terminó siendo aceptable a bueno, el equipo se diluyó y se desmotivó rápidamente, mostrando falencias muy antiguas del equipo que hacen recordar al año de su fundación cuando, ante un gol rival, el conjunto se bajoneaba y se "iba" del partido. Eso precisamente sucedió en esta ocasión. No era un partido para perder, pero se perdió. No era para irse con un 0-3, pero así nos fuimos. Debe servir de experiencia.
Ahora, por la séptima fecha, lleva una auténtica final anticipada frente a Club Nágera, equipo que se encuentra en la cuarta colocación (un punto por debajo nuestro) porque le fueron descontados tres puntos por incidencias con otro equipo que recibió la misma sanción. La victoria prácticamente que aseguraría terminar en la segunda colocación del grupo, mientras que, si se empata o se pierde, hay muchas chances de terminar terceros. Lo cierto es que, con la resolución del Tribunal de Disciplina sobre los citados equipos, San Cristóbal ya esta clasificado a los play-off finales. Ahora resta saber la ubicación. Un premio al buen nivel que, salvo el último encuentro, viene mostrado el conjunto del sur de la Ciudad. Esperemos que este logro motive a los jugadores para lo que viene y que no se tenga que improvisar formaciones en cada encuentro. Como decía el "Coco" Basile, "deben salir los 11 de memoria...".

domingo, 26 de septiembre de 2010

FECHA 5 (Interzonal): San Cristóbal 1 - Falta el Resto 0

Sin explicación. Así podríamos titular esta crónica. ¿Por qué? Por la paradoja que dejan las siguientes preguntas y sus respectivas respuestas: ¿San Cristóbal se llevó mucho premio con la victoria? Si. ¿San Cristóbal mereció la victoria? También. ¡¿Cómo?! Por una parte, el rival dominó el primer tiempo y contó (en todo el partido) con muchísimas ocasiones de gol claras desperdiciadas por ellos mismos; por otro lado, San Cristóbal dominó el segundo tiempo gracias a las modificaciones hechas en el entretiempo y también contó con muchísimas oportunidades hasta que encontró su premio en el cuarto de hora final. El 1-0 sobre Falta el Resto (correspondiente a la 5ta fecha, interzonal con el que ocupaba la cuarta posición de la zona A) catapulta al equipo del sur de la Ciudad en las puertas de la entrada a los playoffs. Con una victoria más (además de los 3 puntos que obtendrá en la última fecha por el abandono del equipo Floresta), asegurará su pase.
Fue un partido raro, ¡rarísimo!, que no impide afirmar lo que se percibe hace muchos encuentros: este San Cristóbal, con ciertas incorporaciones a partir de una reestructuración que se dio en el club antes del inicio de este torneo, es otro cantar. Sólido en defensa (aunque en esta fecha no dio la impresión), con un juego de pelota al pie en el mediocampo, inteligente. Ya deja de asemejarse a un equipo principiante para hacer valer sus condiciones y jugarle de "igual a igual" a quien quiera presentarse. Así, el albiverde sigue con su sueño de conseguir la primera estrella para su corta historia.
El partido comenzó en la nebulosa. Si bien el rival dominaba la pelota y se acercaba hasta tres cuartos de cancha, la pelota no era tratada con cariño por ninguno de los dos conjuntos. Falta el resto trataba de poner la pelota bajo la zuela y jugar, mientras que San Cristóbal la revoleaba sin asco para sacársela de encima. Los delanteros no la aguantaban y los defensores no podrían descansar. Hasta los 14 minutos, no pasó nada. En ese instante, un ataque por izquierda del rival parecía abrir el marcador: nuestro ocasional arquero, Diego "Bambi" Nartallo, salió a cortar bien un pelotazo, la pelota quedó boyando a un costado del área y un delantero rival mandó un centro al área chico con el arquero a mitad de camino. Cuando dos rivales entraban sólos para empujar la pelota, Federico Sampayo se cerró (desde su posición de lateral izquierda) y con un salto descomunal, le ganó a sus rivales dejando sudor y sangre en la acción. Pero la jugada no terminó ahí: la pelota le quedó a otro rival parado por delante del punto del penal quien solo debía esperar mansamente acomodarse para empujar la pelotas al arco, ahora si, totalmente desguarnecido. Increíblemente, el volante rival, con clara tensión, decidió definir de cabeza, entrándole mordido: la pelota se fue al lado del palo derecho, escuchándose el primer "uuuuuuuhhhhh" de la tarde.
Lo más lindo de ese primer tiempo para nuestro amado conjunto se dio a los 26 minutos cuando Nicolás Zavadil, con pelota dominada en mitad de cancha, de espaldas al arco rival, le metió un tunel hermoso (y "riquelmeano") a su marca, lo que mereció un gran aplauso de los asistentes. Pero eso era la única gota de champagne que parecía tener el equipo, aunque se intuía que esto fuese así en el principio: el DT, Nicolás Espiñeira, decidió meter de entrada un equipo duro, rústico, que sepa acomodarse en cancha y analizar al rival. No obstante, no esperaba que los delanteros estuviesen tan desconectados del resto del equipo y que los volantes y defensores no intentasen nunca jugar la pelota a ras del piso como pedía insistentemente el volante izquierdo, Ignacio Zavadil. A los 29 minutos, Falta el Resto, ante el cerrojo que proponía la defensa sancristobaleana, probó por primera vez de afuera del área y la pelota se fue a escasos centímetros por encima del travesaño. Cinco minutos más tarde, pudieron quebrar la línea defensiva y remataron desde dentro del área, pero el Bambi se encontró con la pelota, dando seguridad a sus compañeros. A los 36, otro ataque de ellos: esta vez, agarró mal parado a San Cristóbal y casi factura en una contra. Por suerte, la definición, también dentro del área, se fue por arriba. Dos minutos más tarde, otra clarísima para el rival: luego de un baruyo en el área, un rápido delantero rival mete un centro desde la derecha a baja altura y un delantero se zambulle tirándose de palomita en el primer palo. Por suerte, el cabezazo fue a la posición del Bambi, que bien cubría el primer palo. El rival merecía ampliamente abrir el marcador: merecía el segundo antes que el primero. San Cristóbal no reaccionaba, no encontraba la pelota y sus defensores casi que les suplicaban a los delanteros que retengan un poco la globa con el objetivo de tomar aire. Por suerte, la primera parte culminó en cero.
Por lo visto en la primera parte y analizar las virtudes y defectos del rival, era tiempo de meter mano en el propio equipo, el cual se encontraba ahogándose en una laguna. Así, se decidió armar un mediocampo más técnico y creativo, dejando atrás aquella medular combativa que había perdido el duelo con sus pares rivales. Matías Repetto, quien no había tenido un buen primer tiempo como doble cinco, se paró con unico volante central. Jerónimo Jakob, el otro doble cinco que tampoco tenía una buena tarde, le dejó su lugar al creativo (y a la postre, figura del partido) Adriano Amoroso. A su vez, Pablo Soria, quién le había pedido al equipo y a su DT no jugar más de volante para hacerlo de delantero, entraba en la posición pedida por el volante Pablo Pirola, quien tampoco pudo hacer mucho. Para que Soria vaya de delantero, se dieron un par de cambios posicionales: en principio, enrocaron posiciones por expreso pedido de ambos jugadores el Bambi (que pasó a la posición de volante derecho que ocupaba Pirola) y Sergio Míguez pasó a ocupar el arco. En definitiva, el DT Espiñeira quería despabilar a sus muchachos y darle un envión anímico. La jugada podía salir bien, como también podía generar un mayor desequilibrio en la medular y propiciar una derrota. Pero el que no arriesga, no gana. De esta forma, San Cristóbal presentaba para la segunda parte un equipo más ofensivo, con mayor movilidad, y preocupándose por el arco de enfrente más que por el arco propio.
Los primeros segundos ya mostraron el cambio de actitud: San Cristóbal se hacía dueño de la pelota y se mostraba agresivo en el buen sentido. A los 2 minutos, Nacho Zavadil probó de afuera del área y la pelota se fue apenas por encima. Dos minutos más tarde, su hermano Nicolás, se encontró (tras un saque del arco largo de Míguez) con la pelota picando mano a mano con un arquero que salía desperadamente: lamentablemente, el delantero se nubló al no esperar esa situación y se durmió, dejándose comer por un rival. San Cristóbal era incisivo y ataque por ambas bandas. Repetto se hacía dueño de la recuperación del balón (terminó haciendo un gran encuentro a pesar del flojo primer tiempo), Nacho Zavadil seguía con una buena tarde y los ingresados Amoroso y Soria le daban juego, frescura y circulación al equipo. Pero, a los 10 minutos del complemento, el rival, tras un corner, de vuelta estuvo al borde de abrir el marcado cuando un defensor cabeceó directo al posteo y la pelota coqueteó con el gol al permanecer en el área chica hasta ser despejada con angustia. Cinco minutos después, Federico Sampayo, quien ya encontraba para entonces una autopista por su sector, probó de afuera y la pelota pasó cerca del arguero. Luego de un primer tiempo peleado, luchado, donde la pelota era mal tratada y los espectadores preferían ir al cine con sus parejas, el segundo tiempo mostró todo lo contrario: juego, ocasiones de gol, ritmo vertiginoso, el mediocampo como zona de paso fugaz. Sinceramente, una parte complementaria inmejorable. Un minuto después de la de Fede, Nico Zavadil probó también de afuera y la pelota se fue a un metro del palo izquierdo. Dos minutos después, los rivales cabecearon al travesaño. El partido tenía un partido frenético y sorpresivamente seguía con los arcos vírgenes. A los 20, Nacho Zavadil pasó fenomenalmente entre dos rivales que lo marcaban sobre el punto central de la cancha y abrió la pelota a la izquierda para Soria. Éste, antes de que un defensor lo cruzará desesperadamente, ensayó un remate que se fue cerquita del primer palo del arquero. Un minuto después, y apenas ingresado, Nicolás Rameri recibió una gran asistencia y enfrentó mano a mano al arquero. Pero nuevamente un delantero nuestro se nubló, tardó en definir, y el arquero lo atoró, impidiéndole el grito de gol.
A los 25, una gran contra albiverde encontró a Fede Sampayo penetrando en el área por su andarivel y sacando un furioso remate que fue espectacularmente sacado por el portero rival. El gol estaba llegando, se encontraba tan sólo a una estación de distancia ya que dos minutos más tarde, por fin llegó la apertura del marcador. Buena pelota para el pique del volante derecho Rameri por derecha, quien aprovecho su velocidad y fue hasta el fondo. Amoroso, quien ingresaba al área e iba a buscar al primer palo, detuvo su marca para hacerse más visible al compañero que llevaba el balón. Rameri, lúcido, metió el pase atrás para Amoroso, quién, con una tranquilidad envidiable, paró el balón, estableció sus objetivos, y efectuó un disparo aparentemente manso pero con mucha comba (a baja altura) al segundo palo. La pelota parecía fácil para el portero, pero el mismo estaba tapado por dos compañeros. Cuando quiso reaccionar, era tarde: la pelota entraba en el ángulo inferior derecho, desatando el festejo loco en el banco de suplentes. El goleador, sin embargo, atinó a agachar la cabeza y volver al medio campo con la satisfacción del deber cumplido. GOLAZO. Obviamente, todos sus compañeros fueron rápidamente a felicitarlo y a agradecerle tremenda gesta.
Posteriormente, llegó otro cambio (como se puede apreciar en la foto, tras el festejo, reingresaba Jakob a la cancha en lugar de Nacho Zavadil quien había fundido motores) para acomodar el equipo en defensa y aplicar algo que por San Cristóbal es un ritual: el catenaccio. Sin embargo, el equipo no pasó zozobra hasta el minuto 35 cuando, tras un corner, el rival vuelve a comerse el gol cuando, después de varios rebotes en el área, un defensor definió apurado por sobre el travesaño cuando tenía todo el arco a su disposición. Previamente, San Cristóbal pudo haber estirado la ventaja con dos penales que fueron obviados por el árbitro, ambos por mano rival en el área. No obstante, en uno de ellos la jugada siguió y el ingresado Nicolás Sergi no pudo definir debajo del arco tras la asistencia de N. Zavadil, escapándosele la pelota por debajo de la suela. Una lástima. Cuando faltaban dos minutos, San Cristóbal hacia gala de su momento y seguía buscando: así fue como Rameri remate cruzado entrando al área por derecha y Soria, quien había prometido un gol en el sabado anterior al encuentro, entrando por el segundo palo, punteó la pelota y se predisponía a festejar, pero la caprichosa salió besando el vertical. El albiverde terminaba a puro lujo el partido, perdiéndose goles y sabiendo que ya lo tenía cocinado.
Una victoria que se cotizó en oro. Charlando posteriormente al encuentro con los protagonistas, todos coincidían en que es la primera vez que el equipo gana un partido de estas características y que, sobre todo, puede cerrar un partido tan luchado sin sufrir y meterse en un arco sobre el final. Eso definitivamente se logró por la preeminencia del buen pie sobre la lucha, decisión estratégica que salió bien. Por otro lado, es menester trabajar en la obediencia táctica y en las marcas: no se llevó a cabo nada de lo que se dispuso via mail en materia de pelotas paradas en contra. Así, cada corner rival era una puñalada y los rivales ganaban siempre de arriba. Factor a trabajar con urgencia si se quiere seguir protagonizando el torneo.
Para cerrar esta crónica, el capitán Gabriel Esplugas deja sus palabras sobre el triunfo sancristobaleano:

miércoles, 22 de septiembre de 2010

FECHA 4: San Cristóbal 0 - Cruz Roja 3

En choque de punteros, Cruz Roja supo aprovechar sus ocasiones y venció por un abultado marcador a San Cristóbal FC por 3-0. Si bien el resultado pareciera indicar una sobrada ventaja del rival en el trascurso del partido, esto no fue así: en un encuentro chato y polémico, la pelota vivió siendo maltrada en la mitad de cancha, y los equipos contaron con muy pocas ocasiones de gol. No obstante, Cruz Roja fue sumamente efectivo y de cinco ocasiones de gol, capitalizó tres; mientras que San Cristóbal estuvo vírgen en su poder ofensivo.

El primer tiempo comenzó, como indicó la tónica del partido, peleado en el medio campo y las situaciones no aparecían. Salvo un par de pelotas atajadas por nuestro ocasional arquero, Leandro Jakob, el equipo no pasaba zozobra. Pero, también hay que decirlo, el equipo no generaba ocasiones y se lo veía impreciso en todas sus líneas. El primer gol rival recién llegó pasando la mitad de dicha parte luego de mandar a la red una pelota que había quedado boyando en el área luego de un sin fín de rebotes. La primera parte no dió más que eso a los ojos de los espectadores.

El segundo tiempo fue distinto en emociones. Apenas comenzado, San Cristóbal parecía llevarse por delante a su rival y el gol estaba al caer. Pero (como siempre decimos con el compañero de blog, Andrés Lence, siempre aparece un "pero" en la vida de nuestro querido club) los goles que no se hacen en un arco se hacen en el otro: vino un centro que Jakob parecía descolgar sin problemas pero la bola se le escurrió de las manos y quedó servida para que un afortunado rival la empujase. Dos a cero y el partido se volvía cuesta arriba. Frente a esta situación, promediando el segundo tiempo, el (también) ocasional DT, Nicolás Rameri, hizo algunas modificaciones y paró el equipo con un dibujo 3-4-3, dándole libertad a los muchachos para ir al ataque. San Cristóbal tiene un reconocido historial de remontadas épicas y eso quería ir a buscar. Justamente, en un ataque en la que nuestro líbero (Gabriel Esplugas) estaba en tres cuartos de cancha, salió una contra letal del rival (faltando 10 minutos para la finalización del partido) que sentenció el marcador al terminar en el tercer gol. La calentura sancristobaleana había llegado a su techo. En eso, se arma la polémica de la jornada: Martín Campuzano (figura, goleador del partido con 2 tantos, y goleador general del torneo con 7 en 4 encuentros) empezó a hacer tiempo cuando debía salir del campo de juego reemplazado por un compañero, lo que generó que nuestro calentón máximo, Ignacio Zavadil, gritáse "¡Dale! ¡Mové el orto!". Acto seguido, la hecatombe, "una seguidilla de hechos bochornos" que involucró a propios y extraños. El nombrado goleador se pasó de vivo y tomó al pie de la letra el "consejito" zavadileano: empezó a bailar, ¡MOVIENDO LA COLA! Uf, ¡para qué! Los otros calentones del plantel (pero esos, además, ponen la cara y van a las manos si es necesario), el nombrado Esplugas y Luciano Banegas, se le fueron al humo en un santiamén, y fue éste último quién le propinó un sopapazo en la nuca al canchero rival. El referi, correctamente, expulsó a los dos jugadores. A partir de allí, se caldeó el partido, volaron algunas patadas de más y los que integraban el banco de suplentes, echaban leña al fuego. Así fue como se sucedió la nota cómica de la jornada: Jorge Leandro "Neme" Romero ya había salido del campo de juego y, con el torso desnudo, sacaba a relucir su arsenal puteador para con el banco rival. Ni lerdos ni perezosos (y tan "vivos" como su expulsado delantero), le devolvieron al "fornido" defensor un "¡Callate Gordo!" que silenció a todos en las adyacencias de la cancha e hizo que nuestro querido Neme se ponga una remera, se sentase y se callase. Así fue el partido de San Cristóbal, perdimos en todos los sectores del campo.

La derrota deja al rival primero y a San Cristóbal en 4ta colocación, lo que no es tan perjudicial. ¿Por qué? Primero y principal, porque estamos a solo 5 puntos de la cima (al rival le dieron por ganado un partido que había empatado ante un rival que abandonó el torneo; no obstante, a San Cristóbal también le darán esos 3 puntos pasada la fecha que tocaba jugar con el citado equipo). Segundo e importante, porque la próxima fecha (5ta) es la jornada especial en la que se disputarán los encuentros interzonales. Así las cosas, San Cristóbal, ahora cuarto, enfrentará al ocupante de la misma colocación en la Zona A (Falta el Resto) lo que, supuestamente, es mejor que enfrentar al primero o segundo de dicha zona.

Una derrota no debe ser caida. El equipo viene bien y esta motivado. Hay que mantener el ánimo y saber que vamos a ganar más partidos de los que vamos a perder. Ganando el próximo encuentro, nos volvemos a acomodar en los primeros puestos y casi que aseguramos el paso a play-offs. Por eso, aguante San Cristóbal y a ganar.

viernes, 17 de septiembre de 2010

EL RINCONCITO DEL CHINO: "De punta en blanco (y verde" (Fecha 3: San Cristóbal 1 - Impresentables 0)

Es increíble lo que te oxidan quince días sin jugar al fútbol. El domingo pasado, sudestada mediante, se suspendió la fecha. Y se cae de maduro que un sancristobaleano que se precie de tal no hace absolutamente nada en el lapso que va de partido a partido. Entonces, esas dos semanas fueron dedicadas a todo tipo de actividades menos a las relacionadas al deporte de la redonda con gajos. Duro y oxidado, así me sentía cuando me bajé del auto y quise hacer un pique hasta el vestuario. Con las gambas pesadas, y hasta un toque acalambradas. “Ah bueno, lo que me espera si estoy así antes de jugar”, pensé.

En el vestuario el ánimo era festivo. Los 4 puntos de 6 posibles mantenían al plantel de excelente humor y los comentarios eran desopilantes: “Che Neme, ¿así que te mudaste?”, indagó Fede Sampex. “Si, hace una semana que vivo solo”, respondió O rey do cabarulo. “¿Y qué tenes en vista para estrenarlo? ¿Vas a llamar alguna chica del ramo?”, insistió el lateral izquierdo. “No, ya lo estrené… y dos veces, je”, sacó la chapa Nemualdo, con cierto aire ganador. “Miralo al gordo este con esa cara de borracho que tiene ya se empernó a dos minitas en una semana”. Actitud 100% San Cristóbal…

Y seguían los comentarios con olor a huevos en el vestuario: “¡Podes creer que la mina empezó con que le dolía la cachufleta y cuando fue al baño se dio cuenta de que tenía un forro adentro! Claro, se fue a dormir y al otro día no se acordaba de que se había encamado con un flaco, imaginate lo borracha que estaba…” contaba un integrante del plantel al que no vamos a nombrar. Todos se cagaron de risa, menos Nacho que estaba ajeno a la charla y miraba fijamente una camiseta sin poder creer lo que veía. “¡Naaa! ¡¿Qué es esto?!” se indignó mientras estiraba una casaca mugrienta delante de sus ojos. “¡Ah, pero están hermosas eh…!” le dije al flaco mientras observaba las manchas de pasto y tierra que tenía la 11. “Es que se me complicó para lavarlas…” se hizo cargo Giampol sin levantar la vista mientras se ataba los botines. Las camisetas estaban todas realmente inmundas… Todas menos la de Giampol, que estaba blanca y radiante como un vestido de novia. “A la mía me la lavo mi vieja”, dijo como si fuera un nene al que le lavaron el guardapolvo. “Andate a la mierda Gabo”, le dijo Nacho mientras se terminaba de vestir.

Luego de una victoria y un empate que tranquilamente podría haber sido victoria, el enfrentamiento con “Impresentables” mostraba algo que quizá nunca se había producido en la corta vida del equipo: San Cristóbal era favorito. El entrañable rejunte albiverde, acostumbrado a goleadas en contra y a remarla siempre desde abajo, hoy se encuentra en una posición privilegiada, con un plantel más numeroso y mejor dotado futbolísticamente. Hay recambio de calidad en casi todas las líneas, menos en el arco. Siempre la valla tiene que ser ocupada por algún jugador de campo que le pone ganas y se calza los guantes porque los arqueros del plantel están imposibilitados por diversas razones. Entonces hubo que tirar el manotazo de ahogado y poner a Neme en el arco. El resto del equipo estaba bien: en el fondo la defensa de siempre pero con Lucho reemplazando a Mauro (lesionado), el medio igual que la ultima fecha, y arriba Larralde con Nico Z, que regreso de su trip por Europa.

El partido arrancó parejo, con ellos teniendo un poco más la pelota pero sin generar nada de peligro. Por mi lado entraban de dos o tres, siempre tocando o en velocidad y la verdad que no estaba en mi mejor versión. Esa sensación que tuve cuando llegué al predio, de estar oxidado y duro, se repitió durante todo el primer tiempo. Por suerte y para mi tranquilidad tuve a un Giampol preciso y veloz para cerrar mis espaldas cada vez que me desbordaban. El trámite del juego fue parejo y sin llegadas hasta el minuto 14 de esa primera mitad. Martín Larralde, delantero potente e incansable, perro de presa de cada pelota que le pasa cerca, presionó la salida del central rival, luchó y ganó, y se fue solito y solo mano a mano con el portero de “Impresentables”. El ”Bati” que incorporó San Cristóbal para esta temporada corrió unos metros hasta llegar al borde del área y esperó hasta tener al arquero bien lejos del arco y tocó sutilmente la globa al segundo palo para marcar un 1 a 0 muy festejado.

El tema fue que, con el resultado a favor, el equipo volvió a caer en lo de siempre: fricción, lucha, pelotazos, nervios y nada de fútbol. Por los costados Nacho z y Pablito Soria tomaban mate, miraban el vuelo de los pájaros y pensaban que iban a hacer este verano cuando les den vacaciones, pero de tocar una pelota ni hablar. Todo pasaba por el medio, Nachito Zumbo y Rodri metían pero no podían hacer pie, atrás raspábamos y le dábamos seguridad a Neme pero no podíamos manejar el trámite del juego. Así y todo, tuvimos una llegada que fue clave para el resto del partido: pelotazo largo para Larralde que, como toda la tarde, le ganó en el pique a su marcador y lo llevó a la rastra flameando como un banderín. Ya sin nadie que lo molestara, encaró al portero y el uno, en vez de esperarlo y atorarlo, salió corriendo desesperado y le pegó un topetazo brutal, clavándole los codos y una rodilla al bueno de Martincito. Falta al borde del área y roja al (verde) arquero por ser último hombre. Con uno más, ahora sí, el partido se metía en el bolsillo del albiverde.

En el entretiempo me confirmaron mi sensación: “¿No te jode salir, no Chino?”, dijo Cissé suavizando las palabras de su decisión. “¡No, si soy un desastre!”, le contesté, fastidioso, a nuestro lungo DT. Me acomodé en el pastito al lado de Pabli, que había salido antes del final de la primera etapa. El 8 estaba más caliente que un volcán. “¿Estás con bronca Pabli?”, indagué en la herida. “Si, por el cambio, por la amarilla (lo amonestaron por una patadita insignificante), porque jugué como el orto, por todo”, respondió. “¿Sabes lo que pienso últimamente?”, le dije con aire reflexivo, “¿Cuando será el día que pueda jugar un partido realmente bien, de esos que te dicen ‘Chino, que bien jugaste hoy eh, la verdad que la rompiste che’? Pero no, nunca se da”, completé con gesto amargo. Pabli no contestó nada, ni me miró, y se hundió en su campera y siguió viendo en silencio el segundo tiempo.

La segunda etapa fue toda verde y blanca. Impresentables sintió el esfuerzo de buscar el empate con uno menos y, con el ingreso de Diego Ocampo (otra de las incorporaciones para este semestre) que le aportó toque de primera y claridad al medio, sumado al gran nivel de Rodri Casuccio, la pelota fue siempre nuestra y las chances de gol para liquidar el encuentro no tardaron en caer. La más clara fue una pelota que recuperó Rodri contra la derecha y en un slalom genial dejó en el camino a dos rivales y puso un pase entre líneas realmente bochinesco para “El Tero” Zavadil, que le estaba marcando el pase. El Flaco dominó la globa y ante la salida del portero sacó un fierrazo tremendo que explotó en el travesaño. “Uuuh, la puta madre”, se lamentó Cissé, en la expresión máxima del DT amateur: camperita deportiva arremangada, planilla y birome en mano, puteando y dando indicaciones con el índice extendido y el reverso de la mano contra el costado de la boca. Todo un Caruso Lombardi…

Se iba el partido. Pabli volvió a entrar a comienzos del segundo tiempo por el lesionado Zumbo y tuvo el gol en sus pies, en un nuevo mano a mano, perdiéndolo. Piro, por su parte, escaló por derecha y, con Larralde babeando en el área ante la inminencia de un nuevo gol, el melenudo del equipo prefirió el remate al arco en vez del centro y la pelota murió en las manos del uno.
Cissé me mandó a la cancha los últimos 5 minutos, creo yo que para hacer un poco de tiempo, bien a lo Caruso Lombardi, a pesar de que el partido estaba liquidado desde hacía un buen rato. Ellos no llegaron nunca y Rodrigo seguía con su gran partido, en una función de 10 retrasado, a lo Brujita Verón, generando fútbol y chances de gol. Lamentablemente no se pudo ampliar el marcador, algo que hubiera sido justo, y así se fue el partido con la escueta victoria 1 a 0 para El Santo del sur de Buenos Aires. Con 7 puntos de 9 estamos en la cima del campeonato junto a otros dos equipos, uno de los cuales vamos a enfrentar el domingo próximo (y que le ganó al que iba puntero por 6 a 1). Se viene un partidazo imperdible por la punta del torneo. Las cabezas albiverdes ya están maquinando goles, grandes jugadas, y patadas brutales (cada uno sabe lo que le toca, jeje).

Nos vemos la semana próxima y…
AGUANTE SAN CRISTOBAL CARAJO!!!
Lo mejor está por venir…

PD1: CISSÉ PUTO!!!

martes, 14 de septiembre de 2010

FECHA 3: San Cristóbal 1 - Impresentables 0



San Cristóbal sigue dando que hablar en los Torneos del Bajo: siendo uno de los "benjamines" del certámen, obtuvo su segunda victoria y sigue invicto. En esta ocasión, el derrotado fue el joven conjunto de "Impresentables" que no pudo hacer nada frente a la solidez defensiva del albiverde. Con esta victoria, el conjunto del sur de la Ciudad va, de a poquito, alistándose como uno de los serios candidatos a ganar la zona en primer término y luego ver a qué se puede aspirar.

El partido comenzo muy trabado en la mitad de cancha, pero Impresentables quería hacerse dueño de la posesión y lastimar por el medio. La defensa de San Cristóbal esperaba bien parada, mientras su mediocampo trataba de organizarse (le llevó unos 10 minutos de aclimatación al partido). El rival no generaba acciones de peligro y el albiverde se encontraba con la primera situación medianamente de peligro: centro de Luciano Banegas tras un tiro libre, e Ignacio Zumbo que cabecea bombeado por encima del travesaño. El partido se desarrollaba sobre carriles muy apáticos: la pelota iba de un lado al otro, sin dominador claro y las oportunidades de gol estaban ausentes. Hasta que en el minuto 14, Martín Larralde robó una pelota a la última línea rival y se fue sólo contra el arco. Cuando el arquero le salía a achicar, definió con suma maestría con el lateral externo de su pie derecho al palo izquierdo del arquero, que nada pudo hacer para desviar la pelota, la cual se iba abriendo por el efecto gracias al eximio remate del delantero. Gol. GOLAZO. San Cristóbal se ponía arriba en el marcador pero nadie pensaba en relajarse: se avecinaba un duro encuentro. A los 20, Nicolás Zavadil (luego de su vuelta de Europa, donde fue a realizar una pretemporada especial por orden de nuestro PF que lo vio un poquito gordito...) se hizo del balón en la puerta del área, y tras sacarse un par de marcadores de encima, sacó un certero remate que fue desactivado sin problemas por el arquero rival. Portero que sería protagonista dos minutos más tarde cuando, luego de un planchazo a Larralde a la altura del pecho, y siendo último hombre, fue bien expulsado por el árbitro del partido, al cual no le quedaba otra alternativa. Así, San Cristóbal se encontraba con una situación inédita en su corto historial: que le expulsarán al arquero rival a poco de comenzado el partido. Como hubiesen podido esperar todos los que conocen la psiquis sancristobaleana, el equipo se relajó y sufrió de más para terminar obteniendo la victoria. No obstante, apenas expulsado el arquero, el blanco y verde casi estira la ventaja luego de que, a la salida del tiro libre generado por el portero, Zumbo enviase el disparo al lado del palo izquierdo del nuevo arquero (como no tenían suplentes, fue al arco el que parecía ser el jugador más habilidoso de ellos -problema de "Impresentables" si fue una decisión correcta, pero no pareció-). A los 41 minutos del primer tiempo (uno de adición), el rival encontró su primera y unica jugada de riesgo: tiro libre en la puerta del área que fue desviada a la izquierda por el ocasional arquero Jorge "Neme" Romero. Pero la jugada no terminaba: la pelota quedaba corta luego de la atajada del portero, y en el barullo que se armá, Federico Sampayo aparenta cometerle penal a un delantero rival, pero, por suerte, el árbitro lo ignoró. San Cristóbal se iba al entretiempo con los quetejedi en la garganta: para todos había sido un penal más grande que una casa, pero para el árbitro y para el potencial infractor, no.

Segundo tiempo en marcha. Al minuto, Rodrigo Casuccio (la figura del encuentro) hace una apilada en mitad de cancha y le mete un pase entre lineas a Ignacio Zavadil, quien la paró entrando al área y sacó un furioso derechazo que pegó en el travesaño. El rebote fue devuelto al medio del área y, luego de un despeje, tomado por el mismísimo Casuccio que remató desde la medialuna y la pelota se fue rozando el palo derecho del arquero. En los siguientes dos minutos, se dieron dos jugadas polémicas por presuntos penales para San Cristóbal, pero el árbitro (el cual oficio de arbitro asistente en el primer tiempo y pasó a ser el referí principal por la lesión de su compañero) decidió no darlos. Ambos también parecieron ser muy claros desde afuera. A los 7 y a los 9, el rival contó con las dos únicas chances que iba a contar en el segundo tiempo: una se fue al lado del palo, y la otra muy por arriba. Luego, el partido se desnaturalizó: el rival buscaba el empate sin clarificar y San Cristóbal disponía de contraataques masivos. Tres contra dos; cuatro contra dos; cinco contra dos. La delantera albiverde no aprovechaba un sólo ataque a pesar de que sobraron las jugadas por la línea y el centro atrás (a partir de un par de buenas escalas de Pablo Pirola). No obstante, no todas fueron pálidas en ataque en ese segundo tiempo. Hay que rescatar el gran trabajo realizado por el citado Casuccio y también en el promisorio debut de Diego Ocampo, quien, con un físico que no aparentaba mucho, empezó a pisar la pelota y apilar rivales como loco. Buena presentación. Enhorabuena. De esas furiosas contras, podemos resaltar dos: una en la que Pablo Soria asistsió a N. Zavadil y éste definió mansamente a las manos del portero, y otra en la que el mismo Soria, mano a mano y con todo el tiempo del mundo, definió al cuerpo del arquero. San Cristóbal no cerraba el partido y la sombra del empate se avecinaba. Desde afuera, los salientes Nachito Zumbo (por lesión), N. Zavadil y el DT Nicolás Espiñeira, estaban a punto de infartarse, pero, por la poca claridad rival y la solidez defensiva mostrada por la inusual dupla central Esplugas-Banegas, el partido terminó 1-0

San Cristóbal lleva consiguió así trepar hasta los 7 puntos en tres encuentros. Resta saber el resultado de Nagera FC para conocer la momentánea ubicación en la tabla: en caso de que el rival haya perdido o empatado, el albiverde habrá subido a la cima. Esperemos mantenerlo en el próximo encuentro cuando enfrentemos al conocido Cruz Roja FC (equipo que nos venció 1-0 en el último amistoso preparatorio, el día de los teros...). Será un cotejo duro pero ganable. Si seguimos con esta solidez y el buen momento de Larralde en la delantera, todo es posible.

viernes, 3 de septiembre de 2010

EL RINCONCITO DEL CHINO: "Doble Crónica" (Fechas 1 y 2)

Como muchos de ustedes sabrán, estimados seguidores de este humilde espacio, la semana pasada no hubo crónica de la primera fecha del torneo Clausura que nuestro laborioso equipo disputa en el Bajo Flores. Es por ello que les voy a hacer una crónica doble con lo más jugoso (bah, en realidad voy a poner lo que me acuerde) del match ante Merthiolate (fecha 1) y también del que jugamos contra Vallejos Devoto (fecha 2).

Todo comienza así:
Fecha 1: San Cristóbal 1 Merthiolate 0

Dicen aquellos viejos filósofos de café, esos que acumulan máximas incomprobables, que el fútbol es un estado de ánimo. Lo afirman con seguridad, torciendo la boca y con la impunidad de quien durante toda su vida no hizo mayor esfuerzo físico que el que demanda llevar el jarrito a la boca. Nunca fui muy amante de esas afirmaciones. Pero capaz tengan razón. “Hoy ganamos”, me dijo con seguridad Giampol, mientras nos cambiábamos. “¿Y cómo podes estar tan seguro?”, le conteste frunciendo el ceño y recordando que en los amistosos previos al campeonato habíamos perdido dos y empatado otros dos, con presentaciones bastante chotonas. “¡¡¡Pero si papá!!!”, me afirmó abriendo los ojos enormes. “Mirá, hoy viene Martin, el amigo de Fede”, dijo en referencia al tanque Larralde; “está Jero, que ya sabemos lo que rinde…¡¡estoy yo!!”, dijo ya riéndose. “Y bueno, también están Neme y vos, pero que va a ser, ningún equipo es perfecto, y con eso ya nos tiene que alcanzar para ganar”, completo con cierta maldad pero convencido de sus palabras. Y me dejó pensando en que lo que decía no estaba tan alejado de la realidad si hacíamos un repaso rápido del equipo. Pero mi pensamiento se interrumpió de golpe porque Gabo entró en acción otra vez: “¡Por fin, papá, ya estaba cagado de frío!” le dijo JP a Nacho Zava, ni bien lo vio llegar al vestuario. El robot de San Cristóbal estaba en cuero y apenas vestido con una calza, los botines, las canilleras y las medias. Resulta que Nacho tenía las casacas y llegó más tarde porque fue con Nico R a buscar a Leo Jakob (hermano mayor de Jerito y arquero de emergencia). “¡Bueno eh! La conchita de tu mamita (NdeR: Nacho cuando se enoja putea en diminutivo y en femenino. Ejemplo: “Conchita, putita, forrita pelotudita”), ¡¿encima que tenemos que pasar a buscar a la gente te quejas?! ¡¿ Querés que te vista también, eh?!”, dijo el Flaco con el bolso en una mano y una Gatorade en la otra. Gabo no le dio bola a la catarata de puteadas que recibió y se tiro de cabeza al bolso a manotear, fiel a su costumbre, cualquier camiseta sin importarle en lo más mínimo que número le tocaba. Nacho, que había llegado vestido de jugador de fútbol, seguía tomando Gatorade en un rincón. “Che Flaco, eso se toma después de jugar, no antes”, le dije con malicia. Nachito me miró preocupado. “No sabes Chino, estoy hecho mierda del estómago, tengo miedo de hacer un pique y hacerme encima, no sé cómo voy a hacer para jugar… Encima, tengo un tirón en una gamba también”, me dijo y siguió tomando su bebida como si se la hubiera recetado el médico. “Y bueno, mientras no se haga caca encima, que juegue como pueda”, pensé, y salí rumbo a la cancha.

Me acomodé como siempre de lateral derecho con Giampol y Mauro de centrales y Neme por la izquierda. De ocho estaba Pabli. La novedad era Nachito de delantero, ante la ausencia del tanque Miguez y de Nico Z. El partido empezó parejo. Ellos tenían dos buenos delanteros y volantes prolijos aunque atrás daban algunas ventajas. El tema era que Nachito no estaba acostumbrado a ser delantero y termino jugando de pseudo enganche, y encima Pabli se quedó sin aire en los primeros dos piques. Yo andaba casi en lo mismo. “Levanta los brazos y respira Chino, asi cambias el aire”, me decía Giampol al ver que me ahogaba a cada rato. “¡Vamos que están cansados che, dale!”, arengaba un delantero de ellos al que le decían “Bola”. Error, “Bolita”, San Cristobal nunca está cansado. Si hay algo que lo distingue a este equipo es lo que corre y mete para compensar su falta de fútbol. Así se fue la primera etapa, con ellos atacando pero sin llegar al arco y nosotros bien firmes y solidarios atrás, con una gran tarea de los 4 del fondo pero sin lograr profundidad de mitad en adelante.

A pesar de la pobreza de ese primer tiempo, vale la pena remarcar dos hechos de esa etapa. El primero es la amonestación, primera en Torneos del Bajo para este humilde servidor, que se dio luego de un pelotazo largo que agarro girando a la defensa, y que nos dejó trenzados en una corrida cuerpo a cuerpo con el “Bola”, en pugna por la pelota, que boyaba alegremente entre nosotros dos y Leo Jakob. Al ver que no llegaba a capturar la bocha, el “Bola” se dejó caer pesadamente y con él me fui yo también al piso. “Amarilla, señor”, me dijo el referí. Y me indigné como pocas veces. “¡Pero si se tira porque no llegaba!”, le grité con la vena hinchada. Pero el referí cobró la falta y cerró el tema con un “lo agarró de la camiseta, señor”. “¡Pero ni lo toqueeeee!”, grité cada vez más caliente. Larralde vino a mi rescate: “Listo Chino, ya cobró, no le hables mas porque te va a echar”, me dijo El Tanque, y me puse en la barrera para ver si un buen pelotazo me bajaba la bronca.

El otro hecho remarcable fue que me cobraron un off side por primera vez en mi vida. ¡Si, señoras y señores! Este limitadísimo lateral derecho fue en busca de un tiro libre al área rival y luego de una serie de rebotes en el área la pelota le cayó mansita a los pies. Fue un instante fugaz hasta que el árbitro pitó al ver al línea con la banderita levantada. Pero en esos pocos segundos el corazón se me aceleró y un cosquilleo me inundó el cuerpo ante la clara posibilidad de empalmar esa pelota de derecha y clavarla contra el palo. Lo pienso y me vuelvo loco: ¡Quiero hacer un gol, carajo!

La segunda etapa fue toda nuestra. Con Piro (gran refuerzo para la segunda mitad del año) de 8 y Pabli de delantero derecho, el equipo ganó en fútbol, desborde y agresividad. Atrás seguíamos firmes y ellos ya no atacaban mucho porque nuestro mediocampo estaba aceitado y además ellos empezaron a sentir el cansancio. Matias Repetto, otro refuerzo que llegó desde Aerolíneas Argentinas (y ya son 5 los “aeropibes”: Piro, Repetto, Miguez y los dos Zavadiles) le puso cambio de frente y pases largos y finos al juego. Estaba todo dado para que el equipo haga el gol. Jero, que estaba descansando en el banco luego de jugar el primer tiempo de arranque, volvió a entrar (utilizando la modalidad de este torneo, que te permite salir y volver a entrar). Y fue ese “retoño de jubilado” como lo definió magistralmente Nico “Mancu” Rameri, quién lucho una pelota en el área luego de un centro pasado de Larralde, para quedar frente al arquero y ajusticiarlo sin piedad. El uno a cero, justo y merecido, llego cuando faltaba poco para terminar. Con la firmeza del fondo y el esfuerzo de todos, se logró la victoria, trabajada y sufrida. Prueba de esto fue la frase que me tiro JP, acostumbrado a batallas durísimas, en el descuento: “¡No termina mas Chino, es el partido más largo que jugué en los últimos años!”. Pero terminó, fue victoria y arranque ideal para nuestro querido rejunte, con 3 puntos y valla invicta. Claro que todo cambiaría en la fecha siguiente…

PD 1: Cisse Putooo (que te haces el DT vos, dueño de la verdad!!!!)
PD 2: Ya que 5 jugadores son empleados de Aerolíneas Argentinas, podrían gestionar para tener a la empresa como auspiciante de la camiseta, no? Al menos para salvar los gastos administrativos de la institución (inscripción, partidos y nafta de los móviles!!)

HASTA LA VICTORIA ONETTO!!!
Por: -.- cHIno Lence.


Fecha 2: San Cristobal 3 vs Vallejos Devoto 3

En todos los inicios de campeonato la sensación es la misma: ganamos la primera fecha y creemos que estamos para grandes cosas. Claro que después la realidad se hace presente y nos pasa por encima con una catarata de empates, derrotas y partidos espantosamente mal jugados que nos devuelven a la realidad. Pero mientras tanto, la ilusión se enciende. Por eso, después de haber conseguido una trabajada y complicada victoria por 1 a 0 el domingo pasado, nos juntamos en el vestuario del predio de la UTN con el ánimo por las nubes. Todos hablaban en voz alta, se reían y daban rienda suelta a la algarabía. Todos menos Piro. Nuestro nuevo refuerzo estaba paradito inmóvil contra una pared del vestuario vestido como un cantante de rock Stone: zapatillas Topper de lona blanca, rulos largos hasta los hombros, remera y anteojos negros y una botellita de agua en la mano. Lo miré fijo y lo noté colgadísimo. “¿Que pasa Piro que estas tan calladito y tomando agua?”, le pregunté confundido. “Nada, tengo una resaca tremenda”. No pude contener la risa. “Jajaja, ¿otra vez? ¡El domingo pasado me contaste que hiciste un pique y casi lanzas en pleno partido!”. Piro contesto casi sin mover un músculo de la cara. “Bueno, entonces esta vez creo que lanzo en serio. Anoche eramos como 15 para comer un asado y tomamos vino hasta las 9 de la mañana. En un momento se levanto mi vieja y nos vio a todos sentados sin hablar delante de la estufa y se cago de risa: ‘¿Y ustedes son los que van a ir a jugar al fútbol mañana? ¡Ja, que van a ir a jugar ustedes, borrachos!’, nos dijo y se fue a dormir otra vez”. Después de escucharlo tuve una mezcla de resignación y alegría. “Y bueno, el otro día borracho y todo jugaste bárbaro, así que ahora que estas mas en pedo todavía, vas a jugar mucho mejor”. Pirola no contestó, siguió caminando en silencio y tomó otro trago largo de agua.

La cancha, como siempre, parecía un desierto. Pura tierra, sin un milímetro cuadrado de pasto, raspones garantizados al ir al piso. A un costado, mientras hacíamos la entrada en calor, estaban los muchachos rivales. No los reconocí hasta que no se ubicaron en su mitad del campo de juego: eran los mismos que nos habían ganado un amistoso por goleada una tarde en la que se lesiono Giampol y tuvimos múltiples faltazos inesperados. Más ganas de ganar me dieron al acordarme esa tarde fatídica. Comenzó el partido y había algo que estaba clarito como el agua: había un viento impresionante. En esa primera etapa lo teníamos a favor y se notó. La primera llegada, a los pocos segundos de comenzado el partido, fue un remate largo que un defensor de ellos quiso rechazar y no hizo más que enviar la pelota contra su propio arco y no fue gol de milagro. Luego, fue Nacho quien pateo ese mismo corner y la pelota se fue cerrando hasta que un defensor, esforzándose por recharzarla, la hizo estrellar contra el travesaño. Ahí nomas empezaron a putear los del mediocampo de Vallejos a sus propios defensores. Estaban nerviosos desde el vamos, había que aprovecharlo. El trámite seguía en nuestro poder. San Cristóbal era un tren en esos minutos iniciales porque atrás estábamos ordenados y el medio ganaba siempre. En otra jugada, un pase largo a Martín Larralde lo dejó mano a mano con el portero. El tanque, raro en él, apuró la definición y su remate fue bien desviado por el uno de ellos. Pero la presión fue insostenible: centro desde la derecha de Pablito Soria y Sergio Miguez, el otro tanque que reapareció luego de su viaje por Barcelona, quizá inspirado por su visita al Camp Nou, saltó entre mil cabezas y con un frentazo bombeado puso la pelota en el ángulo superior izquierdo del guardametas de ellos. Uno a cero merecidísimo. Hasta ahí, el partido había sido como muchos otros en la historia del albiverde, donde en un período de tiempo domina el partido y mete un gol, pero luego es dominado y pierde el control del juego por completo. Pero lo que hacía pensar que quizá el team había logrado una madurez inusitada, fue que se siguió buscando el arco rival y el dominio siguió a favor nuestro. Pablito se perdió un gol casi hecho, Larralde también tuvo uno y hasta este humilde defensor recupero una pelota cerca del mediocampo, giró y le tiró un pase por encima de la línea defensiva a Larralde para dejarlo con serias chances de convertir. Así las cosas, había que hacer otro gol. Y ese gol llegó cuando, luego de un yerro casi infantil de un defensor de Vallejos, Martín corrió hacia su destino de goleador indomable y le puso la firma a un dos a cero asombroso. Hasta ahí duró el sueño del partido perfecto. Hasta ese segundo gol hermoso. De ahí en más empezaron los problemas que no terminarían hasta que el referí pitara el final del partido.

El primer indicio de que esos veinte minutos a todo vapor habían sido casi un espejismo fue cuando tuve que salir a tapar un avance del 10 de ellos con pelota dominada (el domingo jugué de central porque Mauro se lesiono el tobillo) sabiendo que a mi izquierda estaba el 11 absolutamente solo. El pase, preciso y al pie, le cayó al 11 que por suerte definió pésimo y se perdió el descuento. Luego pasó lo mismo pero a espaldas de Giampol y otra vez la tiraron afuera. Demasiada suerte habíamos tenido cuando entre el 9 y el 10 caminaron el área de izquierda a derecha y, luego de una serie de rebotes pusieron el 1-2.

Nos fuimos al descanso preocupados. La segunda mitad del primer tiempo se había jugado mal, el medio perdió las marcas, la defensa estuvo muy en línea y nos ganaron las espaldas con facilidad. Todos hablaban, Neme discutía con Giampol una jugada en la que quedó sin aire y fuera de la jugada por un topetazo. “¡Te tenés que tirar al piso, pelotudo, porque no te cobran nada sino!”, le recriminaba el Robot al bueno de Leandro Jorge que todavía boqueaba como pez fuera del agua. Cisse fue claro en ese entretiempo: “Ojo ahora que tienen el viento en contra”. Razón no le faltaba…

La segunda etapa no tuvo nada que ver con la primera. Ellos se vinieron con todo y tiraban pelotazos hasta desde el buffet. Y nosotros no sabíamos como contrarrestar los piques a las espaldas de una defensa adelantada y en línea. El once, un chiquitito de pelo parado, era un sufrimiento porque vivía detrás de mí esperando para picar todo el tiempo. Por el otro lado, el 9, (un rubio que en el amistoso de hace un mes casi se agarra a piñas con Lucho y terminaron los dos expulsados) se filtraba entre Neme y Giampol y también quedaba solo. Creo que ese muchacho perdió no menos de 3 mano a mano con Leo Jakob. Sinceramente, se hacía difícil aguantar la presión y el viento en contra. El equipo corría y mordía pero a esa altura ya no se jugaba nada bien. A pesar de todo, el “casi milagro” se dio promediando la segunda etapa. Saque de arco que ejecuta este laborioso redactor, Soria que la peina y Larralde, con gran velocidad mental, saca un pase precioso y de primera para el pique de Nacho Z, que define picando la bocha ante la salida del arquero. Yo seguí la pelota con la vista y al verla besar lentamente la red largué un alarido infernal. El gol representaba el desahogo, la tranquilidad y la cercanía de una victoria algo injusta pero fundamental.
Faltaba poco, algo más de 10 minutos y yo no quería más historia: “¡Muchachos, no jugamos mas, la sacamos todos para arriba eh!”, grité aferrado a un catenaccio desagradablemente inescrupuloso. Por derecha ya estaba Piro para meterle dinámica y quizá algún que otro “pato” al lateral izquierdo de ellos. Afuera el “Mancu” Rameri se arrancaba el yeso de los nervios y a Cisse se le perdía la voz por lo mismo. Adentro, mientras tanto, seguían lloviendocentros como un bombardeo. Y nos seguíamos salvando. Cada vez que ellos llegaban al área la sacábamos como podíamos, se daban jugadas sucias, con mil y un rebotes y corners a repetición. Hasta que en un tiro libre desde la derecha de nuestra defensa, vino un centro pasado al segundo palo, una montonera tremenda y nadie consigue rechazar la pelota que sigue su viaje hasta que la encontró el 11, ese chiquitito resbaladizo que la empujó abajo del arco para el 2 -3. El sentimiento de que nunca se puede terminar un partido sin sufrir es una constante en San Cristóbal. Creo que con el plantel que hay hoy en día, si alguna vez podemos cerrar los partidos cuando estamos en ventaja, probablemente ganemos un torneo. Pero no, siempre hay un pero.

Golpeados, salimos a tirar las últimas manos del combate, dispuestos a matar o morir. Pablito Soria hizo una jugada heroica por derecha, gano una y mil veces trabando con varios rivales, y su remate, ante la salida del portero, pego en el palo y salió. El partido se iba, ellos llegaban pero sin tanta claridad, nosotros tratábamos de matar los minutos como sea. En eso veo que el referí da ¡3 minutos más!. “¡Hijo de puta!”, pensé, no había pasado nada que amerite tanto descuento. Las piernas ya pesaban, el partido había sido duro y encima, cuando faltaba poco y nada, vino otro centro contra el área; otra vez una montonera para rechazarla, y ahí la agarraron ellos otra vez. Otro centro largo que nos supera a todos y cuando levanto la cabeza veo a Fede Sampex que estaba con dos marcas pegadito al segundo palo. “No, por favor, no” pensé cuando vi que el línea no levantaba la bandera. El delantero de ellos solo tuvo que empujarla. Gol. El griterío fue infernal y la montonera que armaron para festejarlo daba más bronca. Neme y JP lo puteaban al bueno de Fede en mil y un idiomas por quedar enganchado y habilitando a los rivales en el gol, actitud que no se había visto nunca en el equipo. “¡Paren loco, callense que no fue culpa de Fede, nos puteamos cuando termine el partido!”, grité para calmar al robot y a “O Rey do Cabarulo” que le decían de todo a Sampex como si hubiera cometido un crimen.

Sacamos del medio y el partido, uno de los más raros e indescriptibles de la historia del equipo en 2 años y medio, nos dio otra sorpresa. A falta de un minuto para el final, un tiro libre cayó en el área de Vallejos Devoto y, luego una serie de rebotes, Sergio se encuentra con lo que hubiera sido el gol más gritado en la corta vida del SCFC. Como pudo, alcanzó a puntear la bocha ante la marca de un rival y el grito de gol fue anulado por el arquero de ellos.

No hubo tiempo para más: como diría El Diego, se nos escapó la tortuga. A pesar de no haber jugado bien tuvimos chances, goles y el resultado siempre a favor como para bajar la persiana y festejar dos victorias seguidas. Pero esto es San Cristobal y lo fácil solo existe en la imaginación de cada uno, cuando en la semana pensamos goles fantásticos y jugadas maravillosas que eleven al glorioso albiverde a la cima del fútbol amateur. A seguir soñando con lo que vendrá e intentar hacerlo realidad.
Lo mejor está por venir…

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE

PD: Cisse putisimo!!!!

Por -.- (Lence, el 2)

domingo, 29 de agosto de 2010

FECHA 2: San Cristóbal 3 - Vallejos Devoto 3


Las ráfagas de viento que atocigaron al campo de deportes de la UTN fueron, no obstante, las responsables los momentos de excitación de los partidos. La tónica era la misma en cada uno de los partidos que se disputaban en el predio: sin fin de errores defensivos ocasionados por el clima y, con ello, numerosos goles. El encuentro que disputó San Cristóbal (vs. Vallejos Devoto, por la segunda fecha del torneo) no fue la excepción, haciendo que los jugadores sufran el partido, pero que los espectadores, al contrario, disfrutarán de las ocasiones de gol y de los horrores en el control de pelota. De cara al duelo, el albiverde llegaba motivado por la victoria de la primera jornada, mientras que el rival llegaba con una derrota a cuestas, lo que hacía que, en los papeles, San Cristóbal tuviese "las de ganar".

Esa idea se redoblaba con los primeros instantes del partido, cuando, antes del primer minuto de juego, el equipo rival casi se hace ¡DOS GOLES EN CONTRA! (producto de jugadas diferentes). Primero, un defensor yerra la dirección de un pelotazo que intentaba sacar desde el fondo (en, como dijimos, la primera jugada del partido), haciendo que la pelota vaya con dirección a su propio arco. El balón pica, y por el impulso extra que le dió el viento, el arquero calculó mal el mismo y pasó de largo... De casualidad no fue gol: la pelota se posó en el techo del arco. Córner. De ese corner, un envío al corazón del área por Ignacio Zavadil, sumado al factor climático citado, generó que otra vez un defensor erre el despeje: en esa ocasión, la pelota impactó contra el travesaño. Al primer minuto, Vallejos Devoto había hecho de todo para abrir el marcador...¡a favor nuestro! Todos se miraban atónitos: jugadores propios, rivales, espectadores, árbitros. Algo muy poco usual en la historia del fútbol profesional y amateur. No sólo el rival quería abrir(nos) el marcador sino que San Cristóbal era una tromba en los comienzos: al segundo minuto, Martín Larralde se encuentra la pelota en la entrada del área y saca un fuerte remate que el arquero logra despejar para un costado. El marcador seguía virgen hasta que a los seis minutos, luego de una falta desde la derecha, Pablo Soria envió un fino y excelente centro a la cabeza de Sergio Míguez, quién impacto la bola depositándola en las mallas ante el intento esteril del arquero rival por sacar el remate. 1-0 y algarabia. San Cristóbal se sentía seguro vencedor y hasta soñaba con una gran cantidad de goles. El juego demostrado en esa primera parte así lo presagiaba. Al cuarto de hora, gran centro de Larralde para la entrada de Soria, quien, de primera, definió a un palo y la pelota se fue cerquita. Segundos después, Vallejos Devoto sale mal del fondo, y Larralde aprovecha la confusión para irse mano a mano con el arquero corriendo desde atrás de 3/4 de cancha. Tenía todo a su merced, el gol y la gloria dominguera, y, a pesar de que definió con un gran gesto técnico (luego de acomodarse debidamente, impactó la bola fuertemente, apenas de sobrepique, con la parte exterior del pie derecho), la pelota no se separó lo esperado de la posición del arquero, quién pudo desviar el remate al corner, salvando la hecatombe de su equipo. Dos minutos después, el gran Larralde pudo redimirse: tras una deliciosa asistencia de emboquillada de Ignacio Zumbo (superando a la línea defensiva al mejor estilo Iniesta), Martín definió cruzado ante la salida del arquero y estampó el 2-0. Era un dominio absoluto del albiverde y, lo más importante, era que podía reflejarlo en el resultado.

Recién a los 20 minutos, Vallejos Devoto contó con su primera chance: luego de que Gabriel Esplugas saliera tarde, una habilitación dejó sólo al 9 rival (el delantero más preocupante) quién, luego de algunos amagues frente a nuestro portero, Leandro Jakob, se comió increiblemente el descuento (ese iba a ser el primero de varios goles errados por él). Dos minutos despues, otro mano a mano del rival desperdiciado: ésta vez, el otro delantero definió apenas afuera. El gol rival parecía llegar y así fue un minuto después que, luego de un par de pases en el área, un volante rival fusiló a Jakob para lograr el descuento. Al minuto 31, otra chance del rival: el volante derecho entro por dicha zona del área y sacó un fuerte chutazo que se fue por encima del travesaño. San Cristóbal estaba dormido. Para despertarse, entro en acción Larralde por derecha, envió un centro maravilloso exigido a la corrido y Zavadil, entrando como una saeta por el segundo palo, cabeceo bombeado al primer palo del arquero (quien quedaba a contrapierna), pero la pelota se fue apenitas ancha.
El segundo tiempo invitaba a otro partido: el viento a favor iba a estar de parte del rival, por lo que, en el entretiempo, ya nos dábamos cuenta que la ventaja mínima de un gol había sido poco para lo que podía avecinarse. Y así fue. En su mayoría, el transcurso de la etapa final encontró al rival enviando pelotazos a nuestro área, buscando el error. En los primeros minutos, se agigantó la figura de Leo Jakob en el arco, sacando dos buenas pelotas tanto a los 7 como a los 10 minutos. A los 15, recién, llegó la primera ocasión de San Cristóbal: Soria le metió una excelente habilitación de tres dedos a Larralde, quien llegó exigido con el arco rival. Trabó con él y la pelota quedó boyando: cuando intentó definir al arco semi-vacío (ya que el portero volvía a su posición), un defensor obstaculizó el remate y ahogó el grito de gol. Conquista que llegaría cuatro minutos despues, casi llegando a la mitad del tiempo complementario, cuando, a partir de un pelotazo de Andrés Lence desde el saque del arco y posterior peinada de Soria, Larralde escuchó el grito de Zavadil, quien penetraba en la defensa rival, poniéndole una gran asistencia. El lánguido volante, ante la salida del portero (y fuera del área), definió de sombrerito con su pierna menos hábil para establecer un 3-1 que, por el desarrollo de la segunda parte, era mentiroso. A los 25, no obstante, el equipo rival acortaba nuevamente distancias: tras un centro desde la izquierda, Jakob dudó, la defensa no la pudo sacar, y un defensor rival que entraba por el segundo palo sólo tuvo que empujar el balón. Faltaba un cuarto de hora y los nervios parecían aflorar en el mismo momento que el cansancio se hacía notar (y mucho). En eso, Pablito se mandó un jugadón: primero recuperó la pelota en el flanco derecho de los tres cuartos de cancha, y, en una jugada poco vistosa, comenzó a superar rivales trabando continuamente la pelota. Así entró al área y definió como pudo (con la punta del botín) ante la salida del arquero, quien llegó a tocarla previamente a que la pelota bese el palo lejano y se vaya al corner. Una jugada que no se esperaba nadie y que podía haber sentenciado el partido. Pero... historia archiconocida es que "los goles que se pierden en una arco, se hacen en el otro...". Y lo peor es que esa frase siempre se aplica en minutos finales y decisivos. En este partido no fue la excepción: cuando el árbitro ya había marcado los 3 minutos finales, una nueva falta innecesaria en las puertas del área encendió la alarma. El envío fue rechazado a los tres cuartos del campo, donde la recibió uno de los últimos hombres rivales. Éste, manso y tranquilo (es decir, sin el atore que tuvieron que realizar los jugadores sancristobaleanos que salieron del área, los cuales sólo atinaron a mirar), metió un centro al segundo palo que parecía inofensivo. Pero (siempre hay "peros" en la historia sancristobaleana) un defensor quedó enganchado y un rival entró habilitadísimo por atras, ajusticiando a Jakob y poniendo el empate definitivo. La bronca brotaba de los poros de todos, quienes despotricaban para el defensor que había quedado habilitando, cuando lo cierto era que ese error individual había sido resultado de errores colectivos (como las constantes infracciones en las adyacencias del area y la pasividad a la hora de marcar al que metió el centro). Los sancristobaleanos se miraban desconsolados y no podían creer los puntos que se escapan. Pero el partido no había terminado: había posibilidad de tirar un manotazo de ahogado. Luego de una falta a favor en mitad de cancha, la dupla "Mancu" Rameri-Espiñeira, pidió a los gritos al equipo que se adentrara en el área rival ya que era la última jugada del partido. El envío de Zumbo fue dominado medianamente por Zavadil, quien logró puntear la pelota para Miguez, que se encontraba detrás del punto penal. El delantero, sufriendo el asedio de un defensor, no tenía tiempo para parar la pelota por lo que decidió cachetear la misma como podía: así fue como el remate terminó en las manos del arquero y, con ello, las ilusiones de San Cristóbal de concretar la heroica.

En definitiva, fue un partido con muchas emociones pero que tuvo poco fútbol. San Cristóbal deseaba ganar para seguir con puntaje perfecto, mientras que el rival necesita la victoria como el agua para seguir viviendo. Lamentablemente, el resultado fue un empate, el cual no le sirve a ninguno de los dos. No importa: rescatemos que el equipo sigue invicto y buscará con todas sus fuerzas entrar en los playoffs de la zona campeonato. Ahora, a pensar en el próximo domingo.